«La Incomodidad es la Fuerza del Arte»

«Cuando la vida te haga ruido o te roce como los zapatos, tienes que crear» JR

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Siempre hemos desmerecido a la adversidad, como si fuera una mala hierba a la que hay que arrancar de cuajo. Y sin embargo, al mirar atrás en nuestra propia vida la vemos a ella, como a una magnífica generadora.

La adversidad nos ha encendido las ideas, nos ha hecho profundizar en la nimiedad y ha sido capaz de crearnos una nueva escala de valores, en donde curiosamente lo importante resultó ser aquello a lo que no le dábamos valor en la abundancia. 

Mi abuela repetía: «La necesidad es la madre de todas las cosas»

Se refería a la incomodidad que precisa la creatividad para nacer; del mismo modo en que el niño nace, cuando ya no se encuentra cómodo en el útero materno.

Nadie que se encuentre cómodo es capaz de crear, porque quien se ha adaptado a lo que hay, no siente ninguna necesidad de pensar algo nuevo.

El arte surge de la incomodidad y como una revolución frente a lo existente y el artista es básicamente un ser que habita incómodo y al que la vida como la percibe a veces le pica o le hace ruido.

¿Quién que estuviese cómodo se tomaría sino, el trabajo de crear?

El arte actúa a veces como denuncia y otras veces como alabanza, pero siempre nace de una incomodidad individual que aspira a sanarse o liberarse mediante la expresión»

JR

«La Destrucción de lo Femenino»

«Muchas esclavitudes nuevas se esconden detrás de un grito de ¡Libertad!» JR

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Hay un eslabón fundamental en la construcción de un imperio y sin duda este eslabón es la mujer, la responsable de criar al sabio o al machista, al bondadoso o al terrorista.

La  mujer, esa a quien erróneamente se considera como el sexo débil, es quien tiene en sus manos ese poder;  ya que tanto el hombre como la mujer que nos sucedan dependerán de ella. 

Existe sin embargo, un movimiento de mujeres iracundas que avanzan por el mundo occidental y se pasean desnudas y a los gritos, intentando mostrar que esa es la libertad que reclaman y merecen. Y todo aquel que intente detenerlas será catalogado de machista e insultado sin pudor.

Si eres mujer y te opones a ellas, te enviarán a un lugar especial en el infierno que según me han comentado, ha reservado Madeleine Albright para aquellas mujeres que no apoyamos su proyecto de autodestrucción masiva.

Sin embargo, como yo no creo en ese infierno, considero que es competencia de las mujeres deslegitimar a este colectivo que habla en nuestro nombre pero que no nos representa, degradándonos y humillándonos sin parar. 

¿Quién impulsa a estos movimientos violentos? Yo me hago esta pregunta cada día y estoy convencida de que no proviene de una mujer, sino de un hombre.

Un hombre cuyo interés no es la evolución, sino la decadencia del género femenino. Un hombre que desea demostrar que la mujer occidental no ha logrado ejercer su libertad correctamente y que por esa razón es bueno que permanezca sometida.

Un hombre que desea justificar que debemos vivir lejos de los libros, de la escuela, de la universidad, de las empresas, del Arte y de la Ciencia porque nos hemos convertido en un colectivo violento, iracundo y destructivo que al acceder a la libertad ha puesto en riesgo también a la continuidad de la especie.

Un hombre que desea quebrar nuestro imperio occidental basado en las libertades y en la equidad de oportunidades para todos, en pos de un patriarcado. 

Las feministas actuales, siguen dando motivos para que esto suceda y para que el desprestigio de la mujer occidental aumente día a día; con cada marcha, con cada teta, con cada insulto, con cada reivindicación violenta que ellas encarnan en nombre de un colectivo que se ha despojado del tesoro que posee lo femenino y en nombre de una libertad a la que desconocen. Y como no la conocen, no la cuidan. 

JR

«La libertad no es un regalo, sino una construcción.  Y cuando la has construido, sabes muy bien por donde se destruye»JR

«La Elección del Escritor»

«Soy aquello que muestro y también soy aquello que escondo, porque lo que muestro siempre delata a lo que escondo» JR

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Una hoja en blanco es para el escritor un trampolín y las palabras, el único remedio capaz de calmar su ansia.

Esa nada blanca a la que se enfrenta cada día, le ofrece siempre dos opciones: O vende o se arriesga.

La venta le garantiza la aprobación del entorno, ya que todo vendedor es un experto en reconocer las necesidades de sus clientes. Y si es bueno, nunca falla. Te observa, te estudia, te aprende, te conoce y logra encontrar el producto que necesitas, sin ninguna dificultad.

Posee la habilidad de entrar sin problemas en tu carencia y sabe darte el consuelo que precisas. Ocupa tus vacíos y crea espacios nuevos para darte continuidad a ti y a su trabajo, regalándote un refugio y ofreciéndote su amparo. Y es gracias a esos escritores, que las historias se disfrutan y la lectura se ama.

Pero hay otros desgraciados que cuando ven una hoja en blanco no encuentran otra opción que la de arriesgarse. Ésos no tienen en cuenta ni tus gustos, ni tus creencias, ni siquiera le importan tus necesidades inmediatas y en vez de relajarte, avanzan con sus verdades  atropellando todas tus estructuras, cavan en tus cimientos sin guantes y sin permiso y al terminar te dejan a tu suerte, sin siquiera una linterna.

Consiguen romper desde adentro todo aquello que con tanto esmero tú habías construído a modo de protección y de consuelo.

Ellos se muestran sin piedad y te exponen sin anestesia a toda tu ignorancia, reformulan tus preguntas y evaporan tus respuestas. Dejando hecho trizas tu kit de supervivencia y sin siquiera percatarse de que te has quedado tumbado; con un libro en la mano y el corazón en el suelo.

Pero si tuviera que elegir entre uno de estos dos tipos de escritores, no sé con cual me quedaría, porque pensar en una vida limitada sólo a uno de ellos, sería a estas alturas algo inconcebible.

Sin el desgraciado, mi vida no tendría sentido y sin el vendedor, sería insoportable.

JR

«Cuando la Historia es un Ancla»

«Hay un momento en el que se vuelve urgente cerrar la puerta de la historia y hacerlo sin sentir ninguna culpa porque la superación es la única manera que tienes de poder sobrevivir a ella.» JR

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La Educación no siempre actúa como una tabla de salvación para los individuos, sino que a veces se parece mas a un ancla que te deja clavado al fondo sin ninguna posibilidad de avance ni de progreso.

No es extraño presenciar las discusiones anuales que tienen lugar a ambos lados del Océano Atlántico cada 12 de Octubre, ese día en que antiguamente todos celebrábamos con alegría el descubrimiento de América y que hoy sin embargo, transitamos rodeados de un victimismo que enturbia cualquier intento por crear un ambiente festivo.

Uno va perdiendo poco a poco la noción de quienes fueron en realidad las víctimas y quienes los verdugos, en aquellas historias que hoy son tan antiguas, como lo son los dinosaurios; a quienes mi hijo pequeño sospecha que yo he conocido en mi juventud.

La Historia es algo viejo que debe ser aprendido, pero que luego debe ser superado.  Porque el verdadero aprendizaje consiste en la superación de la historia. Superación como mejoramiento y también como redención.   

Hay personas que presumen de poseer una prodigiosa memoria y que son capaces de recordar fechas y hechos siniestros del pasado, con un odio tan vigente que uno al escucharles, lejos de quedar maravillado por estar frente a gente tan memoriosa, siente que la falta de información hubiera sido mucho menos perjudicial en ciertos casos.

La diferencia está en cómo se utiliza a la Historia.

¿Es acaso la historia una tabla de salvación para aprender sobre patrones y comportamientos de hechos admirables o indeseables del pasado, o es una táctica para crear resentimiento eterno?

No es extraño que se utilice a la Educación como método político para manipular la mentalidad de las generaciones nuevas hacia una ideología determinada y es por eso que la Educación y la política siempre han estado muy unidas. Porque quien maneja la Educación de un pueblo tiene en sus manos el poder.

La Educación alimenta a la política, ya que el político busca moldear a su rebaño a su imagen y semejanza.

La imparcialidad en la enseñanza de la Historia sea quizás una utopía, teniendo en cuenta que quien escribió la historia probablemente no haya sido imparcial en su mirada. Pero es importante tomar conciencia de que la estrategia de aquellos gobiernos latinoamericanos que inculcan el odio a Europa por la colonización de 1492, sólo están intentando justificar la actual miseria de sus pueblos, buscando a un culpable que ha muerto hace siglos fuera de sus fronteras.

La Historia debe superarse para servir como medio de aprendizaje y no como un generador de resentimiento y estancamiento. 

El resentimiento es la enfermedad que corroe actualmente a Medio Oriente y a America Latina. Cultivada por líderes como Chavez, Kirshner, Maduro, Evo Morales o Castro, quienes han basado sus políticas en ubicar a los responsables de la miseria de sus pueblos fuera de sus fronteras, para enrurbiar la mirada del pueblo y así poder esconder su mala gestión, su irresponsabilidad y su enriquecimiento a base de corrupción y manipulaciones.

Mientras estos pueblos sigan pensando que la culpa de todos sus males está en Europa o en Estados Unidos, nunca le exigirán progreso a sus propios gobernantes. Y esta es la estrategia de los que cultivan el resentimiento; evitar todo tipo de responsabilidad y evitar así la acción responsable de sus políticos. 

El resentimiento es una forma infalible de situar a la culpa  y a la solución de los problemas que padece un pueblo fuera de su territorio. Y al estar fuera, no hay nada que tú puedas hacer. Y cuando tú no haces nada, sólo consigues que te hundan en la miseria.

La historia que no se supera crea un resentimiento que te mantiene ciego y anclado al pasado y el pasado es un tiempo en donde no existe ninguna posibilidad de progreso. Un tiempo vedado para ti porque aunque lo intentes nunca te permitirá volver.

Hay un momento en que se vuelve urgente cerrar la puerta de la historia y hacerlo sin sentir ninguna culpa, porque la superación es la única manera de poder sobrevivir a ella.

JR

«La historia luego de informarte sobre las fortunas e infortunios pasados, tiene que impulsarte a superarla,  porque la historia que tú crees, debe redimir a la que has heredado» JR.