«Libres de Ideologías»

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Muchos piensan que estar libre de ideologías consiste en pertenecer al grupo de los tibios; esas personas que se muestran indiferentes hacia todas las cosas y que se preservan de tener que jugarse por alguna postura.

Sin embargo tengo la sensación de que a esta libertad se llega de una forma distinta y se alcanza sólo después de haber recorrido un largo camino. Se arriba a ella con una sensación de profundo cansancio, que no es el resultado de una indiferencia, sino mas bien el producto de una implicación total en las cosas.

La tibieza en cambio es ese lugar en donde nada nunca es demasiado frío ni demasiado caliente como para necesitar de tu intervención. Una comodidad que nos preserva tanto de la valentía como de los fracasos, una posición que evita el esfuerzo y se focaliza en la superficialidad que consiste siempre en guardar las apariencias. Porque la tibieza es considerada como el comportamiento políticamente correcto. 

Es cierto que se esconden esclavitudes en todas las ideologías y hay quienes consideran a la ideología como a una pertenencia ineludible, casi como la membresía a un equipo de futbol. Algo que se hereda, se contagia y con lo que mas tarde se debe morir. A estos fanáticos cualquier mutación les parece una traición mortal.

Pero yo soy partidaria de ir liberándose permanentemente de todas las ideologías políticas, sociales y religiosas como si fueran la piel muerta de la víbora que se va dejando sin culpa en cada estación. Y a este recambio hay que hacerlo en cuanto se percibe que la ideología comienza a apartarse de tus parámetros de justicia e impide tu crecimiento.

Porque cuando la ideologia te traiciona, uno debe también traicionarla y redirigir su atención hacia otra distinta.

¿Al fin de cuentas quien es el amo, el hombre o la ideología?

Soy consciente de que muchos llaman traición a lo que otros llamamos vivir manteniéndonos libres de cualquier ideología.

JR

«Todas las cosas están al servicio del hombre para impedir que el hombre viva al servicio de las cosas» JR

«El Nuevo Escaparate»

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Muchos de nuestros conceptos han mutado su significado con la irrupción de internet y el límite entre lo público y lo privado no ha sido la excepción, en esta reacomodación que ha provocado nuestro nuevo mundo digital.

Es difícil establecer el lugar en donde comienza y acaba la privacidad para alguien que interacciona activamente en las redes sociales.

Aquello que mostramos no sólo transparenta aquello que buscamos, sino también aquello que deseamos provocar en el público que observa del otro lado; muchas veces dejando rastro de su mirada y otras veces sin dejar constancia de su observación. Porque aquellas personas que te dejan un like o un comentario no son las únicas que te están mirando.

Es cierto que las redes sociales actúan como magníficos amplificadores de ideas y se han convertido hoy en un medio fundamental para la difusión sobre temas laborales, comerciales, políticos y sociales, ocupando un espacio de propaganda para distintos mensajes, con el fin de contagiarlos, esparcirlos y lograr una conciencia y un cambio.

Pero existen tambien muchas otras motivaciones que nos llevan a colocarnos dentro de este escaparate digital y que a veces, aunque camufladas detrás de causas más nobles, enmascaran simplemente nuestra necesidad de mostrarnos y de sentir que estamos vivos.

Todo aquel que se muestra está inevitablemente abriendo una puerta privada. Al escribir este post yo he abierto una puerta hacia algo de mi que era privado y así sucede con cada cosa que compartimos. El mostrarnos es una tendencia presente tanto en las redes, como en todos los demás aspectos de nuestra vida. Y así comprobamos que las redes no son en realidad la causa de nuestras vanidades, sino simplemente sus modernos amplificadores. 

Siendo consciente de que todos nos mostramos de algún modo, la única diferencia entre las distintas formas de mostrarse radica en aquello que nos motiva a hacerlo.

El escaparate digital es nuestra nueva pasarela en donde inevitablemente hacemos público todo aquello que hasta ahora era privado o circulaba únicamente en entornos familiares y sociales reducidos. Esto ha sido una ventaja en muchos aspectos y ha sido también un inconveniente en muchos otros.

Lo cierto es que nadie quiere ni puede privarse de mostrarse de algún modo, ni siquiera cuando cree que se esconde, porque incluso quien se muestra ausente, se muestra.

JR

» Tu Insatisfacción es mi Negocio»

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Quizás nuestro gran error sea intentar encontrarle un sentido a la vida diferente al de sentirnos bien con nosotros mismos; conocernos, aceptarnos y encontrar ese lugar en el mundo en donde encajamos.

Se nos motiva diariamente a buscar fuera un sentido que no existe. Vivimos impulsados hacia el exterior, convencidos de que alcanzaremos la felicidad si tenemos una u otra cosa o si viajamos a éste o a otro lugar, si logramos determinados estándares de vida o si creemos en determinadas cosas.

Y así permanecemos corriendo hacia un destino inalcanzable, como esos pequeños hámsters que corren con gran ímpetu en una rueda que gira siempre sobre su propio eje. Y mientras corremos en busca de un destino ilusorio nos perdemos de ese espacio de silencio que nos llama diciéndonos.  – «Pst… es aquí y ahora».

Quienes conocen bien la escencia de la mente humana saben que está compuesta por una materia gris llamada insatisfacción. Y quien se ocupe de alimentar continuamente a este monstruo tiene sin duda una fortuna asegurada.

Este animal que habita en nosotros se llama » Más» y nunca está satisfecho. Puedes pasarte la vida alimentándole, sin lograr jamás hacerle feliz.

Aquellos que conocen la insaciabilidad de este monstruo le sacan provecho al máximo en su propio beneficio, vendiéndonos constantemente objetos, sueños, ideas, y mundos ideales que nos implican muchas veces el dejar de estar «aquí y ahora».

Si bien nuestra insatisfacción tiene su cara positiva como cada uno de los elementos presentes en el universo; haciéndonos evolucionar en muchos aspectos; si no logramos identificarla y pararla a tiempo puede llegar a comerse no sólo nuestros sueños, sino también nuestro presente y los tesoros que nos ofrece hoy.

JR

«Habitan dentro de mi dos voces distintas; una que me dice que siempre hay algo más y otra que me dice que todo está aquí.» jr