“Echando de menos a Trump”

Si la debilidad atrae la invasión, entonces es muy lógico que Putin haya invadido Ucrania. No se espante ni se asombre, porque es lo que tenia que pasar.

Y esto es lo que sucede cuando el pueblo prefiere a un presidente débil a uno fuerte.

Al pueblo de hoy le gusta el líder que posa con su perrito, come helado, se emociona con un vídeo de facebook y todas esas sensibilidades que hoy son requisitos indispensables para enamorar a una audiencia, acostumbrada al espectáculo.

Los mandatos de la época exigen a un prototipo de líder con un tono bajito, un discurso vacío, dual, complaciente y calmado, una apariencia delicada y una dialéctica suave. Es por eso que la izquierda adiestra a sus personajes políticos a “parecer buenos” ante la cámara.

El prototipo de este tipo de personaje prefabricado es “Obama” el líder más querido por las audiencias internacionales, quienes con sólo verle la sonrisa blanqueada, caen rendidos a sus pies.

Trump en cambio era directo, muchas veces desagradable, brillante, exitoso, estratega y sobre todo valiente. Pero esas cosas resultan molestas para un público tan sensiblemente adiestrado a admirar la hipocresía.

Curiosamente durante el mandato de Trump no hubo guerras ni invasiones rusas a países vecinos, pero de todas maneras, la oposición lo consideraba un presidente sumamente peligroso en twitter.

El abuelito Biden en cambio, encajaba perfectamente en el perfil del candidato buenazo, político de carrera y sensible a las necesidades de las distintas comunidades americanas. Pero durante su gobierno, la cosa resultó muy distinta a lo imaginado y se disparó la inflación, el crimen, las normativas dictatoriales del covid, el cierre de las plantas energéticas, el ingreso de diez millones de ilegales, la vergonzosa salida de Afganistán y finalmente la invasión de los rusos a Ucrania.

Todos sabemos que estas cosas con Trump no sucedían, porque a pesar de ser un personaje insolente, el mundo le respetada. Y Trump conocía cómo se movía el mundo.

Desgraciadamente y en muy poco tiempo empezará también China a avanzar sobre Taiwán, e Irán se hará con su arma nuclear, porque como dice el dicho… “si se puede bailar, bailamos todos”

Y esto es lo que pasa cuando la debilidad se convierte en norma y se corre la voz de que la veda está abierta.

Porque aunque muchos crean que la paz se consigue sin hacer ningún esfuerzo, para que haya paz, se necesita tener mucho carácter, mucha estrategia, mucha disciplina y mucho trabajo.

Si todo esto nos sirve de algo, que nos sirva para aprender que la debilidad, no es una virtud, sino un peligroso defecto, que atrae a todo tipo de maldad.

Y que estar gobernado por un “malo” es mucho más seguro, que ser gobernado por un abuelito que juega a hacerse el valiente poniendo en riesgo al mundo, y que en realidad es un tarado.

JR

“Anciano en busca de Guerra”

Mucho se habla últimamente de la importancia de salvar a Ucrania. Te pasan vídeos de sus maravillas y de su gente, de la importancia de su cultura y de su legado y de lo importante que es protegerles a toda costa de los rusos.

Pero lo curioso es que en cuanto Biden tomó el mando en esta cruzada, temblaron no sólo los ucranianos, sino también los rusos y los chinos.

Pero no todos tiemblan de miedo por supuesto, los chinos tiemblan de risa.

Y es que todo lo que Biden toca se convierte en mierda. Yo lo llamo el rey Salomón invertido. Aquel rey, convertía en oro todo lo que tocaba, pero el viejo Biden hace justo lo contrario.

El poco tiempo de Biden en el poder han sido meses de calma, ningún tweet escandaloso, conferencias de prensa leídas de un pronter con mucha dificultad, millones de frases incoherentes, balbuceos, anécdotas disparatadas, poquísimas respuestas a periodistas, una salida caótica de Afganistán, una inflación de más del 7.3 y en aumento, olas de crímenes y robos imparables y fronteras abiertas de par en par para los indocumentados.

Sin duda todo ha ido como la seda y según el plan trazado por sus socios de ultra izquierda, que van trayendo millones de votantes del tercer mundo para las próximas elecciones y mientras conducen teslas, esquían en Aspen, echan de menos el suministro fluido de aguacate y se dedican a seguir echándole la culpa de todas las desgracias que provocan sus políticas a los tweets de Trump del 2020.

Mientras tanto, y en perfecto timing con la amenaza rusa, se descubre que el rubio tuitero tenía razón y que la trama del complot ruso que le inventaron era obra de los Clinton, del FBI y de la CIA y de que efectivamente, lo espiaron durante toda su campaña y luego durante su mandato en La Casa Blanca.

Por supuesto CNN evita tocar el tema y los demócratas son incapaces de dar la cara limitándose únicamente a hablar de Rusia y de su inminente invasión.

El problema con Biden es que tiene que pagar favores a la industria de armamento militar que le apoyó con miles de millones de dólares en su campaña y ahora, cómo es de esperar, hay que darles alguna guerra.

El viejo, cada vez más decrépito, busca ahora una guerra, y desesperado intenta asustar al pueblo americano, convencerles de que salvar a Ucrania es sumamente importante y de que Rusia avanza sin parar y el ataque es inminente.

Mientras tanto, el presidente de Ucrania y Putin se miran horrorizados de ver a este viejo delirante inventarse una guerra.

Y es que Putin es un hombre de negocios y sólo busca un acuerdo para que Ucrania no forme parte de la OTAN. (Una incorporación totalmente improbable por cierto)

Pero el viejo americano sigue buscando una guerra y mira por donde, hasta Putin se ha asustado de ver a semejante loco, igual que les pasó a los rusos aquella vez que trataban con Fidel Castro. Se asustaron tanto los rusos, que dijeron que Fidel Castro no era un comunista, sino un loco de remate.

Pero el viejo Biden insiste con su guerra, que por supuesto empobrecerá aún más al pueblo americano, creará más inflación y mucho más gasto. Y Ucrania pide por favor que le saquen al viejo tonto de encima, que les traerá mucha más desgracia de la que ya tenían con los rusos en la frontera.

Y observando semejante espectáculo delirante, China se parte de risa: ver a los Estados Unidos quebrarse por dentro, ver cómo ellos solitos se auto destruyen igual que aquel imperio Romano de Occidente antes de la Edad Media, es un espectáculo apasionante para cualquier chino dictador y comunista que quiera ser la primera potencia.

Y mientras Putin se retira, inteligente y para no darle el gusto al americano deudor; el viejo se hace el héroe.

“Que malo soy, todos me temen” piensa el viejo, mientras chupa un cono de helado de chip chip chocolate, antes de tomarse la medicación de la tarde.

Y mira por donde, la verdad es que si. Todos te temen viejo loco; y especialmente el pueblo americano. No hay más que ver las encuestas y la economía americana.

Putin siguió los sabios consejos de mi abuela que decía. “soldado que huye, sirve para otra guerra” y “líbrame de los tontos, que de los malos me cuido solo”

Y con estos dos consejos, más algún llamadito de Trump explicándole a Putin el riesgo de tratar con este viejo loco, Rusia se hará inteligentemente a un lado, comprará palomitas y verá auto destruirse sin ayuda de nadie al imperio americano, en manos de un viejo tarado, enfermo, corrupto y testarudo.

Porque no hay mejor victoria que aquella que se gana, sin tener que mover ni un sólo ejército.

JR

“La Nueva China”

Mirad bien esta cara de galleta: es la del nuevo dictador comunista de Canadá.

Ayer este nuevo dictador proclamó un estado de emergencia en Canadá que le delega sin interferencias, todos los poderes.

Y la Democracia, esa de la que hablan tanto los líderes de izquierda, es la que queda suprimida al instante.

Y no vaya usted a creer que esta medida de emergencia ha sido por una guerra mundial ni por una nueva variante del cuento chino de la gripe, sino por una protesta de camioneros, que está en contra del pasaporte sanitario obligatorio, que se ha impuesto como normativa ya en medio mundo, para que el ciudadano pueda salir de su casa y gozar de una vida digna.

Sin ese pasaporte, uno pierde todos sus derechos, entre los que está, en muchos países ya, el circular libremente, el trabajar, el viajar, el ser intervenido en una emergencia sanitaria o el acceder a la educación.

Si señores, el nuevo emperador de Canadá ha proclamado hoy en su autocoronación, que confiscará las cuentas de todos aquellos que apoyen económicamente a los disidentes de sus políticas totalitarias. A quienes llamó además, pro terroristas.

O sea que la disolución de todo tipo de disidencia y la existencia de otros partidos políticos que no sea el suyo, está en puerta.

El partido político único permitido será muy pronto sólo el suyo y quien no acate sus órdenes o apoye a quienes protesten contra ellas, será despojado de su libertad, de su trabajo y cómo no, de sus cuentas bancarias, que serán confiscadas al viejo estilo comunista de la URSS, Venezuela o Cuba.

El dictador Trudeau no ha parado allí y sabiendo que hoy la cripto moneda está aún sin controlar y que le quedaba fuera de su abanico de comando, ha decidido nombrarla moneda de lavado de dinero y dinero pro terrorista, por lo cual, muchachos digitales, se les acabó la fiesta.

¿O acaso pensabais que los comunistas sólo iban a quedarse con el dinero en metálico y analógico? ¡No! No os hagáis ilusiones. ¡Nada escapará de su dominio! Ni siquiera la moneda de los que se creen modernos e intocables.

El nuevo dictador Trudeau, que comenzó su carrera igual que empiezan todos los dictadores contemporáneos occidentales; haciéndose el tolerante, el sentimental, el ecologista y el humanista; hoy se ha quitado la mascarilla una vez más y nos ha mostrado sin tapaboca, que toda esta trama nunca fue por el coronavirus del murciélago mal cocido por casualidad en Wuhan, sino que se trató de una estrategia de ir poco a poco quitándonos las libertades, una a una y por temas de salud. Y así poquito a poquito, instalarnos el comunismo chino.

La cosa se ha acelerado un poco, ya que nadie contempló la disidencia. Nadie imaginó jamás, que la gente común (…y menos aún los canadienses) saldría del estado de pánico que sembraron los gobiernos, las instituciones sanitarias y por supuesto los medios de comunicación (que sirven al poder de las dictaduras de izquierda desde hace años, apoyando sus tramas y tapando toda información sobre sus delitos) para exigir la libertad.

Hoy, o se piensa como el nuevo dictador chino- canadiense o te aplastan.

Así tal cual lo ordenó el cara de galleta “eco friendly” de Trudeau.

“Crush them” ordenó sin pelos en la lengua el ecológico pacifista canadiense, al viejo estilo de su admirado Stalin.

Si, así, cómo si fuésemos galletas o cómo si fuésemos cobardes.

La pregunta es… ¿lo somos?

JR