
Mucho nos han mentido ya con la anterior pandemia, para que la gente no se haya vuelto desconfiada.
El problema con la confianza es que una vez que se quiebra, ya no hay forma de repararla. Uno puede intentar comprometerse a decir siempre la verdad, pero la desconfianza perdurará en la persona engañada, por mucho que lo intente.
Con esta guerra de Ucrania nos han manipulado mucho, enseñándonos noche y día las imágenes de la pobre gente ucraniana sufriendo e intentando hacer de Putin un monstruo y de Biden y la OTAN unos santos.
Pero la realidad es que ni el malo es tan malo, ni el bueno era tan bueno.
Los laboratorios de Ucrania salieron a la luz durante una declaración de la subsecretaria de estado de Biden, quien admitió hace 2 días la existencia de laboratorios en Ucrania financiados por el departamento de Defensa del presidente Biden.
Ahora el terror de la OTAN es que Rusia se haga con dichos experimentos, a los que a pesar de catalogar de “no importantes”, consideran sumamente peligrosos.
Cuando uno mira hacia atrás puede ver el camino de mentiras y de manipulación por el que le fueron llevando, pero cuando mira hacia adelante, no sabe ya a quien creer.
Lo llamativo fue también que la OMS se apresuró ayer a hacer declaraciones diciendo que era muy probable que otra pandemia saliese de Ucrania, debido al estado de stress y al hacinamiento de los ucranianos en los trenes que evacuaban el país.
Uno se pregunta entonces, cómo fue que durante la segunda guerra mundial no hubo pandemias. Y se da cuenta, de que después del cuento del murciélago, esta elite del nuevo orden considera que somos una especie descerebrada, capaz de tragarse cualquier cosa.
Así que nos siguen mintiendo e inventando historias, buscando culpables fuera, desresponsabilizándose absolutamente de todo y demonizando a cualquiera que les lleve la contraria.
Señores, “en Ucrania sólo teníamos fábricas de caramelos, pero igual estamos preocupados, tan preocupados, que expusimos al pueblo ucraniano a una guerra y a la destrucción de un país entero por esas fábricas de caramelos”.
Seguramente la próxima pandemia salga de Ucrania, y nos digan que el culpable ha sido Putin, quien también es culpable de la inflación y de que Estados Unidos y Europa no tengan actualmente independencia energética.
Putin ha ocupado el lugar de chivo expiatorio que antes ocupaba Trump. Y como Trump ya no está, el nuevo culpable de todos los males del mundo, será ahora el señor Putin.
Preparémonos para este nuevo “Reset” que se viene con todo. Poquito a poquito, guerra a guerra, pandemia a pandemia, nos irán empobreciendo y estupidizando con sus excusas, para demonizarnos si discrepamos.
El nuevo “ green deal” ya va teniendo poco de verde, poco de paz, poco de una vida más saludable y se va pareciendo cada vez más a la pobreza, a la guerra, a la enfermedad constante y al totalitarismo absoluto, que a cualquier otra tierra prometida.
JR