Cuando la Educación tiene una orientación utilitaria se ocupa de formar a personas que fabriquen cosas.
En un mundo como el nuestro en donde el valor de la vida está puesto en la cantidad de cosas y de comodidades que poseemos, la instrucción de fabricantes resulta fundamental, no sólo para generar riqueza, sino para mantener en auge los ritmos de progreso.
Está claro que las civilizaciones que no se han enfocado en la Educación utilitaria, no han logrado jamás ningún progreso material.
Esto puede observarse en la diferencia que existía antiguamente entre Oriente y Occidente. Mientras Occidente producía individuos productores y generadores de progreso material, Oriente se enfocaba en la inacción como método para el progreso espiritual, dando como resultado a civilizaciones que vivían en la pobreza, (que crece inevitablemente en toda quietud) y provocando una falta de bienestar económico y material alarmante.
Buscar la utilidad en la Educación es sin duda una labor fundamental para cualquier civilización contemporánea que desee sobrevivir y desarrollarse; pero también es cierto, que sin el cultivo de lo no útil, resulta imposible darle a lo útil una buena utilidad.
Es por eso que la unidad simbólica entre Oriente y Occidente; entre el cultivo de lo útil sumado al cultivo de lo no útil; no sólo resulta beneficiosa en cuanto a riqueza de contrastes, sino primordial como protección para la humanidad; porque aquello mismo que da progreso, si no se conduce de una forma consciente puede causar tu destrucción.
Cuando lo no útil deja de cultivarse se corre el riego de no contar con las armas necesarias para anticipar posibles riesgos y para trazar el camino satisfactorio de lo útil.
Aquellas civilizaciones que dejan de fomentar el enriquecimiento de lo no útil, terminan generalmente sin saber qué utilidad darle a las cosas útiles o aplastados por el armario de su casa.
Toda excesiva cuantía produce, contrariamente a lo estipulado, un vacío imposible de llenar.
Un poco de todo y un poco de nada, resulta ser siempre una buena combinación para una vida sana y equilibrada, en donde lo útil deje siempre espacio para lo no útil.
Y así lo útil nunca perderá su sentido, ni la orientación adecuada.
JR
“Quién ha visto vaciarse todo, sabe de qué se llena todo.” A. Porchia