«Milei, Despertando a los Vecinos»

Desde el extremo sur de este planeta, ruge un león que se ha empeñado en devolverle la libertad a los argentinos y sacarles de la miseria en la que los continuos gobiernos de izquierdas les han sumergido.

Anoche desde el Congreso de la Nación Argentina, un presidente outsider del establishment político, paró a todo un país y despertó a los exiliados y a los extranjeros, que pusieron el despertador de madrugada para no perderse su discurso; histórico y emotivo; de esos que te ponen la piel de gallina y te recuerdan los valores de tu niñez; esos valores por lo que se nos enseñaba a luchar cuando nuestro corazón era aún incorruptible.

Verle allí, con su aspecto extraño; típico de todos aquellos que no encajan en la era en la que han aterrizado por azar y a quien muchos han criticado y humillado llamándole loco o mirándole por debajo del hombro; fue realmente emocionante.

Milei nos ha dado anoche a todos un momento de gloria, llegando entre granaderos a caballo y banderas argentinas flameando a un Congreso que por primera vez en muchos años se veía honorable e iluminado, para inaugurar una de esas noches en las que vuelves a creer en lo imposible; en que aquello con lo que sólo sueñan algunos locos, pueda por fin hacerse realidad.

Su corazón noble, su carácter indomable, sus recurrentes enfados, sus tweets iracundos, sus abrazos eternos, su valentía, su indisimulable autenticidad y esa cercanía con la gente, le han convertido en un ser adorable.

Le quieren ahora no sólo aquellos que le votaron, sino un mundo que mira hacia el sur y toma nota de los abusos groseros de la casta política y de los oportunos procedimientos de una buena motosierra.

Los resultados empiezan a verse tímidamente, aunque los desafíos sean enormes y la oposición sea inescrupulosa, mafiosa, inmensa e incansable;  luchando como un animal herido por preservar sus corrupciones y su adicción insalubre al enriquecimiento ilícito.

Mientras el león ruge despertando a los vecinos, muchos más empiezan a mirar alrededor y a ver todas esas corrupciones en sus propios ámbitos y países, tan arraigadas ya, que hasta han dejado de parecernos corruptas.

Uno se acostumbra al abuso con tanta facilidad que aprende a dejar de verlo, a darlo por sentado y a aceptar que la única opción es aguantar y callar, para no molestar con reclamos, ni desentonar con el rebaño.

Pero el rugido de un león que no habla bonito, ni intenta quedar bien, retumba y despierta nuestros corazones.

No habla bajito ni tranquilo, como lo hacen los opresores a los que nos hemos acostumbrado;  con sus clases de corrección política y su dialéctica oportuna e inconsistente, su deformación del lenguaje, su preposiciones inclusivas, sus ostentaciones verbales en justicia social y sus lucrativas eco políticas humanitarias; todos los recursos que utiliza el político hipócrita para engañarte, robarte y de paso, hacerte sentir culpable.

El peligro de Milei no apunta únicamente a la oposición  Argentina, sino a todo el mecanismo socialista que ha infectado a Latinoamérica, a Europa y a los Estados Unidos.

Tiemblan las castas del mundo, mientras los corazones de los corderos resuenan con palabras extrañas y olvidadas como «libertad» y muchas otras amputadas, como «Democracia».

Rugen los leones desde el sur y en el norte retumban los ecos de aquellos que por fin han despertado.

JR

«Un Quijote en Davos»

Milei, el presidente argentino, llegó a Davos en un vuelo comercial; mientras los ecologistas aparcaban sus aviones privados y aterrizaban con comitivas de decenas de personas para disfrutar de unos días de relajo en mansiones alquiladas en Suiza, cuyo precio llegó a rozar el millón de euros, en el caso del presidente Petro, quien alquiló una propiedad por 4 noches a ese precio, con el dinero del pueblo colombiano.

Lo curioso de toda esta obsesión socialista por la ecología es la pantalla de humo que genera, para ocultar el despilfarro de los recursos del ciudadano, al que estos gobiernos socialistas exprimen a impuestos y culpabilizan sistemáticamente de cualquier problema ambiental.

Mientras la huella de carbono de la fiesta de Davos aceleró el calentamiento global 4 años, estos impresentables se dan el gusto de darnos discursos alarmistas sobre la sostenibilidad del planeta y nos vaticinan años de recortes y de sacrificios, de los que por supuesto, ellos quedan siempre al margen.

Gracias a Dios, apareció Milei en escena para quitarles la máscara a todos estos políticos acostumbrados a vivir del cuento verde y de los impuestos de todos los trabajadores, que somos quienes sostenemos las vidas de lujo que se dan estos socialistas tan preocupados por el medioambiente.

Afortunadamente la gente ya empieza a despertar del cuento socialista en el mundo entero y el alarmismo verde y la cultura Woke empiezan a desvanecerse poco a poco en las urnas europeas, a pesar de las oleadas de inmigrantes que los líderes socialistas insertan en Europa en complot con las organizaciones ONG, para recuperar votantes de izquierda.

Las fronteras abiertas en los Estados Unidos y en Europa no tienen otro fin que el de conseguir votantes que compensen a los ciudadanos que han despertado por fin del engaño socialista, al ver su vida económica menguada, la inseguridad jurídica creciente y el peligro del vandalismo y la violencia fulminante en toda América y Europa.

El caos que traen las políticas socialistas se perciben en poco tiempo. Y la soñadora Europa, ya sufre actualmente los resultados de estas políticas buenistas, verdes, igualitarias, integradoras y tolerantes en todo su esplendor: déficit fiscal, subida de impuestos, bajada de pensiones, sistemas sanitarios colapsados, sistemas educativos en crisis, delincuencia y okupacion de viviendas descontroladas.

El socialismo va dejando su particular huella de carbono visible en el mundo entero y algunos quijotes se atreven a levantar la voz para denunciar los molinos de viento que estos delincuentes pretenden vendernos un año más, desde su festín socialista en Suiza.

JR

«Traición Justificada»

Queridos amigos,

Cuesta mucho confesarse y debo pediros a todos que por favor no divulgueis lo que voy a comentaros, porque considero que es algo sumamente íntimo y la traición no es algo de lo que uno deba sentirse orgulloso.

A pesar de haber sido criado en los valores de la tolerancia y en el hábito de poner siempre la otra mejilla frente a los abusos y frente al mal; creo que ha llegado el momento de reaccionar y de decir basta.

He conocido a un hombre alto, rubio y de ojos azules, que promete terminar con la inflación, con el despropósito de las fronteras abiertas, con la inseguridad y la violencia en las ciudades y promete además, proteger nuestra constitución, nuestros valores, nuestra policía y nuestro ejército.

Después de muchos años de confiar en los promocionados valores de la «equidad» por sobre todas las cosas y de sentirme absolutamente defraudado después por todos aquellos que consiguen lo mismo que yo, pero sin ningún esfuerzo; he tocado fondo y he decido cambiar mi perspectiva.

He conocido a un hombre que da discursos sin telepronter, que dice la verdad aunque pueda sonar antipática; un hombre que desconfía de los políticos y desea bajar el gasto público para cuidar mis intereses, un hombre que habla sin rodeos, sin tropezar, ni rodar por las escaleras.

Después de tantos años de creer en el discurso de aquellos que se llaman a si mismos «buenos y piadosos» he comprobado cómo mienten esos que llevan décadas diciendo proteger al pueblo, mientras se enriquecen a si mismos a costa de todos.

Llevo años asustado por el cambio climático, mientras esos mismos que nos asustan con el calor y con la subida de los mares, no paran de comprar propiedades sobre la playa.

He estado viviendo en la incongruencia absoluta desde hace años, intentando apagar el corticuito que me provoca el choque entre los discursos, la  realidad y las acciones que les acompañan, y he decido por fin, dar un paso al frente, hiera a quien hiera y ofenda a quien ofenda.

Muchos llamarán traición a mi despertar, otros lo llamarán pecado, o me llamarán hereje de ultraderecha, pero hoy ya nada me ofende más de lo que me han ofendido y traicionado aquellos políticos en los que había confiado.

Es por eso que hoy he juntado valor para escribir esta carta y confesaros a todos, que este año y con muchísimo orgullo, me pondré una gorra roja y votaré por Donald J. Trump.

JR

(carta anónima encontrada en mi buzón)

«Creer en lo Imposible para Navidad»

De todos los deseos y las nuevas resoluciones para el año nuevo, me he quedado sólo con una y es la de «creer en lo imposible» para Navidad.

Nuestro tiempo nos ha demostrado que éste es el recurso de adaptación, que necesitamos para entender y sobrevivir a todo lo que nos pasa.

Era imposible pensar que el país más rico del mundo en 1930 ocupase hoy un lugar en el top 10 de los países más miserables del mundo y era aún más imposible, pensar que un futbolista roquero, se convertiría en el brillante economista y presidente argentino que le cambiaría ese destino.

Era imposible imaginar que un ingeniero se convirtiese en el hombre más visionario de este planeta, activista político y patriota; pero pese a cualquier pronóstico, Elon nos ha demostrado, que nadie en planeta tierra sabe soñar como él.

Era imposible creer que una niña de cuarto de primaria fuese la activista más polémica y mejor pagada de la historia, pero Greta nos ha enseñado que no hay límite de edad para facturar a lo grande y para engañar al mundo entero con la culpabilidad del ser humano en el cambio climático.

Era imposible pensar que la tierra de Pelayo pudiese algún día convertirse en la sumisa y culposa tierra que es España hoy, que acoge, incita, motiva y soporta los abusos de hostiles extranjeros, que vienen a recuperar aquello que creen que les pertenece.

Era imposible también, imaginar que una rubia de 1,60 de altura fuese la encargada de poner orden en Italia y de enfrentrarse a las camorras y a las mafias migratorias con la entereza de un gigante.

También era imposible soñar con que un rubio de origen irlandés, dejase a un lado su vida de lujos, hoteles y campos de golf para dedicarse a «volver a hacer a América grande» y luchar contra todos los poderes marxistas que rigen hoy los Estados Unidos y organizan el destino del mundo.

Era imposible pensar también, que los graduados de las universidades más prestigiosas del mundo fuesen hoy una manada de pro terroristas y defendiesen con tanto esmero y vehemencia la destrucción de todos los principios y valores de la civilización occidental, esa misma que los ha educado en libertad y les tolera la ignorancia de enfundarse en banderas palestinas.

No hay duda de que el mundo se ha vuelto impredecible y aquello que necesitamos es la habilidad para verlo venir y sobre todo para resistirlo; una capacidad de adaptación que logre que el pronóstico más insólito e inesperado, no nos haga morir en el cortocircuito.

Yo este año había limpiado la piscina y tenía listo el bañador para celebrar mi navidad en Europa, muy atento a las amenazas de Greta y de Bill Gates sobre el calentamiento global; imaginé que por fin disfrutaria de una Navidad estival; pero sorpresivamente aquí no dan a basto los radiadores para abrigarnos de tanto frío.

Por eso considero fundamental pedir este deseo en Navidad y sobrevivir con salud y estoicismo a este viaje a lo inesperado.

JR

«Almas de Luz»

Detrás de una apariencia poco política, detrás de un pelo despeinado, del look de rockero y de un discurso económico y técnico, se esconde un alma llena de luz.

El candidato elegido a presidente en la República Argentina no es un político de carrera, de esos a los que estamos desgraciadamente tan acostumbrados, esos que no han hecho otra cosa que ir calentando sillas en distintas instituciones públicas y trepando como ratas para conseguir puestos a base de enchufes y de acomodos. Puestos para los que sin duda, no están ni formados ni capacitados.

El señor Milei es ante todo un profesional de la Economía que lleva décadas dando clases y conferencias por todo el mundo, un ser que no necesitaría complicarse la vida intentando salvar al pueblo argentino y sin embargo está ahí, aguantando a las mafias políticas y a la prensa marxista dedicada a destruirle a cada paso.

Le esperan años duros de mafias, paros, amenazas y piquetes. Pero allí está, esperanzado, siempre trabajando, siempre inclusivo, agradecido, accesible, sincero y disponible.

¡Cuánta alegría por Argentina y cuántas ganas de tener un Milei en cada territorio!

Mientras a algunos nos tocan dictadores capaces de vender a su madre por el poder o señoritos educados en la oposición, más preocupados por quedar bien que por defender la Constitución y las instituciones de sus países, ellos tienen a Milei.

¡Quién pudiera tener un candidato valiente, aguerrido, profesional, inteligente, cercano al pueblo y a la vez con ese toque de dulzura que irradia y que lo ha hecho un ser amado por los argentinos, que le han dado más de 14 millones de votos.

Milei es un alma de luz, esas a las que invocan todas las personas religiosas en sus misas, en sus templos y en sus ritos desde los principios de la humanidad.

El hombre pide ayuda, guía, líderes, salvadores y Mesías, a los que cuando tienen en frente, la gran mayoría es incapaz de reconocer. Esta vez la Argentina lo vió y lo vió a tiempo.

Mientras la mitad del mundo le critica, la otra mitad lo desea. ¿Quién pudiera tener dos cosas inigualables que tienen hoy los argentinos? Un Messi y un Milei.

Mientras la izquierda, la prensa marxista y las derechas cobardes y acomplejadas se llenan la boca de críticas, mentiras, bulos, envidia y malas predicciones, este ser lleno de luz brilla desde el sur, con su mirada valiente, su ropa sencilla, con un proyecto firme, con la palabra clara, justa y sincera; y la esperanza para un país al que la izquierda ha dejado en ruinas.

JR

«Socios de Irán»

Ya me ha llegado el vídeo sentimental lanzado por el partido Demócrata americano, en el que Biden lee un texto escrito por profesionales de la poesía, en apoyo al pueblo israelí.

El vídeo es bonito, como lo son siempre todos los discursos de las izquierdas, llenos de emoción y de buenas intenciones; pero de las cuales, lo más recomendable es no creerse nunca nada.

Lo primero que debemos observar es que el armamento nuclear de Irán nunca se detuvo, ni los miembros de las naciones unidas, (esos empleados públicos tan bien pagos), que se hacen los que trabajan con un coste altísimo en impuestos para el ciudadano y que no hacen más que derrochar privilegios y gastar gasolina en viajes, traslados y seguridad privada, sin rendimiento alguno; no tienen nada hecho. Pura farsa.

El otro hecho reciente, que nos pronosticaba a voces el inminente ataque a Israel por parte del eje del mal, fueron los miles de millones de dólares que acaba de girar Biden a Irán hace 10 días para la liberación de prisioneros.

El vídeo sentimental empieza a cobrar sentido, cuando sirve de lavamanos para todos aquellos que desean limpiar su conciencia, o anestesiar la conciencia del ciudadano americano, que sin darse cuenta, acaba de financiar con sus impuestos el ataque de Hamás a Israel y para que vuelva a votar al partido Demócrata en las próximas elecciones, por ser gente tan «sensible».

“Nosotros apoyamos a Israel, aunque estemos financiando el ataque a Israel con tus impuestos y no regulando a favor del desarmamento nuclear de Irán con los organismos internacionales, diseñados únicamente con el fin de la seguridad mundial, también mantenido con tus impuestos».

Si a los Demócratas les funciona el vídeo sentimental para enmascarar las consecuencias de sus políticas pro Irán, pues muy bien, pero todos sabemos que desde que Biden entró en la Casa Blanca, todo son guerras y desastres militares; empezando con la huida de Afganistán, dejando allí equipamiento militar y armas de un valor incalculable, siguiendo con la guerra de Ucrania, en donde casualmente el partido demócrata lleva negocios interesantes e inescrupulosos desde hace años y siguiendo con la guerra en Medioriente desatada en los últimos días y que muy pronto continuará en Europa y en USA en forma de ataque terrorista, como bien ha anunciado Irán en las últimas horas.

Al final, el hombre naranja, como lo llaman despectivamente a Trump, no resultó ser ni tan naranja, ni tan malo.

Con él, el mundo dormía en paz, menos aquellos políticos acostumbrados a vivir del cuento y demás enemigos de la Democracia, el resto vivía tranquilo, el dólar del ciudadano se gastaba con cautela, las fronteras estaban vigiladas, los enemigos estaban bien amenazados y la economía crecía debido a la instantánea mejora que genera siempre la bajada de impuestos por la reducción del gasto público.

Sin tanto discurso sentimental ni lacrimógeno, el hombre naranja abría su bocaza a los gritos y el Islam temblaba, los chinos se meaban encima y el corano le invitaba a jugar al golf. Había mucho jaleo mediático, pero guerras, ninguna.

La preocupación primordial del partido demócrata hoy es el peligro del » White Supremacy» o los «padres terroristas» que no desean que sus hijos sean adiestrados en marxismo, pornografía infantil o movimientos pro palestinos en el kindergarten. Esos son los peligros para el partido demócrata que con una mano tira abajo la estatua de Colón todos los 12 de Octubre y con la otra le gira a Irán miles de millones de dólares para financiar su armamento nuclear.

Mientras tanto la lucha en el congreso y en las naciones unidas consiste en que aquel condenado por terrorismo o golpismo, tenga los mismos o mas derechos que el ciudadano de bien.

Así estamos, con Irán dentro de casa, con Irán en la clase, con Irán en el congreso, con banderas de Irán en los balcones, con manifestaciones pro Irán en las universidades, con Irán cagando y durmiendo entre nosotros hasta el día en que explotemos todos por los aires, y si, merecido por imbéciles y buenistas.

Mientras tanto, a disfrutar de los vídeos de Biden, que es adorable hasta cuando come helado. Una monada de presidente, blanco, alto, rubio, delgado, de ojos azules, elegante, educado; de esos con los que uno, explota tranquilo.

JR

«El Pacifista desde el Sofá»

Nada me resulta más violento que un pacifista dando consejos desde su casa amurallada y con seguridad 24 horas.

Es muy fácil criticar cualquier defensa, hacerse el bueno y el tolerante con la violencia que sufre otro, habitando en paz.

La superioridad moral de la que hace alarde el pacifista desde el sofá tiene más de hipocresía que de paz, mezclado con un alarmante desconocimiento de historia, de política y de cultura en general.

Cuando uno no comprende nada sobre un tema, lo mejor es hacerse el bueno, es una postura cómoda, positivista, educada y socialmente respetada, en donde no hace falta justificación ni data. La paz porque si y punto. Porque soy bueno.

La cultura occidental se basa especialmente en ese deseo de ser aceptado y respetado por ser sensible y considerado. Incluso en la guerra, luchar contra un occidental compensa mucho más que caer en manos del estado islámico, en donde después de quemarte vivo de a trozos, te irán cortando en pedacitos como marca el libro sagrado del Corán ( un manual en donde se especifican las torturas y violaciones correspondientes en cada toma de infieles, con un detalle que limita cualquier iniciativa original, torturas, vejaciones, mutilaciones ordenadas y continuadas, detalladas con crudeza y sin piedad y todo mandado por el amoroso Alà)

El Pacifista es generalmente un ser ignorante, que no ha estudiado sobre los temas sobre los que opina y se limita a repetir frases sueltas que ha ido recogiendo de panfletos, Facebook y tik tok, esas frases bonitas con las que deja a todos admirando su bondad y haciéndoles creer que además sabe algo.

El problema con Irán no es el derecho al arma nuclear sino el Islam, porque cuando tu religión y tus líderes actuales dicen en cada uno de sus discursos que su objetivo es el extreminio de Israel, sin que se les mueva un pelo de pudor, y cuando tu religión fundada por un terrorista como fue Mahoma, se basa en la matanza de infieles, entonces la tenencia de un arma nuclear en determinados colectivos, se vuelve mucho más peligrosa que en otros.

La posesión de un arma nuclear te garantiza la paz en cuanto que tu adversario tenga tu misma mentalidad. Yo tengo la mía y tú tienes la tuya, ninguno quiere usarla, por lo tanto nos garantizamos la tolerancia y la paz.

Pero este no es el caso con Irán. Y quién conozca el mundo islámico lo sabe bien. Los pacifistas ignorantes por supuesto, lo desconocen.

Pero el peor de los problemas de los estados islámicos es el terrorismo islámico, porque los ataques suicidas son muy difíciles de controlar y con eso no hay negociación posible. Dispones de dos opciones o les líquidas o dejas de darles lo que necesitan para perpetuarlos y matarte. Son ellos o tú .No hay cabida para el pacifismo en estos casos.

Cuando en algunos siglos nuevas civilaciones se pregunten cómo fue que no vimos venir la destrucción de nuestra civilización, tendremos que responder que éramos veganos, teníamos la ONU, éramos tolerantes, bien pensados, estábamos muy preocupados por el cambio climático, por los colectivos lgtbiy + y preocupados por destruir estatuas del 1492, por abolir la policía y el ejército, por condenar la tenencia de armas legales y demás estupideces a las que este «pacifismo» de ignorantes nos ha condenado.

JR

«La Demonización de La Valentía»

Uno no suele repetir el título de un artículo que ya ha utilizado, pero cuando las cosas se parecen tanto, es necesario hacerlo.

Javier Milei, el candidato a presidente argentino, al que muchos catalogan de extremista y de loco, representa a una población de gente harta de la corrupción de los gobiernos en Argentina.

Este movimiento comenzó a crecer en redes sociales, con nula financiación y entre los sectores más dispares de la sociedad.

Le votan pobres y ricos, viejos y jóvenes, cultos e ignorantes; porque todos comparten la misma impotencia e indignación contra el sistema corrupto de la casta del Estado.

Muchos hablan de él con temor, alegando que está loco y yo creo que realmente lo está, porque nadie en su sano juicio es capaz de tal acto de valentía.

Sólo un loco es capaz de enfrentarse al narco estado mafioso en el que se ha convertido hoy la Argentina.

Otro síntoma de locura es el de jugarse la vida por un pueblo tan desagradecido y pretencioso como es el pueblo argentino, que se caracteriza por morder siempre la mano de quién está dispuesto a ayudarle.

El pueblo argentino, una gente adiestrada en fútbol y asado, que vive recordando glorias pasadas, mientras se deja robar callado para no parecer maleducado, ha perdido no sólo los valores, la valentía y la esperanza, sino también un futuro.

A veces ser tan indiferente y mirar siempre para otro lado tiene consecuencias, y hoy están a la vista.

No se trata solamente de no mover un dedo; sino de morder el dedo de aquel que se atreva a moverlo y a patear el tablero para «vos».

El argentino es alguien que está convencido de que siempre se merece algo mejor que aquello que tiene disponible. Y que nada de lo malo que le sucede se lo merece, ni se lo ha buscado él.

Otra característica típica es la de buscar y preservar siempre la conveniencia personal, ese lugar cómodo y calentito al que uno está acostumbrado y le beneficia, pero que trae luego la incomodidad de terminar viviendo en un país arruinado.

Las oleadas de argentinos que emigran a otros países se ha incrementado al 500 por ciento en el último año. Y los pocos jóvenes que aún están allí, creen en Milei, como la última esperanza para lograr salir de la destrucción sistemática de un país en todos sus aspectos; moral, económico, legal, cívico y creativo.

Los medios de comunicación, en su gran mayoría corruptos y comprados por el gobierno marxista, atacan a Milei el día entero y por cualquier punto o coma que encuentren en cualquiera de sus discursos e intervenciones.

No hay otra ocupación para la prensa argentina, que seguir destruyendo en un país en ruinas; motivando el miedo constante hacia un candidato dispuesto a luchar por ellos y por un país en el que sólo él cree.

¿De qué vivirán estos pseudoperiodistas patéticos que no saben de nada, ni de Economía ni de Historia, si al país le va bien? Ellos viven de las desgracias, del chismorreo y del fútbol. Esas son sus fuentes de ingreso.

No saben preguntar más que por cosas de la chusma y son incapaces de seguir una conversación de Economía o de Historia, sin que se les vea la mirada perdida, propia del estudiante que no ha abierto el libro, ni ha hecho los deberes y esperando volver a retomar el tema de la frivolidad en la que estos «periodistas» se mueven y donde se sienten bien cómodos.

Hablemos del perro, del gato, de la hermana, de lo que dijo el que dijo y demás estupideces en las que ellos se gradúan, en distracción de la información; hablemos del mundial y de porqué gira la pelota; porque es lo único que saben y se les da bien.

Es mucho más cómodo hacer caer a Milei y que sigan los mismos comunistas de siempre, que atreverse a un cambio, que podría ser incómodo, peligroso o incluso salir bien.

Cuando me cuentan aquella historia del hombre perdido en una isla que le reprocha a Dios su abandono y éste le comenta todas las veces en que le envió formas de rescate, sin que él reaccionara; no puedo más que pensar en la Argentina. («primero te envié una balsa, después un bote y luego un helicóptero, pero no agarraste ninguno»).

Porque para que te ayuden, primero hay que dejarse ayudar.

JR

«La Religión Pública»

Muchas son las religiones que nos han acompañado a lo largo de los siglos, aportando consuelo y esperanza en las horas más turbias de nuestra vida y también compañía y sentido en los momentos buenos.

Está comprobado que hasta los más ateos creen en algo en el momento en el que el avión cae en picado, sea amor, luz eterna, cosmos o Dios, todos se encomiendan a algo a la hora del peligro.

Ya nos decía Porchia que «lo malo de no creer, es creer un poco» y alguien desconfiado como yo, ya no le cree la valentía ni a los ateos; porque a la hora de la verdad, nadie tiene huevos.

Sin embargo, hoy emerge una nueva religión entre estas juventudes adoctrinadas a base de ecología y de comunismo light (disfrazado de justicia social), a la que muchos llaman la «religión climática».

Adoctrinados en el terror desde los 3 años, los niños que viven los retos de la diversidad y de la inclusión son también advertidos de Lunes a Viernes en horario escolar, de que el mundo tiene los días contados, de que el planeta se extingue y de que la culpa la tienen sus padres y sus abuelos; esos que tenían dos pantalones y cuatro camisetas en el armario, heredaban los juguetes viejos de los primos mayores, viajaban una vez al año y cabían 10 en un coche de 4 plazas. Esos infelices fueron los contaminadores del planeta.

Ellos sin embargo, los energúmenos y víctimas del siglo XXI no tienen nada que ver, por supuesto.

Ellos que cambian de iPhone cada 6 meses, que consumen baterías y electricidad 24/7, que cambian de atuendo según la colección de temporada y a quienes todo les cae mal y les da alergia, que consumen medicamentos como si fuesen caramelos, que sólo comen  «vegan», sushi, fusión, ecofresco y caro y por supuesto, todo etiquetado con los componentes minerales y nutricionales certificados por el FBI.

Ellos son las víctimas oprimidas del consumismo desmesurado de sus abuelos. Y si los abuelos son blancos, aún peor, porque ser blanco duplica al cuadrado cualquier culpa.

El pequeño energúmeno llega a casa sin mirarte a la cara, enfocado únicamente en su móvil, enganchado a tik tok, a los influencers patrocinados por el gobierno y a los videojuegos.

Vuelve odiando a todo el mundo mayor de 30 años después de un día intenso de adoctrinamiento escolar; que comenzó con una charla sobre el sufrimiento trans, siguió con una disertación magistral sobre las desgracias del capitalismo, continuando con otra ponencia sobre las consecuencias nefastas del colonialismo español y del imperialismo americano en la psicología indígena, para cerrar la tarde con una exposición sobre todas las formas de detectar el racismo, la opresión, la homofobia, la transfobia, el machismo o cualquier rastro oculto de pensamiento de derechas dentro del ámbito familiar.

Durante el recreo y para animar un poco más los ánimos, se organizó un parade de travestis y cultura game/porno patrocinada por la empresa farmacéutica de la píldora del día después, que además, regaló muestras gratis a todos los alumnos.

De Matemáticas y Literatura ni hablar; porque ya no hacen falta cosas viejas para un mundo nuevo según dicen los gurús y los expertos.

Y si lo dice el experto es Amén y buenas noches. Nada de poner en duda las barbaridades que te dictaminan los expertos sobornados por el gobierno.

¿Pensar? ¿Y eso qué era? Ah…otra forma de contaminación que ejercían los abuelos.

Hoy no hace falta pensar, tenemos un gobierno altamente protector, influencers, móviles y a Alexa. ¿Qué más puede necesitar un adoctrinado? 

Y si a eso le sumas un concierto en el Wizzink de Roger Waters, pregonando las maravillas del comunismo y reeditando aquel «we dont need more education, we dont need no thought control» de los 70′  a ritmo chino y con letra de Xi Jinping, estamos completos. Adoctrinamiento a todo ritmo y con nueva versión 3D anti capitalista siglo XXI de Pink Floyd.

Hoy con tener a mano la inteligencia artificial que nos promueve Bill Gates, bastará con un pequeño dispositivo para obtener todas las respuestas y las soluciones que necesites a cada paso. Por supuesto, «sus» respuestas y «sus»soluciones, las del mismo algoritmo que está adoctrinándote en la escuela pública, en los carteles del metro, en el cine, en el telediario y en la sala de conciertos.

La unidad para el dominio es absolutamente pasmante.

El energúmeno a base de baterías y datos móviles sólo sale de la habitación para recriminarte algo, porque no olvidemos que las víctimas nunca son responsables de nada y encima ahora están empoderadas, protegidas, subsidiadas y deprimidas.

«El mundo se extingue» «El planeta que nos dejan» «Este calor no es normal» » Este viento es raro» «llueve mucho» » Nevó poco» » Las tormentas de nieve están descontroladas» » Hace frío» «Hace calor»

Como si uno no hubiera aguantado inviernos horribles y veranos espantosos. Quizás no medíamos tanto, no llorábamos tanto, no mirábamos tanta tele y trabajamos más. En fin, otro mundo. 

Yo no sé si viene un calentamiento o un enfriamiento global  y sinceramente viendo la humanidad que se nos viene, la extinción vendrá seguramente por otro lado, no creo que sea el clima quien se encargue de la ruina de esta civilización de tarados que estamos cultivando y adoctrinando en la estupidez  con nuestros impuestos y nuestro consentimiento.

Pero mientras haya enchufes y wiffi seguirán dando por saco hasta el cortocircuito.

Y cuando llegue el apagón y no tengan acceso a la inteligencia artificial, quizás algún abuelo tire una idea.

JR

«La Activista y el Arrepentido»

Muchas son las críticas que ha despertado la nueva serie de Netflix sobre Harry y Megan en los medios de comunicacion del mundo y tengo que reconocer, que gracias a ellos, encaré la tarea de analizar la serie con muchos prejuicios.

Me costó no apagar la tele después de los primeros diez minutos de victimismo «made in USA», pero decidí continuar hasta el final, para darle una nueva oportunidad a mi tolerancia.

Reconozco que después de tres capítulos, tanto Megan como Harry se ganaron mi afecto, (soy un hueso fácil de roer) y las historias de amor son mi talón de Aquiles.

Creo además, que Megan ha hecho muy bien en lanzar esta versión personal sobre su paso por la corona británica, porque más allá de su percepción individual sobre las cosas, nos ha dejado claro a todos los estudiosos de los fenómenos sociales, el choque de culturas que existe entre la modalidad cultural americana y la modalidad cultural británica.

Si bien es la modalidad cultural americana la que está actualmente colonizando Europa, no podemos negar que existen brotes nacionalistas europeos aquí y allí, que se resisten aún, a doblegarse ante este avance, aunque desgraciadamente, creo que serán los últimos destellos de resistencia, antes de que el inevitable e irrevocable dominio de la estupidez «woke» americana, se instale en Europa para siempre.

Este fenómeno de resistencia lo podemos ver en Italia con Giorgia Meloni y en todos aquellos movimientos que la prensa mal llama «ultra derecha» en Europa.

Estos movimientos no son otra cosa que manotazos de ahogado; los últimos intentos por preservar un pedacito de la cultura y las tradiciones europeas, frente a la invasión implacable de la estupidez americana, que arrasa vestida de activismo ecológico y humanitario, sin dejar de ser la mismísima ignorancia fanática, que nos sumergió en la oscuridad y el retroceso de la Edad Media.

Lo curioso del Imperio Romano fue que no sucumbió ante enemigos externos, sino que se destruyó desde adentro. Su caída se debió a la implosión social, que fue minando durante décadas y desde dentro, sus valores y todo aquello que lo había construido y sostenido a través del tiempo.

Hoy es el mismísimo Harry, el que intenta destruir el motor de su sustento; ese gran Imperio Británico, que lo mantuvo económicamente toda la vida y que sigue haciéndolo aún hoy, en su actual California.

Megan y Harry representan claramente el choque de culturas y el inevitable avance ideológico americano del que hablo.

Ella es la viva representación del activismo woke americano, nacido del resentimiento, alimentado con el pensamiento mágico y sustentado en la erradicación de cualquier tipo de responsabilidad individual.

Y Harry, es la Europa acomplejada que pide perdón por su identidad, se avergüenza de su historia, de sus tradiciones, de su progreso y de su pasado, y  entrega sin resistirse toda continuidad, toda autonomía y toda posibilidad de futuro.

Harry no está obligado a nada por Megan, porque Harry quiere ser como Megan, y es por voluntad propia que elimina sin dudar, cualquier diferencia de pensamiento, en pos de la aceptación de su pareja y con un sentimiento de culpabilidad permanente, que nos deja entrever cómo él se responsabiliza de todas las decisiones de Megan. Él asume la culpa de todo: «Si ella está sufriendo, es por mi culpa»  asegura y repite Harry a cada rato.

Europa no sólo se homogeneiza con América porque desea contagiarse de sus «nuevas»  ideas, sino que se responsabiliza de todo el sufrimiento que ésta padece y que supuestamente dió luz a esas ideas, basadas en el odio y el resentimiento por un dominio ancestral.

La abolición de todo resquicio  de identidad personal se plantea como una virtud en esta pareja, y es que para la mentalidad actual americana, cualquier diferencia, es un pecado mortal.

«Somos iguales» comenta Harry a cada momento, como si la necesidad de clonarse con Megan, fuese un requisito obligado para el buen funcionamiento de su pareja. 

El activismo americano evangeliza sobre «igualdad», aunque en la serie, quede en total evidencia que la igualdad de ellos con el resto del mundo, aunque suene bonita, es inexistente e impracticable.

La abolición de la desigualdad es el fundamento de la causa americana, y con ella se demoniza al rico, al noble y al genio. Toda diferencia se ataca por igual y por ser distinta, en esta obsesión por igualarlo todo y a toda costa.

Todo debe ser igual; debemos ser todos la misma masa uniforme, que es lo único que no ofende, ni discrimina a nadie.

Pero cuando esta cruzada del pensamiento mágico por la  igualdad fracasa, se culpa entonces al racismo.

Si no logramos ser iguales tú y yo, no se deberá a que la idea de  igualdad pudiera ser irreal, ni a qué tú seas más guapo, mas inteligente, más fino, más preparado, más educado, más valiente, más sociable, más ahorrador o más trabajador que yo; sino al mero racismo.

Y con eso, justificamos todo, desde lo más pequeño hasta lo más grande.

El racismo es el nuevo «one size fits all», esa talla de camiseta que le quedaba bien a todo el mundo, aunque a todos nos quedara como el culo. 

Hoy, el racismo es la excusa imbatible para todo. Todo dolor, fracaso, error, desgracia o injusticia, que no encuentra respuesta, es por default, racismo.

La modalidad americana ve racismo en todo lo que se mueve.

Desde hace décadas en los Estados Unidos, se formatea a los niños para odiar a su país, aborrecer su cultura, su pasado y su bandera y esto mismo vienen importando a Europa, de la mano de los socialismos europeos.

A los niños que no son blancos se les predispone a culpar al racismo, de cualquiera de los posibles fracasos en su vida adulta.

En primaria se les entrega un paracaídas que lleva escrito… «Si fracasé, seguro que fue por racismo».

Con esta predisposición fomentada desde la escuela, el niño sabe de antemano, que pase lo que pase, siempre habrá alguien a quien responsabilizar de sus problemas y de sus fracasos.

Los americanos se han vuelto tan insoportablemente sensibles, que cuando ves venir a alguno, es recomendable cambiar de acera.

No vaya a ser, que te acuse de algo. ¡Y cuidado! Porque a  cualquier mal lo diagnostican como racismo. Y es que han eliminado por completo de su formateo cerebral, a la responsabilidad individual.

¡Y lo peor es que Harry y Europa están igual! Uno ya no sabe qué decir ni qué ponerse, porque todo ofende y hiere mortalmente a todo el mundo.

Creo que a los ingleses les pasó lo mismo con Megan, que a mí me pasó con Barack Obama.

Vivimos la llegada al poder de gente de color como un hito histórico, un momento de alegría y un avance cultural, como un factor de conciliación y de unidad y sin embargo, sucedió todo lo contrario.

Tanto Obama como Megan no han hecho más que perpetuar las brechas, alimentar odios, revivir  resentimientos y echar leña a un fuego, que estaba ya casi extinto.

No es casual que los dos sean activistas, porque el activismo consiste en separar a unos de otros; en enfrentar, no en unir. La creación del enemigo es lo que hace al activista. Sin enemigo, no hay lucha. Y sin lucha, no hay trabajo ni plataforma para el activista.

Hoy, las llamaradas de la guapísima activista woke llegan hasta Buckingham Palace.

Mi único consuelo es que no hay nada nuevo bajo el sol. Así ardieron también Roma, Troya, Atenas.

Si es que al final, no se aguanta tanto progreso… ¿ A quién culpamos si todo va bien?

JR

«Los Valores de las Pelotas»

Querido diario:

Después de terminar con mis posteos lacrimógenos en Twitter y Facebook, sobre la angustia que siento por la guerra de Ucrania, por el calentamiento global y por el dolor del inmigrante ilegal que llega a Texas vestido de Adidas, sintonizo finalmente con mi cara real, esa que se esconde detrás de cada hipócrita y me encuentro por fin, con la alegría por la pelota.

Ya he posteado sobre todo aquello que considero como políticamente correcto, (eso que los medios de comunicación me indican y la sociedad espera de mi), como es el odiar a Trump, despreciar a Elon Musk, la obligación de ponerse urgentemente la quinta dosis de una vacuna en pruebas y culpar a Putin de todas las demás cosas.

Ahora me tomaré un descanso y sintonizarė el canal en donde pasan el mundial más caro de la historia, que transcurre en un país islámico y en donde las mujeres no pueden conducir, destaparse la cabeza en público o salir de su casa sin un hombre, y donde los inmigrantes no pueden ir al baño sin pedir permiso y sin custodia y mueren en el anonimato de una cuneta, mientras construyen bellísimos estadios de fútbol.

Bueno, no nos espantemos, porque así se construyeron todas las grandes maravillas del patrimonio de la humanidad. ¿O no?

No hay nada nuevo bajo el sol, por lo menos, no hasta que venga un socialista, al que le convenga sacar a la luz en campaña, que la esclavitud es el nuevo mal del siglo 21.

Día a día sigo asombrándome de la capacidad de racionalización que tiene el ser humano.

Mi cerebro es capaz de manipular cualquier realidad y acomodarla según mi conveniencia.

«Serán sólo 90 minutos», me digo a mi mismo.

Al fin y al cabo es un partido y ya que estoy, aprovecho también para sentirme un patriota.

Ni eso soy, porque al país le tengo un asco terrible y por las dudas, también el dinero fuera… pero por 90 minutos me abrazo a un compatriota y hasta me tapo con su bandera, pero sólo por la pelota.

Juro que hace un par de meses, si veía al mismo compatriota circular sin mascarilla o sin vacuna, llamaba a la policía para que lo arrestaran. Pero resulta increíble, el poder de unión y de solidaridad, que le aporta a uno, un balón.

Hay momentos en que la conciencia me vuelve, pero entonces, rápidamente me consuelo viendo a los pacifistas, a los veganos, a los socialistas, a los independentistas catalanes que van con cualquier equipo que no sea España, a los ecologistas, a las feministas, a los apostóles fanáticos del distanciamiento social y de los derechos humanos, a los embajadores de los derechos LGTBI y a los de la vacuna obligatotia, al Emir y al Vaticano; sintonizar todos juntos el mismo mundial y todos, sin ningún remordimiento.

Mal de muchos, ceguera de todos. Sí…como los confinamientos y la represión actual en China.

Me repito como justificación a mi indiferencia, que los chinos siempre fueron muchos y contaminaban demasiado el planeta y que «a lo mejor se lo merecen»,  como cantara Alejandro Sanz, mientras el CEO de la manzana roja les bloquea el Airdrop, para que sigan aún más aislados e indefensos y nosotros, igual de ciegos.

Luego nos asombramos de que los campos de concentración nazis no le importaran a nadie en 1943. ¿Le importa a usted acaso, lo que estén sufriendo hoy los chinos? Seguramente le importen más los ucranianos porque son altos, rubios y de ojos azules. Y aunque lo diga en alto, nadie le acusará de racista porque la guerra de Ucrania es políticamente correcta y económicamente muy conveniente. No así, la lucha por la libertad de expresión en China.

Por la «democracia» de los ucranianos llegaríamos hasta la tercera guerra mundial; pero por la libertad de expresión del pueblo oprimido chino, ni a la esquina, porque Biden tiene un affair secreto con Xi, que rogamos que el pajarito azul no destape.

Mientras sintonizo el canal de cable, me entran noticias nuevas sobre Irán: muy pronto ejecutarán a los detenidos en las protestas en contra del asesinato de Mahsa Amini, asesinada por tener el velo mal colocado. Son los pequeños detalles oscuros que tiene «la religión de la paz», ahora también con el permiso de Biden para obtener la bomba nuclear; pero si hay fútbol, vamos todos. Yo nunca fui racista, ni político, ni religioso, ni discriminė a nadie. Mi ideología es el balón. De oro, por supuesto.

Aunque usted no lo crea, a la ceguera hay que publicitarla y protegerla mucho, cueste lo que cueste. Los rusos y los nazis llamaron a este proceso «propaganda», latinoamérica le llama «fútbol para todos», los americanos la impusieron desde el parvulario como»Critical race Theory» y los chinos le llaman «Tik Tok».

Por suerte, de financiar la ceguera se ocupan los gobiernos con sus impuestos, los subsidios, los mundiales y los empresarios corruptos, junto a todas sus organizaciones y de la mano firme de los medios de comunicación.

Menos, el del canario azul de Elon Musk, y es por eso, que le odiamos tanto. ¿Quién osa hoy en día, promover la libertad de expresión? ¿A quién se le ocurre semejante disparate?

¡Sólo un loco de atar como Musk entra a su nueva compañía con un lavamanos, en un mundo plagado de Poncios Pilatos! ¡A la hoguera! ¡Menudo facha resultó ser el creador del Tesla!

Pero eso sí, con pelotas. Ya avisó en un tweet, que si lo encuentran suicidado, no fue él. Habrá que pensar en otras opciones muchachos. Seguro que ideas no les faltan. Dediquen las navidades a preparar sus venganzas, igual que hacen cada día con Trump. Sin descanso. ¡A por ellos!

Vuelvo a la tele y me repito a mi mismo, que siempre en toda dieta existe un día libre; el día del permitido le llaman; ese día en el que uno se atiborra de todo aquello de lo que renegó durante la semana. Igual que esos asesinos seriales o esos depredadores sexuales, que cada cierto tiempo, se dan un gusto. Pero el resto del mes, juegan a ser niños buenos.

Da igual, porque ahora gracias a las nuevas leyes que redacta una ministra sin estudios de derecho y feminista, ex cajera de un supermercado en España, todos los violadores salen libres, «si o si», después del acto. Despreocúpese.

Me convenzo de no hay nada peor que la culpa y eso sólo lo sabemos bien, aquellos que la sembramos cada día a través de las redes sociales y a conciencia.

Ya habrá tiempo para seguir llorando por Zelensky y por las mujeres oprimidas del régimen talibán, ya habrá tiempo de seguir echándole la culpa a la gente de bien por el calentamiento global, el racismo, el machismo, el contagio del coronavirus, el frio, el calor, la lluvia, el alto índice de criminalidad en el metro de Nueva York, la esclavitud del Imperio Romano, la corrupción política y la inflación de los rusos.

Hoy es día de mundial, hoy es mi día libre, mi permitido.

Y como diria el Diego: «pelota mata valor» o quizás, estos sean los valores de las pelotas.

JR

«Cripto- Comunismo»

Mi abuela siempre nos advertía:

«Uno nunca sabe para quien trabaja» y con los años yo le agregué … «uno tampoco sabe para quien ahorra»

La experiencia me ha mostrado cómo cantidad de herederos despilfarran fortunas ganadas a base del ahorro y del esfuerzo de sus ancestros, y cómo los estados socialistas hacen exactamente lo mismo con tu dinero ahorrado.

El incremento desorbitado de impuestos, la expropiación de bienes o los impuestos a la herencia son algunos de los mecanismos que utiliza el gobierno para desalentar el ahorro.

Pero el ahorro no es solamente una capacidad de previsión, sino la capacidad de austeridad, que no es otra cosa que una disciplina en la forma de vida, como podria serlo también la disciplina en la alimentación. Uno no come hasta reventar, uno se mide y se tira de la rienda, porque se restringe el instinto a la desmesura.

Las culturas capaces de ahorrar son sin duda culturas superiores, porque la restricción del instinto nos habla de superioridad en todas sus versiones, mientras que la desmesura nos descubre todos los vicios.

Mucho se ha hablado de las criptos en estos años; esta nueva versión en la capacidad de ahorro de las generaciones tecnológicas; que huyendo de las cargas impositivas y del control de los gobiernos, inventaron una forma virtual de ahorro, creyéndose intocables.

Hasta hoy me sorprendía mucho la falta de regularización de este nuevo tipo de divisa.

Yo pensaba: ¿Cómo puede ser que estos socialistas a los que no se les escapa nada, dejen a las criptos sin impuestos?

Esta semana finalmente lo entendí.

FTX quiebra justo después de las elecciones de medio término en Estados Unidos, dejando a miles de ahorradores sin su dinero. Y sin ninguna reglamentación que les proteja, ni obligue a las empresas cripto a compromisos legales con sus clientes.

Conclusion, la falta de regularización y de legalidad te dejará sin ningún derecho al reclamo de tu dinero. No se sabe de quién es, ni quién lo tiene. Y ese mismo beneficio que te ofrecían las criptos es hoy tu condena.

FTX fue el principal donante al partido demócrata en los Estados Unidos y curiosamente, quiebra justo unos días después de las elecciones americanas.

Si eres cripto inversor y eres de izquierdas, puedes consolarte al menos, sabiendo que tus ahorros han ayudado a una buena causa: tu ideología.

Si eres trabajador, medido en el gasto, previsor y desconfiado como yo, no olvides nunca el dicho de mi abuela; porque todas tus privaciones y tus sacrificios, pueden caer muy pronto en las manos equivocadas.

JR

«La Guerra de Gila»

¿Os imagináis a Hitler posando con Eva Brown para la revista Vogue en 1941?

Pues los tiempos han cambiado mucho y ahora los grandes  combatientes tienen tiempo para eso y para mucho más.

Galas de Hollywood, portadas de revistas y apariciones en toda clase de eventos, son algunas de las tareas que entre bombardeo y bombardeo, mantienen a Zelensky ocupado.

Y eso, cuando no tiene que hacer de guía turístico para Angelina Jolie o Leonardo de Caprio en sus visitas por el plató de la guerra de Ucrania, que muy pronto inaugurará un trencito trans de Disney, para que todos los turistas curiosos y morbosos, puedan ir a ver cómo ha dejado de contaminado el paisaje, el malvado de Putin.

Mientras tanto, Zelensky tira un misil en Polonia para despertar una guerra nuclear, acusa a Putin y exige al mundo entre signos de exclamación, la declaración inmediata de la tercera guerra mundial.

Volodimir, acostumbrado a ser el hijo único mimado y el malcriado de la guerra de Biden, ni siquiera pide perdón. El misil era suyo, pero la culpa sigue siendo de Putin. Alucinante.

Para protegerle y con más razón, USA vuelve a girar otra cantidad exorbitante de dólares para seguir dándole al modelo publicitario todos los gustos, mientras la economía de USA pasa por su peor momento desde que asumió Biden, que lleva ya gastado en Ucrania 91 billones de dólares.

Polonia saca a la luz que el misil caído en sus tierras no era de Putin sino de Zelensky, lanzado «por error’ en tierras extranjeras.

¿Por error?  Eso nunca lo sabremos porque la prensa le proteje.

No importa que este señor quiera meternos a todos en una guerra nuclear, hay que seguir tapando todos sus chanchullos como sea, porque su guerra financia a la industria armamentista y a las izquierdas del mundo.

¿O acaso pensabais que el dinero era para salvar Ucrania?

Si se quedaron con las ganas de la nueva temporada de la guerra de Gila, ya está disponible, esta vez localizada en Ucrania.

En estos nuevos capítulos, un disparate tras otro se combinan de forma prodigiosa, llevando a sus protagonistas a situaciones límites tan descabelladas e hilarantes como en temporadas anteriores.

Uno corre el riego de explotar de risa, viendo cómo el público humanitario actual aplaude y apoya a los verdugos que entre slogans de solidaridad y humanitarismo, le llevan al cadalso.

JR

 

«El Arca de Musk»

Los próceres de hoy ya no cruzan cordilleras ni navegan por mares iracundos para liberar a las poblaciones de sus verdugos.

Hoy los verdaderos salvadores del libre pensamiento y de la libertad de los pueblos, navega por internet y son siempre gente rica, inteligente e influyente.

Hay que ser muy rico y poderoso para poder hacer algo así y enfrentarte a las fuerzas del mal, que de otra manera te hundirían entre amenazas, demandas, sindicatos y vendettas fiscales.

Sólo alguien muy rico puede hoy defenderse de los estados corruptos y mafiosos que nos gobiernan.

Y es por eso que los gobiernos comunistas están en contra de la riqueza. Porque la riqueza empodera, protege y limita al gobierno; poniéndole en el sitio que le corresponde: un mero administrador.

Como buen hombre de negocios, lo primero que hizo Elon Musk fue quitarse a todos los ineptos de la compañía. Una empresa que pierde 6 millones diarios está inevitablemente llena de gente inoperante a la que urge despedir lo antes posible.

¡Si al final Twitter parecía una empresa del estado! ¿O realmente lo era? Viendo su nefasto rendimiento tengo mis sospechas de que no estuviera manejada por el gobierno de Biden.

En fin, que el diluvio ha servido para limpiar toda la porquería de Twitter de un plumazo.

De pronto empezaron los «fact checks» y se expusieron en un tweet las mentiras de todos aquellos que como forma de vida daban data incorrecta, bloqueaban información o eliminaban cuentas de usuarios incómodos que decían la verdad.

Hoy tiemblan por pagar 8 dólares por un tic, todos aquellos acostumbrados a lo gratis.

Sabemos que el precio del tic es sólo la excusa para el pataleo, porque el verdadero temor de esta gentuza es el precio que pagarán por tantos años de mentiras.

Quizás muy pronto todas las antiguas teorías conspirativas se comprueben como verdades y hasta se descubra incluso la inexistencia del murciélago de Wuhan, el negocio del Covid y sus vacunas o los temarios escolares porno en los colegios públicos americanos y hasta las balsas de inmigración ilegal pagadas por Soros y las ONGs para destruir las democracias europeas.

También podrían aparecer muy pronto la corrupción de la familia Biden y los negocios del partido demócrata en China y en Ucrania. Ya veremos cuál de todas las teorías conspirativas se confirma antes, como real.

No sabemos qué nos traerá el pajarito, pero sea lo que sea, lo hará fuera de la agenda socialista que lo aprisionaba.

Gracias Elon Musk. ❤️🐦

JR

«El Abuelo Pelosi»

La vejez ya no es lo que era. Los 50 son los nuevos 20 y los 80 son los nuevos 40.

Mucho tenemos que agradecer a la ciencia, al clima y a todas las beneficiosas condiciones sanitarias que hacen que la gente hoy no solamente viva más, sino en mejor estado físico, aunque los ecologistas lo nieguen por manual y sigan insistiendo en que el mundo es ahora mucho peor que antes.

Siempre recuerdo a mi bisabuela que al cumplir los 70 se declaró anciana, se sentó en su sofá y nunca más se movió de allí.

Hoy sin embargo, a los 70, el anciano se apunta al gimnasio, se compra un descapotable «electrico», cambia de sexo y se busca un amante.

Parecido es el caso del señor Paul Pelosi, el famoso marido de Nancy, agredido con un martillo en la cabeza el pasado fin de semana.

No es la primera vez que el abuelo le causa problemas a Nancy.

Hace menos de dos meses le detuvo la policía por conducir ebrio, estrellando su coche contra un Jeep y volcando en medio de una cuneta en una zona urbanizada.

Pero de aquellos policías que le tomaron declaración y de los testigos que presenciaron el incidente, no se supo nada más. Todos cayeron en el típico silencio, en el que caen todos aquellos que presencian delitos de familiares de políticos de izquierdas.

Me pregunto si las amenazas y los sobornos tendrán algo que que ver con estas súbitas mudeces, avaladas por los medios de comunicación, financiandos también por la izquierda.

Pero ahora el abuelo ha ido un poco más allá y se ha peleado con su amante en casa de Nancy, estando ella fuera de casa.

El abuelo llamó a la policía cuando la pelea fue a mayores y el sobresaltado amante le dió en la cabeza con un martillo.

Otra vez silencio de radio. Ni la llamada al 911, ni el reporte de la policía saldrán a la luz seguramente. Todo silenciado y utilizado como intento de secuestro a Nancy Pelosi por un drogadicto de extrema derecha, que adoraba a Obama según todos sus antiguos vecinos.

Lo curioso es que uno, que no es nadie, tiene su alarma conectada en casa, (cuatro cámaras interiores e exteriores), pero esta gente niega que hubiera filmaciones ni sistemas de seguridad en la casa de la futura ex presidente del Congreso americano.

Ni puertas forzadas, ni custodios, ni coches de seguridad vigilando la casa de la tercera en la línea de sucesión de la casa blanca. Una seguridad por cierto, muy acorde a la actual frontera abierta americana.

Suena increíble lo sé. Y es que así suenan siempre las mentiras de la izquierda. Una mezcla de cuento de Disney con delirio fanático religioso, que a fuerza de repetirse como un mantra budista 24/7 en todos los medios del mundo, se termina convirtiendo en verdad absoluta.

Todo lo demás, es teoría conspirativa de la extrema derecha y eliminada automáticamente de las redes. Censurada y bloqueada para siempre. Condenada como delito de odio o comentario terrorista.

Hasta el tweet de Elon Musk en donde hacía mención a esta extraña teoría, fue eliminado a los pocos minutos de subirse. Y es que la verdad es demasiado peligrosa para circular tan libremente.

Escondamos al amante canadiense sin papeles en el ropero y utilicemos el incidente como intento de secuestro en manos de la ultraderecha terrorista y fascista americana. Lo mismo haremos con temas como la inflación, con las fronteras abiertas,con el aumento de la criminalidad en todos los estados gobernandos por los demócratas etc. Todas invenciones del mismo y peligroso movimiento de derechas.

Cualquier realidad constatada, será sin embargo, en manos del relato de la izquierda, una paleta de teorías conspirativas que ponen en riesgo a la «democracia». Uff que asco le tengo ya a esa democracia que huele cada día más a comunismo.

Y mientras le cosen al abuelo Pelosi la cabeza y la boca para tenerlo calladito, al otro abuelo Biden lo tienen escondido en el sótano, de donde nunca debería de haber salido, más que para chupar un helado cada tanto.

Cada vez que aparece, sube la inflación, aparece una nueva guerra imprescindible para el destino de la humanidad o termina perdido en algún escenario, saludando a fantasmas, llamando a los muertos o rodando por las escaleras.

En fin, que el Halloween aún no ha terminado; siguen aún los esqueletos dando vueltas y haciendo de las suyas en Delaware y también en San Francisco.

¡Que Dios nos ampare de esta nueva juventud!

JR

«La Emergencia como Metodología»

Cuando algún familiar o un amigo nos plantea una situación de emergencia, uno siempre está dispuesto a ayudar, tanto activa como financieramente.

Uno cede sin dudar su tiempo o sus ahorros, si sirven para sacar al amigo del apuro, pero el problema aparece cuando la emergencia se vuelve una constante y lejos de ser una emergencia ocasional, se convierte en un sistema de manipulación; en una forma habitual de quitarte algo, apelando a tu buena voluntad por una buena causa.

La emergencia es el sistema al que desde hace algunos años nos ha acostumbrado el gobierno, para así poder aprobar presupuestos millonarios disparatados, causando endeudamiento y empobrecimiento a la población.

Empezaron con la emergencia climática, siguieron con la emergencia del Covid, luego con la emergencia de la guerra de Ucrania y ahora empezarán con el invierno sin calefacción de Putin, gracias a la abolición de las energías tradicionales y a la apuesta, (evidencialmente equivocada), por las energías renovables).

Todo serán emergencias a la hora de robarle a usted ciudadano sus recursos, el fruto de su trabajo, su capacidad de ahorro y su libertad.

La metodología de la emergencia suplanta a la metodología del tirano tradicional, que para quitarte simplemente argumentaba «porque me da la gana» o «porque lo pide la ideología» como diría un Stalin.

Hoy, lejos de observar aquel autoritarismo frontal o ideológico pero sincero, vemos la táctica de la víctima disimulada, siempre sufriente y acosada por emergencias de todo tipo.

El estado ya no es un tirano a la vieja usanza, sino un tirano con máscara de víctima medioambiental, que necesita de tu ayuda para ayudarte, porque las cosas más inesperadas y calamitosas simplemente te sucederán, sin que tenga en ello el estado ninguna responsabilidad.

Cómo bien podrá observar, así es como se comporta la mayoría de líderes occidentales actuales.

La ironía de todo este asunto es que se presentan como víctimas de todas las políticas y estrategias que ellos mismos han creado a conciencia, para dominar y robarle el fruto de su trabajo al ciudadano, apelando a su sensibilidad, a la urgencia que presupone toda emergencia y a la reiteración constante de un peligro inminente, sea éste de cualquier clase; medioambiental, ideológico, bélico, racista, nuclear o climático.

«Ayúdame a ayudarte» nos dice un estado verdugo que se llama a si mismo protector y paternalista, pero que oprime como todo progenitor manipulador, que no quiere que seas libre y te obliga a un pseudo amor que te quita, te asfixia y te coarta, pero siempre diciéndote que es por tu bienestar.

¡Pobre de tí si te quejas de este querer tan solidario y bondadoso! Te llamarán negacionista, insensible, privilegiado, racista, homofóbico y toda la carta de insultos tan modernos e inclusivos, a los que estamos ya tan acostumbrados.

Cuidado señores con estos amores y con estas generosidades antes de las elecciones; que bono cultural de 400 eu para los nuevos votantes de 18 años, que documentos instantáneos para los inmigrantes, que fronteras abiertas, que cheques por hijo, que aborto y cambio de sexo libre y gratuito para todos los nuevos niñes, que sanidad universal y gratuita, que bono transporte a mitad de precio hasta las elecciones, que calefacción gratis para todos los okupas…En fin, que la Navidad parece haberse adelantado.

Cuidado señores con confundir la generosidad navideña y la empatía solidaria con la manipulación electoral y el endeudamiento, con confundir la emergencia constante con el simple «robo porque me toca».

Cuidado con los buenos y caritativos tiranos modernos, que se desvinculan de aquellos tiranos malvados del siglo 20, pero que en esta nueva versión bondadosa y con caretas verdes, siguen siendo los mismos tiranos de siempre.

¡Cuidaros señores de los generosos! porque todos los regalos de hoy, serán la pobreza de mañana por la mañana.

JR

«El Timo Climático»

Antes de viajar solía mirar los pronósticos para ver el tipo de ropa que debía llevar a cada sitio. Pero desde hace un tiempo y viendo la incapacidad de los actuales meteorólogos para predecir nada, he dejado de hacerlo.

El día que te aseguran que lloverá, sale el sol y cargas todo el día con el paraguas y el día que te vaticinan un sol radiante, vuelves calado hasta las cejas y sin él.

Si estos son los fallos para pronosticar el tiempo de un día para el otro, imagínese usted a todo este sistema ineficaz prediciendo los catastróficos desastres que nos vaticinan para el futuro.

Mi conclusión es que si uno no es capaz de pronósticar al corto plazo, menos aún será capaz de pronósticar a largo plazo y con exactitud.

Por lo cual he dejado de creerle a todos estos timadores del clima, que no tienen idea si lloverá mañana, pero que te aseguran con una mirada de certeza intelectualoide, que sin ninguna duda muy pronto llegará la extinción del planeta.

Es muy fácil predecir el futuro, porque puedes decir lo que quieras, ya que no estarás presente para que te reclamen ni te digan que estabas equivocado.

Lo difícil es decirme con exactitud si mañana llevo o no llevo el paraguas cuando salga de casa, porque si me mojo, sabré al instante, que en realidad no tienes ni idea de predecir con exactitud la climatología.

Me gustaría ver este invierno el tan publicitado ‘calentamiento global», cuando Europa se muera de frío gracias a los gurús del clima, que obligaron al mundo a cerrar sus plantas de gas y petróleo.

Y las pocas que quedaban, las bombardeó Biden hace unos días, para luego acusar a Putin de todo, como de costumbre.

Ahora al eco Biden se le ve rogando por petróleo al dictador de Venezuela y a los jeques de Arabia Saudí antes de las elecciones de medio término americanas.

Ahora en medio de una guerra con Rusia y a la vera del invierno, ¿el petróleo ya no le parece ni tan contaminante ni tan prescindible?

Este invierno, cuando le cobren una fortuna por 10 minutos de gas o de electricidad al día, acuérdese de los expertos que le vaticinaban el descongelamiento de los polos y la efectividad de los molinos de viento y de los paneles solares para abastecer de energía verde y barata el planeta.

Este invierno, cuando todos le echen la culpa a Putin de que Europa se muere de frío, acuérdese de Greta, de Gates, de Biden, de la burocracia de la unión Europea, del foro económico mundial, de los ecologistas ignorantes y de todos aquellos gurús que facturan desde hace décadas, con este cuento verde.

Y si es capaz de emitir algún sonido desde la eco- bicicleta y mover los labios congelados, déles las gracias por cuidarle tanto.

JR

«La Generosidad con lo Ajeno»

Una de las cosas buenas que tiene el estar rodeado de economistas, es que con ellos aprendes que nada es gratis en esta vida.

Todo tiene un costo y la pregunta antes de ser generoso ofreciéndole algo a alguien, es si realmente estás dispuesto a asumir ese costo y si tienes además, la capacidad de asumirlo por ti mismo.

Uno de los motivos por los cuales la gente está harta de las políticas buenistas de la izquierda es que se prodigan en favores y en beneficios a favor de distintos colectivos; favores que por supuesto, correrán por cuenta del ciudadano que paga impuestos, ya que el estado no produce más que gasto.

Es muy sencillo regalar subsidios, educación, salud gratis, renta universal por respirar, y lo que haga falta, siempre que lo pague otro.

Ser generoso con lo ajeno es muy fácil. Pero ¿cómo haces para quitarle al otro algo que es suyo y que no te daría voluntariamente?

La única forma es la violencia que ejerce toda carga impositiva, en donde se le quita al trabajador un monto de su nómina para los gastos y los regalos del estado.

Y mientras ellos quedan bien, tú pagas. Ellos son el «solidario estado paternalista del bienestar» y tú el cerdo capitalista al que odia todo el mundo. Pero eres el que les mantiene y le hace posible al estado ser generoso con tu dinero antes de su campaña electoral.

Es muy fácil para los burócratas del gobierno organizar campañas, eventos y recepciones, volar en aviones privados y prometer subsidios a todo el mundo, porque nada es más barato ni se derrocha mejor, que el dinero ajeno.

El otro día un amigo ofreció mis servicios de traslado gratis a un colega suyo, dando por sentado que su ofrecimiento no supondría para mí ningún coste. Yo debía ir a recogerle a su casa y llevarle a un sitio gratis, y todo para que mi amigo quedase bien.

Es fácil hacer el bien con lo ajeno, el tema es que cuando es él quien tiene que recoger a su amigo, siempre le surge algún imprevisto o tiene alguna excusa.

En este tipo de generosidades es experta la izquierda. Abre fronteras, recibe refugiados, declara guerras inútiles, convoca convenciones burocráticas en Nueva York y realiza todo tipo de despliegues solidarios y muestras de bondad a costa del dinero del ciudadano que trabaja y paga las invitaciones, las fiestas y ahora también, paga las guerras.

¡Pero cuidado! Tú no puedes enfadarte y dejar de votarles, porque ellos son los «buenos».

Todos sabemos además, que la culpa de todo esto es tuya, tú eres el cerdo capitalista que vota a la extrema derecha, que monta su empresa, invierte sus ahorros, corre con todos los riesgos y con todos los gastos, genera empleo, paga impuestos, recibe a los refugiados en casa, se triplevacuna y usa mascarilla, aguanta la inflación calladito, paga los juicios y las bajas laborales por una uña encarnada o por el malestar menstrual crónico del empleado, o por usar un pronombre inadecuado y causarle a un intrasexual traumas psicológicos de por vida.

Tú eres el culpable de que llueva, de que en verano haga calor y en invierno mucho frío, de que los pobres sean pobres, de que los ricos sean ricos, los blancos sean blancos y los negros sean negros.

¡Maldito cerdo capitalista, sigue trabajando, pagando las fiestas y votando al socialismo, que es lo único que te mereces!

JR

«Hartos de la Izquierda»

La prensa busca con ímpetu palabras que den mucho miedo para describir la victoria de Giorgia Meloni en Italia.

Fascistas, neofascistas, ultraderecha, la vuelta de Mussolini etc; pero nada de esto ha detenido lo que está ocurriendo en las urnas de Europa.

Lo que sucede es el estallido de un hartazgo implacable de los ciudadanos europeos hacia todas las izquierdas y hacia todas sus nefastas políticas.

Roma fue siempre mi lugar favorito; pero debo admitir que la suciedad en sus calles es actualmente insostenible. Se ven ratas andando a pleno día y muchas otras, aplastadas por los coches y sangrando en las aceras entre restos de basura.

La izquierda y sus políticas en aspectos como la inmigración y sus subsidios, el aumento indiscriminado de impuestos, la inflación, sus políticas de limpieza, de ecología o las restricciones del coronavirus con sus encierros forzados y sus controles de pasaportes covid, han producido un asco generalizado en la población y una indignación que ha ido aumentando a lo largo de los años y por toda Europa.

La diferencia entre izquierda y derecha es principalmente su mirada hacia los problemas y su posterior gestión.

Frente a cualquier problema la derecha primero lo reconocerá, luego lo evaluará y verá qué cosas puede cambiar y cuáles son sus limitaciones, para luego actuar y resolver dentro de lo posible.

La izquierda sin embargo, justificará el problema, buscará culpables generando división dentro de la ciudadanía y terminará justificando su inacción echándole una vez más la culpa a otro.

Y todo aquello que no sea a base de algún nuevo impuesto o legislación de donde sacar una tajada económica, no le interesará cambiarlo.

Lo que ha pasado en Italia es la demostración de que toda Europa está harta de ustedes señores.

Sabemos que reconocerlo es demasiado pedir para gente acostumbrada a tirar balones fuera, pero al menos intentadlo.

Esta victoria no refleja ni a los ultras, ni al los fascistas como tanto les gustaría; sino a una Europa que está harta de trabajar y de pagar impuestos para mantener la mala vida que ofrece la ineficiencia y la ineficacia de los gobiernos de izquierda, a los ciudadanos europeos.

JR

«Vagos de Hoy, Vagos de Mañana»

Èramos pocos con el engendro de Greta Thumberg y los miles de burócratas mantenidos de la ONU, para ahora tener que aguantar a los estudiantes mantenidos con los impuestos de todos los trabajadores españoles, haciendo su huelga verde.

Una huelga que no saben bien, ni qué busca ni qué reclama, pero si incluye faltar a clase, no hay duda de que todos los vagos se apuntan. 

No es la ideología comunista aquello que les congrega, sino la ideología de la vagancia. Esa que creamos con buenas intenciones con el «estado de bienestar» para garantizarles a nuestros hijos una buena educación y que terminó creando estos Frankensteins, mantenidos de por vida, incapaces de estudiar, de ir a clase, de tirar los papeles en la papelera, ni de mantener los baños públicos limpios.

Pero eso sí, todos son muy verdes. Re verdes.

«El camino al infierno está hecho de buenas intenciones» dice el dicho y la política del subsidio es un caso clarísimo del fracaso de las buenas intenciones de ayudar a quien no tiene ningún interés en ayudarse a sí mismo.

Hace unos años mi hijo entró en la universidad pública española y el primer día le advertí: «No te olvides que a tus estudios te los pagan todos los españoles con sus impuestos, así que no faltes ni un día y trabaja el doble de lo que trabajarías en una universidad privada, porque si te fuera mal en la universidad privada el daño económico me lo harías únicamente a mi, pero si desperdicias la educación pública, el daño se lo haces a todos»

Intentaba desde el vamos contagiarle un poquito de la responsabilidad que los de mi  generación aprendimos desde chicos, sin tanto estado de bienestar ni tanto mimo, y que sabíamos que todo lo ajeno se debía cuidar aún más que lo propio.

Hoy sin embargo, se gasta lo ajeno con un desparpajo impresionante. Lo mismo dan tres trillones por año, que cinco billones más cada 6 meses para preservar las abejas y los lobos marinos de Australia. Conteo animal que nadie lleva ni exige, porque…¿Quién se anima a contradecir un robo a mano armada, si es por el clima?

Todo robo, si es por un motivo verde hoy está justificado y no se exige ni plan de negocio, ni factura, ni recibo de compra, ni informe de resultados, a menos que quieras ser crucificado con un cartel de «negacionista» en la frente.

Nunca antes los jóvenes habían dedicado tantos años a la formación académica para terminar siendo tan brutos.

Todavía algunos estudiantes de Economía creen que existe algo gratis en este mundo, más allá del amor de su mamá.

No corazón, te diría Milton Friedman «There is no free lunch» todo lo que tú percibes como «gratis»  se lo robas a un trabajador de su nómina.

O como diría Marx «tu bien es el resultado de la explotación de un trabajador»

Pero ahi van, los estudiantes enfurecidos, calentando pupitres, quemando contenedores y exigiendo sus derechos y sin ninguna obligación.

Los comunistas de hoy, esos que reclaman un mundo verde, pero cambian el iPhone todos los años.

Estos son los pequeños monstruos que hemos creado con el estado de bienestar: comunistas mantenidos por el capitalismo y encima, desagradecidos.

Pero eso sí…verdes. Re verdes.

JR

«¿Explotador o Explotado?»

Hace unas semanas mi hijo consiguió un trabajo en una multinacional muy importante. Su primera reacción fue positiva y al principio se le vía muy contento de haber accedido a semejante oportunidad laboral.

Pero un par de días después de recibir la noticia, llegó a casa un poco más desanimado y diciendo que sus amigos le habían advertido de que le iban a explotar.

Como yo pertenezco a una institución de enseñanza superior, conozco bien el adoctrinamiento marxista al que todo estudiante universitario se expone al realizar estudios de tercer grado, así que decidí razonar con él algunas dudas sobre este planteamiento tan actual y cómodo, que tienen hoy los jóvenes criados en el capitalismo, y que se basa en relacionar automáticamente a cualquier tipo de actividad laboral, con una explotación.

Todo lo que sea levantarse de la cama, acabar las vacaciones, no irse de vacaciones, apagar Netflix o dejar la Playstation, implica; para esta juventud cómoda y mantenida desde el nacimiento hasta la eternidad; una explotación muy injusta.

El problema con la explotación en los sistemas capitalistas, es que todo aquel que se niega a dejarse explotar trabajando para ganarse el pan, termina inevitablemente explotando a otro, que es quien tiene que proporcionarle el sustento, con su propia explotación.

Porque para que mi hijo sea fiel a sus ideales marxistas y no sea explotado, yo debería seguir pagando sus gastos, su manutención, su gasolina, el renting del coche, lavando y planchando su ropa, pagando y cocinando su comida, haciendo su cama, pagando su seguro médico y garantizándole cada verano, unas bonitas vacaciones para descansar.

A medida que avanzaban mis argumentos, mi joven marxista se vió claramente reflejado en la postura del cerdo capitalista explotador, al que tanto él como su generación juvenil, temen con fervor.

Y entonces le pregunté ¿Ahora quién es el explotador y quién el explotado?

De más está decir que el marxista ocupa hoy su puesto de trabajo en la empresa que le contrató y con una amplia sonrisa.

El trabajo ya no le parece tan duro, la empresa tan injusta, ni el jefe tan malo.

Y es que por mucho que la universidad te devuelva a tu hijo convertido en un fiel marxista, no debemos olvidar que la última palabra, la tiene siempre el cerdo capitalista que le mantiene.

JR

«El Adiós a la Devoción»

Si hay algo que me ha sacudido estos días, fue la actitud de devoción del pueblo británico hacia su reina.

Pocas veces he visto una veneración semejante, sobre todo en estos tiempos post modernos, caracterizados por el narcisismo típico de la gente superficial, egocéntrica, envidiosa y resentida.

El pueblo británico nos ha dado a todos una lección de educación y de respeto. Y sobre todo, nos ha recordado algo que las nuevas generaciones desconocen; el poder del agradecimiento a la fidelidad, al estoicismo, a la entrega, a la responsabilidad y al deber cumplido.

Esos valores hoy están en extinción o simplemente le son desconocidos a muchos de las nuevas generaciones, que nacen y mueren para pensar únicamente en si mismos durante toda la vida.

Pero lo curioso de la devoción es que se devuelve siempre con devoción.

Y sólo aquel que se ha sentido cuidado y protegido con devoción, como se ha sentido el pueblo británico por su reina, es capaz de devolver una devoción semejante.

Mientras la prensa observaba perpleja una manifestación de cariño y de unidad a la que hoy no estamos para nada acostumbrados, los medios intentaron durante todos estos dias desprestigiar a la corona con chismes, conjeturas y juicios de valor hacia la monarquía y también hacia el pueblo británico, llamándoles entre otras cosas, colonialistas y asesinos, en pleno siglo 21.

Y mientras las observaciones se enfocaban en las nimiedades y en el chusmerio típico del que vive la prensa, para alimentar los resentimientos de la gente mediocre, el mundo se perdía lo más importante: una demostración de amor, pocas veces transmitida por todos los canales de televisión.

Los ingleses hacían filas de 20 km durante horas, de pie en la calle, para poder acceder al recinto y despedirse de su reina. Algo inimaginable en un mundo de cómodos; que hoy se relaciona, se enamora y se divorcia por Whatsapp.

Tengo que admitir que observé la devoción del pueblo británico con el desconcierto típico de un extranjero, que mira las prácticas ajenas con un asombro y una admiración, que llegan a rozar la envidia.

¡Quién pudiera hoy ser inglés para sentir una devoción semejante!

Probablemente el mundo no entenderá jamás lo que significó Isabel II para los ingleses, pero la imagen de ese adiós y de ese pueblo unido, sólo te daban ganas de ser británico.

JR

«Cuando cae el Muro»

Aparentar el papel de abierto, bondadoso, inclusivo y solidario nos hace siempre quedar muy bien, pero el problema surge cuando la oportunidad de ser abierto, solidario, bondadoso e inclusivo aparece, y ésta nos descubre en una postura totalmente contraria a aquella que tanto pregonamos.

Esto fue lo que pasó hace 2 días en algunas comunidades demócratas de los Estados Unidos.

Los demócratas se jactan de ser defensores acérrimos de la diversidad, de la inmigración descontrolada y de la solidaridad hacia el migrante, sea quien sea y venga de donde venga.

Sin embargo, cuando el gobernador De Santis de Florida les envío ayer un avión con tan sólo 50 migrantes (del millón que ha recibido Florida en lo que va de la presidencia de Biden), los lugareños de las más ricas ciudades demócratas, pusieron el grito en el cielo.

«Aquí no podrán quedarse» «No tenemos lugar» «No tenemos los recursos económicos para mantenerles» fueron algunos de los argumentos que los demócratas esbozaron desesperados y a los gritos, ante la aparición de 50 migrantes venezolanos en las zonas residenciales y ricas; en donde estos «solidarios» de izquierdas residen habitualmente o veranean en ocasiones (entre ellos Obama).

Las supuestas bondades y los buenos deseos de los demócratas de pronto quedaron expuestos de lleno. Y para sorpresa de algunos, éstos no resultaron ser ni tan buenos, ni tan solidarios como decían.

Sólo hicieron falta 50 inmigrantes ilegales, de los más de tres millones que entraron en el último año a los Estados Unidos, incentivados por las políticas de fronteras abiertas del gobierno socialista de Biden (que busca cambiar el entramado social de los Estados Unidos para conseguir los millones de votos que necesita para ganar las próximas elecciones), para quitarles el disfraz.

De más está decir, que esa misma noche, la localidad de Martha’s Vinyard, declaró la emergencia inmigratoria nacional y éstos individuos fueron trasladados en el acto, a una reserva militar.

Los «bondadosos» demócratas dicen adorar al inmigrante ilegal, pero eso sí, siempre en la casa del vecino y mantenido con los impuestos de otro.

A ellos dejarles tranquilos y construidles un muro de prisa, que lo suyo consiste únicamente en la fabricación y la repetición del eslogan buenista, tolerante y solidario, típico de la izquierda: siempre buenísimos y generosos con el dinero, el trabajo, el esfuerzo y la casa del otro.

JR

«La Transparencia Socialista»

Nos ha sorprendido a todos cómo la izquierda en los Estados Unidos (el partido demócrata) se ha convertido en menos de un año en un régimen socialista al mejor estilo de Chávez en sus comienzos.

Muchos son aquellos que vieron en Biden a un señor centrado y dispuesto a unir a un país políticamente divido; sin embargo, su desastrosa gestión se ha focalizado en intensificar la división, hundir al país económicamente, humillarlo militarmente y sumirlo en una inflación que no piensa ceder en los próximos años.

Hoy intenta de cualquier manera darle la vuelta a la intención de voto del pueblo americano, a base de subsidios que lo único que harán es incrementar más la deuda y la inflación a sus ciudadanos; que por cierto están experimentando la inseguridad en todas sus versiones.

La delincuencia ha aumentado en este último año de manera escandalosa en los Estados Unidos; los robos, los asaltos y los asesinatos a ciudadanos a cualquier hora del día son cotidianos en ciudades como Nueva York, New Orleans y San Francisco etc, y es difícil encontrar a alguien que hoy se mueva tranquilo por esas ciudades, gobernadas por las izquierdas y en donde el criminal es tratado como víctima y la víctima como la escoria que paga impuestos.

Ayer la transparencia hizo su aparición en el informe del FBI en donde se da la explicación sobre el allanamiento de Mar a Lago ( domicilio privado de Trump) hace menos de un mes.

La transparencia del FBI se parece a un código de barras, y han dejado claro que trabajan en concordancia y para el gobierno de Biden y de toda la izquierda desde hace muchos años. Tanto el oficial del FBI que llevó a cabo el allanamiento, como el juez que firmó la orden, son conocidos donantes del partido demócrata. ¿Casualidad?

El documento presentado el Viernes es la viva imagen de la transparencia de la que presumen en sus discursos todos los gobiernos socialistas actuales.

Un manuscrito de 38 páginas que gira en torno a rayas negras y lo poco que queda sin tachar, es palabrería sin sentido. Párrafos enteros alegando que los documentos no estaban ordenados al estilo de Mary Kondo y demás estupideces que ridiculizan aún más un allanamiento de por sí malintencionado y tendencioso e ilegal.

La imagen del documento es la representación de la oscuridad demócrata; que va desde la corrupción al espionaje y del delito a la censura, en todas sus variantes.

Estos personajes siniestros de la izquierda nunca dicen nada con claridad más que las amenazas; no hay más que ver las conferencias de prensa de la portavoz del gobierno de Biden, perdida siempre en palabrería vacía y bien sonante, esa que nunca niega ni confirma, ni dice ni contesta, a nada de lo que se le pregunta.

A Biden, últimamente no se lo ve más que de vacaciones, tomando helado, cayéndose de la bicicleta, balbuceando palabras sin sentido, saludando a hombres invisibles o acusando de fascista a todo aquel que piense votar al partido republicano.

Y siempre con cara de estatua rígida por el botox, enfermo y enfadado porque las encuestas le muestran que la gente ya no le cree y no le quiere. Contestando con insultos y malos modos las preguntas que le incomodan y que no están escritas en el pronter con letra 3 XXL.

Este pobre anciano no sólo necesita descansar, sino retirarse de la política, en donde no se le conocen más que escándalos sexuales, capítulos de corrupción y patologías familiares diversas, que el FBI se viene ocupando muy bien de esconder y de hacer desaparecer sin pasar por la justicia, igual que hicieron con Hillary Clinton.

A veces una imagen nos dice más que 38 páginas de palabras tachadas. Y nos permite entender muy rápido lo que significa la transparencia para algunos.

Ojalá el pueblo americano nos dé en Noviembre una lección de inteligencia, de reacción a tiempo, de valentía y de libertad y que su freno al extremismo de la izquierda y a la corrupción de Washington DC, sea una luz de esperanza para todos.

JR

«Extrañas Coincidencias»

Se dice que Stalin tenía el sentido del humor típico de los tiranos. Y cuando se encontraba con algún amigo que hace tiempo no veía. lo recibia con un saludo cariñoso :»Estás aquí ¿Es que aún no te hemos arrestado?» Le decía con tono soberbio y jocoso.

Imagino no solamente la cara del amigo frente a semejante broma de mal gusto, sino también su ropa interior. Dicen que más de uno, al estar frente a este ser malévolo e impredecible fue incapaz de contener esfínteres.

Comentarios de tirano hay muchos en la actualidad norteamericana y europea y por supuesto en Sudamérica, en donde la ultraizquierda comunista avanza a pasos agigantados en casi toda América del Sur.

Un comentario muy parecido al de Stalin lo vimos hace un día en la Argentina en boca del presidente Fernández; que advirtió en televisión a un fiscal que no se suicidara; como aquel último fiscal que se atrevió a imputar a la actual vicepresidenta Cristina Kirchner y que terminó asesinado por los propios custodios que le impuso el jefe de seguridad del estado; el mafioso Aníbal Fernández e increíblemente también hoy, el actual jefe de seguridad del estado; ( ¡no se asuste! porque esto sólo pasa en los países en donde la izquierda se carga la justicia)

La finalidad de estudiar Historia no es el lucimiento personal, ni la capacidad de recordar fechas y nombres de batallas de memoria; sino adquirir la habilidad para reconocer los mismos eventos, las mismas tácticas, los mismos patrones y las mismas políticas de antaño en el presente. Es decir, aprender algo.

Pero si tus estudios universitarios de Historia aún no te ayudan a ver ninguna similitud con la actualidad, ni con mayor claridad los eventos contemporáneos, quizás sea hora de dedicarse a algún otro hobbie más decorativo.

Lo increíble de estas nuevas generaciones tan formadas y eternamente universitarias es que no relacionan la información histórica que reciben con ninguna de las realidades que viven hoy. Recopilan datos y archivan pero no comprenden ni conectan nada. No ven similitudes ni patrones políticos similares ni en el pasado,ni en los países vecinos.

La ceguera es tan intensa que Sudamérica no ve siquiera la Venezuela contemporánea que tiene al lado y sigue votando a la izquierda.

La imbecilidad de la generación con más acceso a la información y a la educación en la historia de la humanidad, es realmente alarmante. Su excusa son las horas que pasan, víctimas de las redes sociales, creadas para mantenerles frívolos, imbéciles y distraídos.

El proyecto socialista avanza en toda América y en Europa a una velocidad alarmante. Y las políticas socialistas stalinistas se reproducen sin disimulo. El odio al capitalismo, la sustitución del mercado por el plan o subsidio, la expropiación de la propiedad privada con fines «sociales» y el control del estado que va aumentando de tamaño a medida que el socialismo avanza.

El control del estado y el comunismo son hermanos siameses, es imposible separarlos. Cuanto más socialismo, más control, más inspectores de Hacienda o impositiva y más inteligencia trabajando para el tirano de turno.

Hoy en día ver a un oficial del FBI es como encontrarse con Don Corleone. No sabes qué delito va inventarse para allanarte la casa y quedarse con las tangas de tu mujer.

Biden instauró la semana pasada la incorporación de 86000 nuevos inspectores de Hacienda o IRS para perseguir sin lugar a dudas, a todos los ciudadanos que no comulguen con sus políticas y con su ideología socialista. El socialismo es así, o estás con la ideología o te auditamos todos los días.

Pero Europa no se queda atrás en socialismo. En Dublín el gobierno expropió los «Guest Houses» a ciudadanos que vivían del hospedaje turístico para ofrecer esas viviendas a okupas y refugiados.

La Historia no está tan lejos como pensamos. La usurpación de la propiedad privada está sucediendo en Europa hoy, con excusas humanitarias iguales a aquellas excusas humanitarias que utilizó el socialismo de Stalin para expropiar las propiedades y las tierras en Rusia.

El comunismo en Rusia se instaura como una » necesidad» de modernización de la sociedad. Se expropia y se estatiza toda empresa privada, no como castigo, sino como algo fundamental para la realización del proyecto de la ideología.

Lo mismo que ahora nos sucede con la vida eco_ verde. No es para privarte de tu libertad que te la quitan, sino para salvar el planeta.

Estamos viviendo actualmente el proyecto de la ideología verde que no es otra cosa que el mismo comunismo de Stalin pero disfrazado de humanitarismo verde y solidario.

«No poseerás nada pero serás feliz» es el lema del comunismo verde. Luego no digas que no te lo avisaron. No te sorprendas ni digas que te engañaron. Te lo dijeron bien claro: comunismo puro y duro, pero vestido de verde.

Lo mismo decia la ideología de Marx; aunque la felicidad o libertad que vaticinó que produciría el comunismo como resultado, no fue ni tan feliz ni tan libre.

La ideología comunista de Stalin esclavizo a 100 millones de personas y asesinó a muchos millones en la unión soviética. Así de «necesaria» fue la ideología y así de feliz resultó.

Stalin, Hitler, Mao, Maduro, Kishner, el foro de San Pablo, Soros, China y el foro económico mundial coinciden en mucho más de lo que tú te imaginas.

JR

«La Cruzada mundial contra el Antibiótico»

No fue hasta el 1928 que Alexander Fleming, profesor de bacteriología del Hospital Saint Mary de Londres, descubrió el primer antibiótico auténtico, la penicilina. Luego, y a lo largo de los años, fueron muchas las variantes que se encontraron para combatir distintos tipos de bacterias.

Pero hoy en día, conseguir cocaína en Madrid es mucho más fácil que conseguir un antibiótico sin receta.

Hace unas semanas le comenté a un médico conocido que llevaba tres días tomando amoxicilina por un resfriado que se me había complicado e ido a los bronquios. Cuando se enteró de que me automedicaba, su cara pasó de tostada a blanca pálida. Y me regaló una mirada de espanto, de esas con las que uno mira a un asesino serial en un juicio.

«Hubo un caso en los Estados Unidos, en donde una mujer mayor murió de una neumonía porque los antibióticos ya no le hacían efecto» me comentó intentando contagiarme su histeria y tratando de inculparme por el caso americano.

Parece ser que gente como yo, que utiliza un antibiótico cada 2 años en caso de necesidad, somos ahora los culpables de la muerte de esa mujer mayor en los Estados Unidos, a quien por su edad o su inmunodeficiencia los antibióticos no le hicieron el efecto esperado.

¿Un caso? Le contesté yo. Pues eso demuestra que no hay motivo alguno para preocuparse.

Sin embargo, yo conozco el caso de mi hija que con tres años terminó ingresada por una neumonía que le causaron los médicos que se negaron a darle un antibiótico a tiempo.

Recuerdo estar cada día en urgencias con una niña que volaba de fiebre. Me daban un Paracetamol en jarabe y me mandaban a casa. El día número 9 me negué rotundamente a irme de allí sin que le hicieran una placa y ahí fue cuando la ingresaron por neumonía de urgencia, para finalmente inyectarle altas dosis intravenosas de antibióticos durante 12 días.

También tengo un caso cercano en la familia en donde a una mujer embarazada con una infección de garganta, se le negó el antibiótico por estar embarazada, fue entonces que la infección fluyó por la sangre llegando al feto y provocándole al bebé daños neurológicos permanentes e irreparables.

Yo no entiendo muy bien vuestra tremenda aversión al antibiótico, ni tampoco vuestro profundo fanatismo hacia las vacunas del Covid, esas que provocan ataques cardíacos a deportistas, enfermedades cutáneas y todo tipo de cosas que se les ha mandado ocultar y archivar como «caso aislado».

¡Si!esas 5 dosis que no previenen el covid en absoluto y que no se parecen en nada a las antiguas vacunas que una vez puestas, no dejaban que cogieras la enfermedad en la vida. Hoy no conozco a nadie que no haya pasado 2 o 3 veces el covid con todas vuestras maravillosas dosis.

Pero los casos y las patologías consecuencia de las vacunas del Covid, parecen no preocuparles a los médicos, al menos no tanto como el caso del antibiótico de los Estados Unidos que les desvela por las noches.

Entiendo que el negocio del Covid es redondo. Reducción de población improductiva, economizar en pensiones y ecología total. Todo muy verde, como siempre. Porque cualquier cosa que sea verde, el pueblo se la traga sin protestar ni hacer preguntas. Si es por el planeta, todo vale.

Y así seguimos creando más dependencia del gobierno aún. Que una dosis, que dos dosis, que tres, que cuatro, que cinco. Y no os olvidéis del pase nazi reglamentario, ese que ahora parece ya no ser indispensable en el aeropuerto, aunque la planta de Covid del hospital siga llena.

¡Cómo echamos de menos a Fleming!

Curiosamente, a pesar de la aversión actual al antibiótico, durante el «virus» del Covid te recetaban azitromicina por teléfono y sin mirarte siquiera la garganta.

Es llamativo como para algunas cosas la vara de medir cambia rápidamente, luego de la barra libre de azitromicina durante el Covid, parece que los culpables de que en un futuro los antibióticos no funcionen seremos nosotros, los pacientes que no pisamos las consultas.

Siempre el mismo juego perverso que nos hacen con su negocio verde. El culpable de todas las desgracias que ellos provoquen serás tú.

Y aguanta… porque es por el planeta; el nuevo Dios de la élite mundial, y que se usa en el siglo 21 para el control y el dominio total de la población. ¿Quién osa cuestionar algo si es por el planeta? ¡Cuidado!

Quien ose cuestionar lo que digan los profetas del planeta, irá directo a la hoguera o en su falta, a los incendios que provocan los ecologistas en California.

Uno ya no desconfía solamente de los políticos lamentablemente, sino también ahora de los médicos, que en su mayoría se han vuelto tanto o más corruptos que los políticos. Porque la medicina se ha vuelto un negocio.

En la antigua China los médicos sólo percibían su paga cuando sus pacientes estaban sanos. En cuanto los pacientes se enfermaban los médicos dejaban de cobrarle a ese paciente y trabajaban gratis para intentar curarle.

El trabajo por el que se pagaba a un médico era el de preservar la salud. ¡Cuánto han cambiado hoy las cosas!

Desde el día del ingreso de mi niña en el hospital nunca más fui a una urgencia con ninguno de mis hijos por nimiedades y ninguno, nunca más, tuvo que ser ingresado por una infección bacteriana y todo gracias a mi stock de antibióticos en casa y a estudiar los cuidados básicos de medicina que deberían estudiar todos los padres.

En vez de mirarme mal, deberían estar agradecidos de que todavía algunas personas sepan curarse solas las pequeñas cosas y demos tan poco trabajo al sistema sanitario.

Hoy los médicos se quejan de que las consultas están desbordadas pero así será y será cada vez peor: y es que los pacientes, hoy necesitan una receta para todo, desde un jarabe para la tos hasta un Ibuprofeno de 600mg.

Hemos llegado al colmo del control y de la dependencia, tanto que los nuevos padres de hoy, no saben ni limpiar los mocos al niño sin asistencia y dirección del pediatra. ¡Suerte que aún nos quedaron algunas abuelas después del Covid!

(Aunque muchas abuelas teman aconsejar con los remedios de toda la vida a estos jóvenes adictos al dominio del pediatra.)

Hoy todo hay que consultarlo, para todo hay que pedir permiso y solicitar una carta documento. Mientras tanto, la cocaína circula sin pagar IVA y la consigues a la vuelta de la esquina en todos los barrios.

Y si verdaderamente en unas décadas los antibióticos conocidos no fueran capaces de combatir las bacterias, puede que sea tiempo de crear uno mejor.

¡Pero por favor, que no sea tan efectivo como las vacunas del Covid, ni como vuestras energías renovables!

JR

Madrid: cerrado por fiestorro OTAN

Los telediarios del mundo entero nos atiborran con imágenes de la cumbre de la OTAN, que más que un trabajo serio, se parece más a un banquete romano mezclado con carnaval carioca.

Los banquetes y los fiestorros no cesan estos días en Madrid; mientras sus ciudadanos están bloqueados, blindados por aire y tierra para que los jeques de los países miembros se muevan con soltura y seguridad junto a sus ordas de guardaespaldas armados hasta los dientes, para protegerles de las amenazas que supone ser tan poderoso en un mundo de plebeyos, que aunque lo hayan olvidado, son quienes pagan ésta y todas sus fiestas.

Mientras Jill Biden celebra su fiestorro personal en la embajada de los Estados Unidos con una oleada de cantantes famosos en vivo y compra alpargatas en el barrio de Salamanca, cortando toda la circulación de la cuidad, en los Estados Unidos la inflación ha pasado los índices del 9 por ciento y sufre la peor crisis económica desde 1940.

Pero lo importante es celebrar, subir las fotos felices en Instagram y hacerle creer a los madrileños que son los anfitriones de la élite más poderosa del mundo, esa mantenida con los impuestos del pueblo, porque no nos olvidemos de que todos estos celebres personajes, antes de entrar a chupar del estado; eran gente sencilla, sin ningún logro personal y sin ninguna fortuna.

Hoy sin embargo, cenan en el Museo del Prado, bailan en las embajadas y llegan en sus jets privados para luego darnos lecciones de ecología, de resiliencia, de conciencia ambiental, de la criminalidad intrínseca en ser portador de armas de defensa personal y de cómo es importante reducir el gasto del ciudadano para no sentir la subida de la hiperinflación que ellos mismos generan con sus excesos en fiestas, en seguridad, en viajes de larga distancia, en hoteles de lujo y en todo su «ecológico»gasto público.

Si su abuela le había dicho alguna vez que uno enseña con el ejemplo, tenga claro que ninguno de éstos ha tenido una abuela cómo la suya, ni tampoco vergüenza.

Mientras tanto usted debe elegir entre ir al trabajo o ir al supermercado porque debe ahorrar gasolina, ya que los precios no cesan de subir cada día un poco más, desde hace 6 meses.

Por supuesto que usted repite el mantra que le enseñaron de que la culpa de todo la tiene Putin y que la guerra es muy cruel y muy dura; y que usted debe ser compasivo y solidario y aguantar la inflación sin quejarse porque mucho peor que usted, está Zelennsky en Ucrania. Así que déjese de pancartas y siga pagando el impuesto al pobre.

En fin, que esta guerra se parece mucho a la guerra de Gila; porque se abre y se cierra según la conveniencia. Si hay show ese día, Zelennsky cierra la guerra, se pone el esmoquin y está listo para mostrarse, hacer la gala, recibir premios y dar discursos humanitarios.

Yo nunca he visto al frente a un comandante tan versátil, ni a una audiencia tan estúpida, salvo aquellas que aclamaron siempre y al unísono la llegada de sus líderes totalitarios.

Pero no seamos aguafiestas ni envidiosos y dejemos disfrutar a la élite que se merece un descanso, porque entre sus guerras organizadas y sus pestes fabricadas, llevan años ocupadísimos intentando reorganizarnos el mundo y meternos miedo de todo.

Ninguno de ellos manejó siquiera una pequeña empresa ni un quiosco en su vida, pero desde que están a cargo del futuro de la humanidad se sienten filosofos, científicos, economistas, empresarios y gestores infalibles.

Y es que manejar un quiosco es mucho más complicado que dar discursos ecofriendly y jugar a ser un hipócrita humanitario. ¡Así cualquiera!

Si su hijo le pregunta este verano porqué no se va de vacaciones o por qué la compra del supermercado es más acotada que la semana anterior, háblele de la subida del gasto público y de que siempre hay alguien que paga las guerras y también las fiestas. Y casualmente, son siempre los mismos.

JR

«Igualar para el Fracaso»

La izquierda y su cansina cantinela sobre la igualdad, produce únicamente igualdad en el fracaso.

Lamentablemente y aunque no nos guste admitirlo, no somos iguales y nunca lo seremos; hay talentos y capacidades distintas y variadas allí por dónde miremos y aunque intentes igualarlo todo, hay dones que ni con trampa y gancho consiguen emparejarse.

Estos días vivimos las pruebas de selectividad de los jóvenes europeos; a quienes a pesar de tanta cantinela equitativa, no se les trata para nada igual.

Los exámenes de Madrid no son iguales a los de Murcia o a los de Canarias y el motivo es que se intenta facilitar el ingreso a las universidades de los menos preparados.

Se les exige mucho a los jóvenes madrileños y muy poco a los de otras comunidades autónomas, para intentar igualar la deficiencia de muchas comunidades en el nivel académico,cuando en realidad, debería impulsarse una mejor preparación en dichas comunidades.

Toda esta nivelación de la desigualdad suena muy bondadosa y caritativa en teoría, pero la realidad ha demostrado ya en los Estados Unidos; que aquellos que ocupan plazas que les quedan demasiado grandes; no solamente dejan la carrera en los primeros años de universidad sin llegar a graduarse, sino que bajan el nivel de enseñanza de toda la institución, que ya no puede seguir los antiguos temarios porque la mitad del alumnado no está capacitado para seguir las clases, ni para mantener los niveles de lectura y de aprendizaje.

El problema del fracaso de la enseñanza pública es que niega la diferencia e intenta igualar siempre hacia abajo. Lo público deja entonces de buscar el esfuerzo y el trabajo, para igualar al resto con el peor de la clase. No vaya a ser que el peor alumno se ofenda, estudie o se frustre y se tire por la ventana al sentirse discriminado.

Por supuesto que estas políticas tan caritativas se pagan más tarde a nivel país; porque el futuro de un país es la preparación de su gente. Y especialmente la de su gente capacitada y apta.

Hoy escuchaba en la radio que se harían pruebas especiales para que la comunidad de jóvenes discapacitados mentales pudiese también ocupar plazas en la universidad pública. «Ellos también tienen derecho a ser universitarios» afirmaba el comentarista haciéndose el justo y el bondadoso.

El problema es en realidad que cada plaza que ocupa aquella persona de una minoría en inferioridad de condiciones es una plaza menos para el inteligente y el capacitado.

Habrá que acostumbrarse a este nuevo mundo en donde todos se merecen lo mismo, pero únicamente por ser menos que otro.

Antiguamente el que merecía más era porque se lo había ganado con esfuerzo, talento y trabajo, pero hoy hablar de meritocracia es una mala palabra.

En unos años los potenciales Elon Musk estarán lavando platos en una cocina mugrienta de nueva York porque no habrán encontrado plaza en la facultad de ingeniería, mientras a usted le construye puentes un acomodado de alguna minoría, pero sin ningún talento.

Miraremos las obras de los talentosos de antaño, como pasaba con los pueblos de la Edad Media que miraban Grecia, Roma y Egipto con asombrosa perplejidad. Destruían todo y nada podía repararse porque el conocimiento había muerto también con los egipcios, con los griegos y con los romanos.

El problema con el conocimiento es que cuando no crece, retrocede.

Estamos entrando en una nueva Edad Media, en donde el talento y el pensamiento estarán prohibidos, serán racistas, xenófobos, machistas y no lograrán jamás ocupar plaza en la universidad.

Hace poco una compañera me daba consejos para obtener la financiación de un emprendimiento. Me decia que yo no debia sacar a relucir mis talentos en la solicitud, sino que por el contrario, debía enfocarme en exponer mi pertenencia a las minorías.

A nadie le importa ni tu proyecto, ni que seas capaz o inteligente, sino que seas negro, indígena, discapacitado, trans, refugiado, inmigrante, mujer golpeada y ex convicto.

El futuro que nos espera es un abanico de equidades absurdas y perniciosas, muy igualitarias en teoría y muy injustas y poco prometedoras en la práctica.

Esta nueva equidad anula el progreso porque en su enfermo afán de incluir a todos en todos lados, termina nivelando para abajo y excluyendo a los talentosos en pos de la inclusión de aquellos que no están capacitados.

Muy pronto miraremos la torre Eiffel, el Empire State, Space X o el Óculo de Calatrava y creeremos firmente que han sido construidos por seres extraterrestres.

JR

«La Redistribución de la Miseria»

Todos sabemos que la base de los partidos de izquierdas está cimentada en la redistribución de la riqueza. El odio a los ricos y a los empresarios componen casi todos los eslóganes de campaña, desde » tax the rich» hasta «equity should be the norm».

La actual obligación a la equidad impone por supuesto la obligación de aquel que produce a distribuir equitativamente el fruto de su trabajo entre aquellos que no trabajan, sin imponer en aquellos que reciben, la misma equidad en la responsabilidad y en el esfuerzo para conseguir esos frutos.

La nueva equidad consiste en gozar de los mismos privilegios, pero bajo ningún punto de vista, la de compartir los riesgos ni las obligaciones que exigen dichos privilegios.

Hecho que convierte a la equidad en una «pseudo equidad», que funciona sólo para la parte que a mí me conviene.

Lo contradictorio en las política de izquierdas es que consisten en oprimir al productor en pos de la redistribución de la riqueza.

Pero si no dejas producir ni generar riqueza al productor ¿Qué es lo que vas a repartir?

La aversión actual a la riqueza condena principalmente a todos aquellos que dependen de esa distribución y les condena a recibir miseria.

Un país sin incentivos a la riqueza, termina siempre repartiendo miseria. Y no solamente a nivel material, sino también a nivel humano.

Cuando no se incentiva el capital humano; que no es otra cosa que la capacidad que tenemos cada uno de nosotros para producir nuestro propio sustento, se atrofia la capacidad de generar riqueza.

Y el pronóstico se vuelve dramático porque de una crisis se sale, si tienes un pueblo preparado y trabajador; pero sin ese capital humano, generar cualquier capital resulta imposible.

Muchas son las miserias que nos aquejan en estos tiempos; entre las que se encuentran las miserias morales. Y hemos tenido recientemente en televisión el espectáculo sobre las miserias morales del juicio de Heard y Johnny Deep.

Casualmente los ricos son los únicos que pueden defenderse de las difamaciones y de los abusos a los que determinados movimientos de izquierdas exponen a muchos ciudadanos. Y pueden hacerlo, gracias a que tienen el capital y la valentía para afrontarlo.

La riqueza da ese poder: el poder de defenderte de cualquier tipo de abuso.

Por eso no es aconsejable que la riqueza esté instalada únicamente en el gobierno. Cuando el gobierno es el único rico, se vuelve un dictador, porque tiene todo el poder por sobre los ciudadanos.

Desgraciadamente esa es la finalidad de estos gobiernos: acaparar la riqueza y junto con ella todo el poder.

Lo que deja al ciudadano en una posición de sumisión e indefensión total.

Te convencen de que empobrecer a los ricos será tu solución, pero el resultado es justamente el contrario. Sin ricos te quedas en manos del gobierno. Y totalmente deprotegido.

No creas que se trata de distribuir la riqueza, sino de acaparar el poder.

Buscan desarmarte, empobrecerte e ir quitandote tus derechos uno a uno y convenciendote de que es por tu bien y por una buena causa.

Sin capacidades para generar tu propio sustento dependerás en todo del gobierno.

Tu inutilidad, tu desprotección y tu dependencia serán el resultado de la destrucción del capital y de la redistribución de la miseria.

JR

«El Lado Oscuro de Davos»

Llegó Mayo y con él la nueva reunión del Imperio del mal, que se ha dado cita en Davos para hablar de más medidas de control, nuevas restricciones y pandemias y por supuesto, de ecología; mientras llegan los líderes gubernamentales y multimillonarios junto a sus guardaespaldas provistos de armas de asalto y en jet privado.

Como puede apreciar, todas las normas eco- friendly rigen únicamente para usted.

Usted tendrá que olvidarse del coche y de la calefacción, se le hará un rastreo de huella de carbono permanente y personalizado; y si viaja será rastreado y se debatirá por qué viaja, cuánto viaja, cómo viaja y seguramente también se le controlará si come y caga cómo y cuando Davos le ordena.

El nuevo Imperio del mal detesta las soberanías y todo aquello que proteja las libertades individuales de los ciudadanos, razón de más para suprimirlas lo antes posible y hacer que todo dependa de la organización mundial de la salud, esa que tanto éxito tuvo con el bulo del murciélago mal cocido de Wuhan.

Un grupo de viejos decrépitos, feos, ricos y degenerados, entre los que se encuentran Bill Gates, Schwab y Soros componen la nueva élite del mal que dirigirá nuestra vida, fabricará nuevas vacunas para nuevas pandemias y nos encerrará a la carta y en nombre de una nueva y única autoridad que operará en nombre de la salud mundial.

Creará también nuevas normas ecológicas para tenernos a todos cada vez más pobres, dependientes y siempre controlados y muertos de miedo.

Mientras estos eco- gurús aficionados a las fiestas y orgias con menores de edad nos van marcando el nuevo orden y el camino a seguir, a usted le tienen distraído entre inflación, trámites, guerras organizadas, impuestos y nuevos formularios que debe rellenar hasta para tirarse un pedo.

Estos intelectuales del mal van diciéndonos a la cara y sin disimulo que aunque nos duela un poco el proceso de transformación, todo será por nuestro bien.

Y así es como el inocente se deja violar por la élite de «intelectuales» poderosos de izquierda, que propone eliminar las diferencias económicas con un eco- comunismo global, que nos venden como única solución a la prefabricada «inminente extinción del planeta».

Olvidando que ellos amasaron sus grandes fortunas gracias al capitalismo y al libre mercado y los politicos ladrones, lo hicieron gracias al voto democrático.

Pero para nosotros, la solución que nos dan es un comunismo verde y digitalizado, en el que ellos son por supuesto el estado capitalista que factura y controla, mientras nosotros participamos del experimento eco- com.

Ellos te sodomizan mientras te prometen un mundo más verde y sostenible. Digamos que el experimento nazi se ha superado en el siglo 21. La nueva eco- eugenesia mundial se está organizando en Davos.

Mientras usted busca una manta vieja para pasar el invierno o el abanico de la abuela para afrontar los calores del verano con dignidad ecológica, los hoteles cinco estrellas de Davos encienden todas las luces y sus cocinas todos los fogones, listos para las cenas de lujo de los eco-gurus, a quienes les importa un bledo que usted haga malabares para hacer la compra del supermercado, que le sube un 20 por ciento los precios cada semana.

Y mientras aprecia desde la tele todos los lujos que se da el Imperio del mal con sus impuestos, va dándose cuenta poquito a poco, que ser verde cuesta; pero ese coste sólo lo pagan algunos.

Mientras los intelectuales del mal lo pasan pipa, usted recicla, vende el coche, apaga la calefacción y aguanta estoico la inflación; y cuando le asaltan en el metro de Nueva York ruega que la muerte le pille confesado y desarmado; no vaya a ser que además, le acusen de incitador o de agresivo por tener un arma para defenderse y termine haciéndole daño al pobre asesino; que es un asesino por culpa de usted.

El plan es que usted se mantenga siempre verde, desprotegido y con mascarilla, no vaya usted a pasar por negacionista de ultraderecha.

Obedecer y aguantar lo que venga es parte del plan del nuevo orden mundial. Control y sumisión es hoy un tema de salud pública. Y el perfeccionamiento global es la nueva eugenesia nazi que ahora se llama » eco».

Y no se espante, porque todo es siempre con las mejores intenciones, igual que en 1939. Por el bien de la humanidad.

En fin…mientras Darth Vader organiza nuestra nueva vida de esclavos con sus socios en Davos; usted vaya preparando la FP2 que Gates ya anunció que después del mono viene el leopardo y otras nuevas pandemias de control que el imperio del lado oscuro ya le tiene organizadas, para ofrecerle a usted, siempre un mundo mejor.

JR

«La Ideología de la Discordia»

Ya todos conocemos aquel consejo de Maquiavelo en «El príncipe», aquella obra maestra en donde el autor hacía una crítica abierta hacia la clase dirigente de la época.

El «divide y reinarás» es hoy tan actual como cotidiano para las izquierdas del mundo; que encuentran en el enfrentamiento no sólo un eslogan de campaña, sino una escalera hacia el poder.

Nos han acostumbrado a que el enemigo es el otro y lo han intensificado hace poco con la pandemia; en donde el temor al contagio volvía a colocar al otro como al potencial enemigo.

La intención es en realidad desviar la atención. Cuando el enemigo es el otro, el supuesto amigo puede seguir engañándote y hacerte creer que la culpa de todos tus males están siempre muy lejos de ti.

Pero afortunadamente la gente ciega puede recuperar la visión luego de años de engaños. Uno puede engañar; pero no puede engañar por siempre.

Y este es el punto en donde estamos hoy políticamente situados.

La gente está harta de las excusas, de los culpables, de los virus, de la obsesión con la ecología y de las amenazas de destrucción que nos vaticinan las izquierdas del mundo.

Y está cansada sobre todo de conflictos antiguos, que lo único que hacen es disimular la ineptitud de los gobernantes para encontrar soluciones nuevas a los problemas de siempre.

Para desviar la atención se desvían las respuestas, si preguntas por la inflación te contestan con palabras como Putin, racismo, discriminación o ultra derecha. Ya nadie contesta lo que se pregunta porque la respuesta es tan sencilla y evidente, como evitada.

Un mal gobierno triplica el gasto público, roba, sube impuestos,crea ministerios, emite divisas, devalúa la moneda, disminuye los incentivos de contratación, genera desempleo, sigue subiendo el gasto público a base de su subsidios y sigue emitiendo, devaluando la moneda y provocando una tremenda inflación que a la vez genera una tremenda recesión.

Pero el mentiroso sigue con su desvío y te habla de Putin, de China, de Ucrania, de Trump, de la guerra civil española, de discriminación, de imperialismo, de violencia de género, de aborto, de pandemia y vuelve a insistir con el peligro de la ultra derecha.

Lo importante para la izquierda es ante todo evitar la verdad, buscar un culpable, inventarse un enemigo y tirar los balones fuera.

«Divide y reinarás» aconsejaba irónicamente Maquiavelo a sus príncipes. Y yo le agrego «distrae y reinarás»; pero cuidado, porque al final, al único al que no se engaña es al estómago.

Porque el hambre siempre te descubre, por muy príncipe que te creas.

Y como repetía la frase que caracterizó la campaña de Bill Clinton y que hoy parece haber olvidado el partido demócrata americano «It s all about the economy, stupid»

Porque lo único que le importa al ciudadano es la economía; progresar, dar un futuro mejor a a sus hijos y vivir decentemente.

Todos tus enemigos, tus guerras, tu amenazas sobre la ultraderecha, tus peligros de discriminacion, tus nuevos géneros y pronombres, tus pandemias, tus vacunas, tu Green deal y tus nuevos órdenes mundiales, nos tienen sin cuidado.

JR

“La Tibieza”

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Muchos le llaman a la tibieza la virtud del educado; a ese vicio tan cobarde de no expresar jamás ni frío ni calor; a esa apatía a la que algunos confunden con bueidad y que consiste en vivir sin que la vida se te note, ni te acuse de que vives, ni de que piensas.

Otros asociamos a este impulso hacia lo tibio con un complot, que apunta directamente hacia la erradicación de la alegría, porque vivir en un mundo de polaridades, implica el estar inevitablemente subordinados a un péndulo que nos balancea en direcciones opuestas de forma constante.

Cualquier intento de erradicar de cuajo la tristeza o el dolor, no puede devenir más que en la consecuente erradicación de la alegría.

Porque al detenerse un péndulo, éste no se mantiene suspendido en un costado, sino fijo en el medio.

La tibieza condena toda aquella expresión que tenga algo de auténtico y uno aprende, (educándose hasta el doctorado), a permanecer en un medio, a comportarse tibiamente y a reprimirse con maestría, tanto en el dolor como en el contento.

Pero sin embargo, cuando presenciamos una autenticidad ¡cuánta admiración nos genera!

(¡Quién pudiera sentir como tú sientes, sin miedo al dolor ni a la alegría! ¡Y sin tener en cuenta a todos esos ojos que te miran creyendo que eres tú en tu extraña autenticidad, quien ha perdido la cordura!)

El pueblo dice aborrecer lo políticamente correcto, pero no hay nada más falso que esa afirmación.

Cuando ven espontaneidad la detestan y la condenan como si fuese el peor de los pecados.

Niegan setenta veces siete a quien dice la verdad y piden a gritos que se perdone al criminal y al mentiroso; con tal de crucificar al sincero.

El pueblo es naturalmente represor y cuanto más enarbola la bandera de la libertad, más represor se vuelve.

La Democracia no fue pensada para ser ejercida por el populacho, sino soñada como instrumento de justicia, sólo apto para el uso de los sabios en protección del pueblo.

Y así la empleaban los griegos, conscientes de que el pueblo era un ente altamente ignorante, manipulable y de fácil engaño, propenso a matar a los dioses y a santificar a los tiranos, si se les presentaba la ocasión.

La virtud que el pueblo pondera es la del falso, la de aquel que miente bonito y sin escrúpulos, la que endulza los oídos de la población que está siempre ávida de nuevas mentiras y falsas promesas, y a quien la verdad le resulta altamente intolerable.

(¡Qué descaro tienes en decir una verdad, teniendo a mano tantas mentiras confortables! ¡Qué insolente y qué imperdonable es para muchos, el pecado del sincero!)

La educación en la tibieza es la más respetada de todas y la que prefiere el corrupto, porque no es tibio sólo aquel que por cobarde se queda callado, sino aquel que presenciando la injusticia, calla únicamente para seguir pareciendo educado.

Gracias a los tibios es que avanzan las tiranías, se instala la censura, se condena al inocente, se erradican las libertades y se apalea al indefenso.

Los tibios son mucho peores que los malvados, porque la maldad sin tibieza es al menos valiente. Pero el tibio es malo y además, cobarde.

Si Sócrates apareciese en estos tiempos volvería a ser envenenado, porque la intolerancia a la verdad y a la valentía, siguen siendo hoy patologías incurables y la tibieza; una moda vitalicia.

JR

“Prefiero a los auténticos que a los falsos porque hay siempre más integridad en quien se muestra, que en quien se esconde” JR

( Publicado el 28/3/2018)

“El Pájaro vio el cielo y se voló»

Ni negro, ni blanco, ni rico, ni privilegiado; el pajarito de Twitter es azul. Azul como el cielo. Y si alguien conoce el cielo como nadie; ese es Elon Musk.

Para los de derechas, para los liberales, para los anticomunistas, para los sinceros, para los valientes, para los libres y para todos los bloqueados de Twitter como yo, ayer fue un gran día.

Porque un gran hombre, trabajador y comprometido con la humanidad, bajó sus ojos del cielo por un rato para ayudar a los silenciados terrestres.

Pensar en colonizar Marte es sin duda un sueño admirable, pero el problema aparece cuando el elemento humano que piensas exportar está bloqueado, silenciado, manipulado y esclavizado bajo la dictadura del pensamiento único.

¿Interesa acaso llegar a Marte con una civilización que demoniza todo atisbo de inteligencia y de diversidad?

No hay dinero que compense eliminar tanta censura y no hubo límites para Elon Musk.

Pagó, celebró y compartió su ayuda contra la cruel manipulación a la que Twitter nos había acostumbrado con la ayuda incondicional de aquellos gobiernos y periodistas que detestan la libre expresión en todas sus formas, menos la suya.

Hace mucha gracia verles rabiar y vaticinar unos pronósticos apocalípticos sobre la compra de Elon Musk. Dicen temer a una dictadura de la opinión regida por la censura.¡Qué ironía! Y es que el ladrón cree que todos son de su condición.

Para todos aquellos que creen que vivimos épocas tormentosas, yo les sugiero que presten mucha atención a todos estos pequeños destellos de grandeza, a los gestos de hombres ilustres que luchan por la libertad.

Estos nuevos próceres ya no van a caballo, ni cruzan cordilleras para liberar pueblos.

Los nuevos libertadores van en cohete a Marte y de vez en cuando, salen del taller de naves espaciales para comprar Twitter y devolverte la libertad.

Saber usarla es ahora nuestra responsabilidad.

JR

“El re- Branding de la Censura “

Lo curioso de la época en la que vivimos es que nos encontrarnos con muchas cosas viejas, pero que hoy son llamadas de otra manera.

Si bien somos partidarios de la novedad, las nuevas generaciones confunden como novedoso todo fracaso histórico.

No es de extrañar que las ideologías de ultra izquierda hayan tomado tanto ímpetu entre los jóvenes, que guiados por la diversidad de nombres, son incapaces de relacionar conceptos como comunismo y justicia/equidad social.

Es raro que siendo joven uno no haya tenido ideales socialistas, y yo particularmente fui partidario de la justicia social y de un mundo más solidario y equitativo, hasta que me llegó la primera nómina de mi empleo y contemplé con estupor todo lo que el estado del bienestar me quitaba del sueldo todos los meses para mantener la “Justicia social” de algunos.

Ahí me curé instantáneamente de toda variante del virus comunista.

Mientras yo trabajaba como una bestia, muchos compañeros descansaban en casa, tranquilos y viviendo de la “justicia social” que los trabajadores les proporcionábamos.

En ese momento de juventud descubrí por mi mismo, sin fake News y sin ninguna ayuda, cuál era el verdadero sabor de la injusticia social.

Pero hoy el tema de moda es “cuidarte” de todo, incluso de la necesidad del trabajo.

Y con la excusa del “cuidado intensivo” van poco a poco denigrándote no sólo en tus capacidades, sino también en tus libertades.

Y así fue como nos cuidaron de la última peste; se nos encerró, se nos enmascaró, se nos silenció en redes, se nos vacunó obligadamente y aunque muchos digan que la vacunación era voluntaria, la realidad es que sin ella no podías moverte para ir a ningún lado, ni volver al trabajo.

Por lo cual, la calificación de “no obligatoriedad“ adquirió también un significado totalmente distinto. Si mi libertad para no vacunarme implica no poder acceder a nada sin la vacuna ¿es realmente libertad?

Libertad es hoy “ no libertad” y “cuidarte” es hoy tenerte siempre bien controlado y obedeciendo.

Esto mismo sucede ahora con el nuevo terror a la “desinformación”. Este terror esconde en realidad el terror a que se oigan voces distintas a las suyas.

Esta novedosa necesidad del cuidado contra la desinformación consiste en la obligatoriedad de tener acceso a un sólo discurso, que es por supuesto, el de ellos.

Cualquier otra opción o noticia contraria a ellos o a sus políticas, es considerada “fake News” bloqueada en las redes y silenciada para siempre.

Tanto es así, que llevo ya 17 cuentas bloqueadas en twitter, que según ellos no respetaron las “ normas” de una red social que establece la existencia de un pensamiento único y de un discurso único y exclusivo de pensamiento Woke o de izquierdas.

Cualquier otra información o noticia que vaya en contra de lo que la ideología reinante establezca o que pudiera perjudicarla, es automáticamente bloqueada y borrada de la red, para evitar que el público pueda acceder a esa información, investigar sobre ella, descubrir algo distinto al discurso institucional y decidirse quizás a disentir.

Pero este es un riesgo que evidentemente nadie quiere correr porque las redes sociales existentes son herramientas de sumisión política.

Esta censura sucede a todos los niveles; a nivel sanitario con los médicos que proporcionan información sobre efectos adversos de las vacunas, a profesores que denuncian las políticas educativas en cuanto a género en las escuelas o a cualquiera de nosotros, que día a día comentamos cosas que nos suceden, que vemos por ahí o que nos llegan por amigos y conocidos.

La insistencia con la que se promueve la diversidad en tantos ámbitos, queda sin embargo bloqueada a la hora de la opinión.

Se nos estimula a ser diversos en todo, menos en el discurso y en el pensamiento.

Hoy la censura tiene otro nombre y se le ha rebrandeado como “fake News “ o “desinformación”.

A partir de ahora se te impedirá acceder a ella y a que puedas investigarla. Pero no te preocupes, porque todo esto se hace por tu bien, para cuidarte y para protegerte, por si se te fuera a ocurrir pensar algo distinto a lo que ellos te mandan pensar.

¿Por qué nos cuidan y nos protegen tanto?Para que el único discurso que oigas desde que te levantes hasta que te vayas a dormir, sea el suyo y así evites contaminarte con voces distintas.

A toda esta sobreprotección tan urgente y desinteresada, se la llama hoy “cuidados contra la desinformación y las fake News”

Y pareciera que esta táctica de cambiarle el nombre a las cosas, no sólo las recicla, las disfraza y las perfuma, sino que también las perpetúa.

Porque no debemos olvidar que hace muy poco tiempo, a esto mismo, se le llamaba control y censura.

JR

“ La Fabrica de Caramelos”

Mucho nos han mentido ya con la anterior pandemia, para que la gente no se haya vuelto desconfiada.

El problema con la confianza es que una vez que se quiebra, ya no hay forma de repararla. Uno puede intentar comprometerse a decir siempre la verdad, pero la desconfianza perdurará en la persona engañada, por mucho que lo intente.

Con esta guerra de Ucrania nos han manipulado mucho, enseñándonos noche y día las imágenes de la pobre gente ucraniana sufriendo e intentando hacer de Putin un monstruo y de Biden y la OTAN unos santos.

Pero la realidad es que ni el malo es tan malo, ni el bueno era tan bueno.

Los laboratorios de Ucrania salieron a la luz durante una declaración de la subsecretaria de estado de Biden, quien admitió hace 2 días la existencia de laboratorios en Ucrania financiados por el departamento de Defensa del presidente Biden.

Ahora el terror de la OTAN es que Rusia se haga con dichos experimentos, a los que a pesar de catalogar de “no importantes”, consideran sumamente peligrosos.

Cuando uno mira hacia atrás puede ver el camino de mentiras y de manipulación por el que le fueron llevando, pero cuando mira hacia adelante, no sabe ya a quien creer.

Lo llamativo fue también que la OMS se apresuró ayer a hacer declaraciones diciendo que era muy probable que otra pandemia saliese de Ucrania, debido al estado de stress y al hacinamiento de los ucranianos en los trenes que evacuaban el país.

Uno se pregunta entonces, cómo fue que durante la segunda guerra mundial no hubo pandemias. Y se da cuenta, de que después del cuento del murciélago, esta elite del nuevo orden considera que somos una especie descerebrada, capaz de tragarse cualquier cosa.

Así que nos siguen mintiendo e inventando historias, buscando culpables fuera, desresponsabilizándose absolutamente de todo y demonizando a cualquiera que les lleve la contraria.

Señores, “en Ucrania sólo teníamos fábricas de caramelos, pero igual estamos preocupados, tan preocupados, que expusimos al pueblo ucraniano a una guerra y a la destrucción de un país entero por esas fábricas de caramelos”.

Seguramente la próxima pandemia salga de Ucrania, y nos digan que el culpable ha sido Putin, quien también es culpable de la inflación y de que Estados Unidos y Europa no tengan actualmente independencia energética.

Putin ha ocupado el lugar de chivo expiatorio que antes ocupaba Trump. Y como Trump ya no está, el nuevo culpable de todos los males del mundo, será ahora el señor Putin.

Preparémonos para este nuevo “Reset” que se viene con todo. Poquito a poquito, guerra a guerra, pandemia a pandemia, nos irán empobreciendo y estupidizando con sus excusas, para demonizarnos si discrepamos.

El nuevo “ green deal” ya va teniendo poco de verde, poco de paz, poco de una vida más saludable y se va pareciendo cada vez más a la pobreza, a la guerra, a la enfermedad constante y al totalitarismo absoluto, que a cualquier otra tierra prometida.

JR

“Cómo vender una Guerra”

Para vender cualquier producto en el mercado lo primero que hay que hacer, es hacerle creer a la gente que lo necesita.

Cuando tú ofreces un nuevo servicio o producto, resulta fundamental que la gente sienta que eso era justamente lo que estaba esperando.

Muchas veces es así, pero muchas otras, se inventa una necesidad ficticia que se fabrica a base de manipulación psicológica, gráfica y moral.

Muchos de los productos que hoy consumimos son percibidos como algo que nos merecemos; por trabajar duro, por ser mujer, por ser joven, por ser inteligente etc.

Cuando uno consume, más allá de una necesidad fundamental, uno se convence de que uno se merece ese producto; como premio o como compensación por alguna otra cosa.

Esto es algo muy común en una sociedad que ha hecho del consumo, no solamente un entretenimiento, sino también una forma de distracción, un consuelo o una reivindicación moral.

Uno ya no consume sólo porque necesita algo, sino para participar y apuntarse a determinadas causas.

Y esto mismo sucede con las guerras. La guerra también es un producto con el cual muchos salen beneficiados, a costa de los demás.

Para vender una guerra lo primero que debes hacer es convencer a la gente de que es su deber y su responsabilidad defender determinados valores.

El consumidor comienza entonces a sentir que su deber moral es apoyar esa guerra y que no hacerlo, lo convertiría en una persona insensible, amoral o indiferente.

Esto mismo han hecho Hitler con su pueblo, Putin con el suyo y Zelensky con todos nosotros.

De pronto ahora todos somos Ucrania y debemos apoyar a un pueblo al que no conocemos de nada, ni sus políticas, ni a sus políticos, ni sus problemas internos, ni su corrupción, ni sus conflictos raciales, ni su historia.

Ahora pareciera que de pronto están en juego nuestra libertad, nuestra Democracia, nuestros valores morales y debemos salir a defender a un señor que nos dice que si no lo hacemos, los próximos en ser invadidos seremos nosotros.

Lo triste de toda esta historia es que pocos son aquellos que saben de política internacional y menos aún, sobre las relaciones de occidente con Putin.

Pero igualmente, todos apoyamos a Ucrania incondicionalmente, porque nos han hecho creer que ese es nuestro deber moral.

Nuestro nuevo deber moral es ahora apoyar una guerra nuclear y todo porque Zelensky está empeñado en ser parte de la OTAN.

Una de las condiciones que preservaron la paz durante tantos años, fue la condición de que Ucrania se mantuviera como un país neutral en la frontera con Rusia.

Trump promovió y respetó ese acuerdo y su negativa a apoyar militarmente a Zelensky le costó su famoso empechment.

Biden al asumir el gobierno, se ocupó rápidamente de revertir todas las políticas de Trump en todos los ámbitos y hoy Ucrania está invadida por los rusos y Estados Unidos está al borde de una guerra nuclear.

Nada de todo esto es una sorpresa. Pero opinar distinto a la opinión pública es para la mayoría estar a favor de Putin y rápidamente uno es demonizado y tratado como tratan ahora a todos los rusos y a los no vacunados.

Se les exilia del mundo, se les priva de su libertad y se les demoniza públicamente.

Pero como el covid nos ha acostumbrado a que aplastar al disidente es lo moralmente correcto, ninguna de estas políticas nos parecen ya totalitarias, sino muy justas.

Y así es como vamos poquito a poco, acostumbrándonos a apoyar el micro totalitarismo. (que es el totalitarismo aplicado de a poquito… y sin dolor)

Opinar como Biden es ahora ser el bueno de la película; seguir empujando hacia una guerra nuclear, pactar con Irán, subvencionar el régimen de Maduro y apoyar a Zelensky para que consiga su tan ansiada base de la OTAN en Ucrania, con armas nucleares apuntando a Rusia.

¡Y todo en nombre de la libertad y de la democracia!

Pues no señores, yo no compro su producto.

Teniendo ya buena experiencia en educar niños y aunque me llaméis inmoral por no pensar como vosotros, yo creo que parar a tiempo al caprichoso de Zelensky y respetar los acuerdos que mantienen la paz mundial, son hoy, sin duda, las mejores de entre todas las ofertas.

JR

“La Democracia Fallida”

El error de los pueblos que viven en Democracia es el de creer que todos la desean igual que ellos.

Pero el tiempo y la experiencia en el extranjero, nos ha demostrado ya en muchas ocasiones, que no siempre es así.

Estados Unidos creyó luego de la guerra fría en los años 90, que había conquistado el mundo con su modelo de vida, basado en las libertades individuales; pero el tiempo nos demostró que tanto Rusia como China fortalecieron sus versiones comunistas, con distintos modelos económicos, pero con una base ideológica intacta.

Crease o no, existen países que quieren seguir siendo comunistas, te guste a ti o no. Y para mantener la paz, resulta fundamental respetar esa decisión. Porque no todas las cruzadas democráticas terminan bien.

La guerra en Ucrania sorprendió a la mayor parte de la población que desconocía las tensiones que ya existían en la zona desde hace más de 15 años.

Pero no llamó la atención de aquellos que trataban el tema desde hace años y desde los departamentos de defensa del mundo y que sabían que un Estados Unidos y una OTAN fuertes y energéticamente independientes eran condiciones fundamentales para contener a Putin y para mantener la paz en Ucrania. Situación que cambio radicalmente a los pocos meses del gobierno de Biden.

Putin puede parecer un loco para muchos de ustedes, pero muy lejos de estar loco y aunque muchos disientan con sus tácticas y sus formas, tenía razón.

La incorporación de Ucrania a la Otan está suspendida desde hace años porque Putin lo puso como condición para no invadir dicho país. Pero el reciente coqueteo del presidente ucraniano con el gobierno de Biden, que impulsó el delirio de libertad sin proveer de armas destructivas al país con antelación, provocó esta masacre innecesaria.

Como es lógico, Putin no quiere bases militares de la OTAN en su frontera ( Ucrania) de la misma forma que USA se negaría a que Rusia o China instalasen bases nucleares en Mexico o en Canadá.

Porque debemos convenir que la distancia de seguridad es un requisito fundamental para la buena convivencia y para la paz internacional. Como lo es también el equilibrio de fuerzas. Cuando un país se siente en riesgo, no ataca.

Pero después del papelón de Estados Unidos en Afganistán, quedó claro para Putin que éste era su momento. Biden sin duda dejo muy clara su falta de visión y su deplorable gestión en política internacional.

Si bien intentan ahora convencernos de que Ucrania tiene muchas posibilidades de victoria en la lucha contra los rusos, sabemos que esto no es factible, a menos que se involucre la otan y se desate entonces, una guerra mundial nuclear.

Mientras tanto, ahí están los ucranianos defendiéndose como pueden, rogando por municiones y suministros, mientras Rusia termina con su avance.

Si hay un defecto en ésta civilización occidental es la tendencia a la fantasía, que no sólo nos ha servido para vivir siempre distraídos y entretenidos con otras cosas, sino para convencer al resto de la población mundial, de que la vida debe parecerse siempre a una película de Disney.

Desgraciadamente los ucranianos creyeron a los vendedores de humo y hoy están pagando las consecuencias de la ficción europea y democrática que Biden, la OTAN y su gobierno de ineptos les vendieron sin darles municion.

La ampliación de Europa no es posible con Putin, porque ampliar Europa incluyendo a Ucrania, es poner en riesgo la seguridad de Rusia.

Por eso es que Ucrania se estableció como una zona neutral, que garantizaría la paz entre dos formas muy distintas de vida y de ver el mundo; la de occidente y la de Oriente.

Estas formas distintas de ver el mundo marcan además una diferencia abismal entre prioridades y valores, que difieren totalmente en un lado y en otro.

Lo que es prioridad en occidente ( libertades, derechos, ecología, sexualidad libre, felicidad, bienestar) no es prioridad en Oriente ( patria, tradición, sacrificio) por lo que no sorprende que las sanciones de Europa a Rusia, no hagan el daño que esperaban a un país con una mentalidad tan distinta a la nuestra.

Un ruso o un chino no piensan como un americano. Pero la mayor de las diferencias es que ellos sí conocen a su enemigo.

Darle una guerra al mundo da de comer a la industria de armamento y a las ONG, entretiene a los medios, convierte de pronto en héroes a los gobernantes más ineptos, justifica la inflación, distrae, despista a los mercados; pero no deja de ser una tapadera para la incapacidad de gestión, de previsión, de visión y de negociación de quienes nos dirigen.

JR

“Echando de menos a Trump”

Si la debilidad atrae la invasión, entonces es muy lógico que Putin haya invadido Ucrania. No se espante ni se asombre, porque es lo que tenia que pasar.

Y esto es lo que sucede cuando el pueblo prefiere a un presidente débil a uno fuerte.

Al pueblo de hoy le gusta el líder que posa con su perrito, come helado, se emociona con un vídeo de facebook y todas esas sensibilidades que hoy son requisitos indispensables para enamorar a una audiencia, acostumbrada al espectáculo.

Los mandatos de la época exigen a un prototipo de líder con un tono bajito, un discurso vacío, dual, complaciente y calmado, una apariencia delicada y una dialéctica suave. Es por eso que la izquierda adiestra a sus personajes políticos a “parecer buenos” ante la cámara.

El prototipo de este tipo de personaje prefabricado es “Obama” el líder más querido por las audiencias internacionales, quienes con sólo verle la sonrisa blanqueada, caen rendidos a sus pies.

Trump en cambio era directo, muchas veces desagradable, brillante, exitoso, estratega y sobre todo valiente. Pero esas cosas resultan molestas para un público tan sensiblemente adiestrado a admirar la hipocresía.

Curiosamente durante el mandato de Trump no hubo guerras ni invasiones rusas a países vecinos, pero de todas maneras, la oposición lo consideraba un presidente sumamente peligroso en twitter.

El abuelito Biden en cambio, encajaba perfectamente en el perfil del candidato buenazo, político de carrera y sensible a las necesidades de las distintas comunidades americanas. Pero durante su gobierno, la cosa resultó muy distinta a lo imaginado y se disparó la inflación, el crimen, las normativas dictatoriales del covid, el cierre de las plantas energéticas, el ingreso de diez millones de ilegales, la vergonzosa salida de Afganistán y finalmente la invasión de los rusos a Ucrania.

Todos sabemos que estas cosas con Trump no sucedían, porque a pesar de ser un personaje insolente, el mundo le respetada. Y Trump conocía cómo se movía el mundo.

Desgraciadamente y en muy poco tiempo empezará también China a avanzar sobre Taiwán, e Irán se hará con su arma nuclear, porque como dice el dicho… “si se puede bailar, bailamos todos”

Y esto es lo que pasa cuando la debilidad se convierte en norma y se corre la voz de que la veda está abierta.

Porque aunque muchos crean que la paz se consigue sin hacer ningún esfuerzo, para que haya paz, se necesita tener mucho carácter, mucha estrategia, mucha disciplina y mucho trabajo.

Si todo esto nos sirve de algo, que nos sirva para aprender que la debilidad, no es una virtud, sino un peligroso defecto, que atrae a todo tipo de maldad.

Y que estar gobernado por un “malo” es mucho más seguro, que ser gobernado por un abuelito que juega a hacerse el valiente poniendo en riesgo al mundo, y que en realidad es un tarado.

JR

“Anciano en busca de Guerra”

Mucho se habla últimamente de la importancia de salvar a Ucrania. Te pasan vídeos de sus maravillas y de su gente, de la importancia de su cultura y de su legado y de lo importante que es protegerles a toda costa de los rusos.

Pero lo curioso es que en cuanto Biden tomó el mando en esta cruzada, temblaron no sólo los ucranianos, sino también los rusos y los chinos.

Pero no todos tiemblan de miedo por supuesto, los chinos tiemblan de risa.

Y es que todo lo que Biden toca se convierte en mierda. Yo lo llamo el rey Salomón invertido. Aquel rey, convertía en oro todo lo que tocaba, pero el viejo Biden hace justo lo contrario.

El poco tiempo de Biden en el poder han sido meses de calma, ningún tweet escandaloso, conferencias de prensa leídas de un pronter con mucha dificultad, millones de frases incoherentes, balbuceos, anécdotas disparatadas, poquísimas respuestas a periodistas, una salida caótica de Afganistán, una inflación de más del 7.3 y en aumento, olas de crímenes y robos imparables y fronteras abiertas de par en par para los indocumentados.

Sin duda todo ha ido como la seda y según el plan trazado por sus socios de ultra izquierda, que van trayendo millones de votantes del tercer mundo para las próximas elecciones y mientras conducen teslas, esquían en Aspen, echan de menos el suministro fluido de aguacate y se dedican a seguir echándole la culpa de todas las desgracias que provocan sus políticas a los tweets de Trump del 2020.

Mientras tanto, y en perfecto timing con la amenaza rusa, se descubre que el rubio tuitero tenía razón y que la trama del complot ruso que le inventaron era obra de los Clinton, del FBI y de la CIA y de que efectivamente, lo espiaron durante toda su campaña y luego durante su mandato en La Casa Blanca.

Por supuesto CNN evita tocar el tema y los demócratas son incapaces de dar la cara limitándose únicamente a hablar de Rusia y de su inminente invasión.

El problema con Biden es que tiene que pagar favores a la industria de armamento militar que le apoyó con miles de millones de dólares en su campaña y ahora, cómo es de esperar, hay que darles alguna guerra.

El viejo, cada vez más decrépito, busca ahora una guerra, y desesperado intenta asustar al pueblo americano, convencerles de que salvar a Ucrania es sumamente importante y de que Rusia avanza sin parar y el ataque es inminente.

Mientras tanto, el presidente de Ucrania y Putin se miran horrorizados de ver a este viejo delirante inventarse una guerra.

Y es que Putin es un hombre de negocios y sólo busca un acuerdo para que Ucrania no forme parte de la OTAN. (Una incorporación totalmente improbable por cierto)

Pero el viejo americano sigue buscando una guerra y mira por donde, hasta Putin se ha asustado de ver a semejante loco, igual que les pasó a los rusos aquella vez que trataban con Fidel Castro. Se asustaron tanto los rusos, que dijeron que Fidel Castro no era un comunista, sino un loco de remate.

Pero el viejo Biden insiste con su guerra, que por supuesto empobrecerá aún más al pueblo americano, creará más inflación y mucho más gasto. Y Ucrania pide por favor que le saquen al viejo tonto de encima, que les traerá mucha más desgracia de la que ya tenían con los rusos en la frontera.

Y observando semejante espectáculo delirante, China se parte de risa: ver a los Estados Unidos quebrarse por dentro, ver cómo ellos solitos se auto destruyen igual que aquel imperio Romano de Occidente antes de la Edad Media, es un espectáculo apasionante para cualquier chino dictador y comunista que quiera ser la primera potencia.

Y mientras Putin se retira, inteligente y para no darle el gusto al americano deudor; el viejo se hace el héroe.

“Que malo soy, todos me temen” piensa el viejo, mientras chupa un cono de helado de chip chip chocolate, antes de tomarse la medicación de la tarde.

Y mira por donde, la verdad es que si. Todos te temen viejo loco; y especialmente el pueblo americano. No hay más que ver las encuestas y la economía americana.

Putin siguió los sabios consejos de mi abuela que decía. “soldado que huye, sirve para otra guerra” y “líbrame de los tontos, que de los malos me cuido solo”

Y con estos dos consejos, más algún llamadito de Trump explicándole a Putin el riesgo de tratar con este viejo loco, Rusia se hará inteligentemente a un lado, comprará palomitas y verá auto destruirse sin ayuda de nadie al imperio americano, en manos de un viejo tarado, enfermo, corrupto y testarudo.

Porque no hay mejor victoria que aquella que se gana, sin tener que mover ni un sólo ejército.

JR

“La Nueva China”

Mirad bien esta cara de galleta: es la del nuevo dictador comunista de Canadá.

Ayer este nuevo dictador proclamó un estado de emergencia en Canadá que le delega sin interferencias, todos los poderes.

Y la Democracia, esa de la que hablan tanto los líderes de izquierda, es la que queda suprimida al instante.

Y no vaya usted a creer que esta medida de emergencia ha sido por una guerra mundial ni por una nueva variante del cuento chino de la gripe, sino por una protesta de camioneros, que está en contra del pasaporte sanitario obligatorio, que se ha impuesto como normativa ya en medio mundo, para que el ciudadano pueda salir de su casa y gozar de una vida digna.

Sin ese pasaporte, uno pierde todos sus derechos, entre los que está, en muchos países ya, el circular libremente, el trabajar, el viajar, el ser intervenido en una emergencia sanitaria o el acceder a la educación.

Si señores, el nuevo emperador de Canadá ha proclamado hoy en su autocoronación, que confiscará las cuentas de todos aquellos que apoyen económicamente a los disidentes de sus políticas totalitarias. A quienes llamó además, pro terroristas.

O sea que la disolución de todo tipo de disidencia y la existencia de otros partidos políticos que no sea el suyo, está en puerta.

El partido político único permitido será muy pronto sólo el suyo y quien no acate sus órdenes o apoye a quienes protesten contra ellas, será despojado de su libertad, de su trabajo y cómo no, de sus cuentas bancarias, que serán confiscadas al viejo estilo comunista de la URSS, Venezuela o Cuba.

El dictador Trudeau no ha parado allí y sabiendo que hoy la cripto moneda está aún sin controlar y que le quedaba fuera de su abanico de comando, ha decidido nombrarla moneda de lavado de dinero y dinero pro terrorista, por lo cual, muchachos digitales, se les acabó la fiesta.

¿O acaso pensabais que los comunistas sólo iban a quedarse con el dinero en metálico y analógico? ¡No! No os hagáis ilusiones. ¡Nada escapará de su dominio! Ni siquiera la moneda de los que se creen modernos e intocables.

El nuevo dictador Trudeau, que comenzó su carrera igual que empiezan todos los dictadores contemporáneos occidentales; haciéndose el tolerante, el sentimental, el ecologista y el humanista; hoy se ha quitado la mascarilla una vez más y nos ha mostrado sin tapaboca, que toda esta trama nunca fue por el coronavirus del murciélago mal cocido por casualidad en Wuhan, sino que se trató de una estrategia de ir poco a poco quitándonos las libertades, una a una y por temas de salud. Y así poquito a poquito, instalarnos el comunismo chino.

La cosa se ha acelerado un poco, ya que nadie contempló la disidencia. Nadie imaginó jamás, que la gente común (…y menos aún los canadienses) saldría del estado de pánico que sembraron los gobiernos, las instituciones sanitarias y por supuesto los medios de comunicación (que sirven al poder de las dictaduras de izquierda desde hace años, apoyando sus tramas y tapando toda información sobre sus delitos) para exigir la libertad.

Hoy, o se piensa como el nuevo dictador chino- canadiense o te aplastan.

Así tal cual lo ordenó el cara de galleta “eco friendly” de Trudeau.

“Crush them” ordenó sin pelos en la lengua el ecológico pacifista canadiense, al viejo estilo de su admirado Stalin.

Si, así, cómo si fuésemos galletas o cómo si fuésemos cobardes.

La pregunta es… ¿lo somos?

JR

“Anti vacunas y la Nueva Policia”

Siempre que entrevisté a gente sobre la Segunda Guerra Mundial les preguntaba cómo fue posible que nadie reaccionara a tiempo, frente a las barbaridades de Hitler y de Mussolini.

Y todos me respondían siempre lo mismo: “No nos dimos cuenta, porque todo iba pasando muy poco a poco, primero una ley, al año siguiente otra ley y así sucesivamente, hasta llegar al horror y a la injusticia total”

Otra de las respuestas era siempre :”Nunca creímos que nos pasaría a nosotros, pensábamos que el nazismo era algo local, algo que sólo sucedía en Alemania”

Si hemos aprendido algo de tanta historia nefasta es que el totalitarismo no viene jamás anunciado con carteles y luces de neón, sino que viene disfrazado de otra cosa y revestido de palabras bonitas como equidad, libertad, igualdad, sanidad, dignidad y fraternidad.

Poco a poco, igual que aquellas personas que no se vieron venir nada, también nos hemos ido acostumbrando a la nueva policia; esa que va sin uniforme y que se encarga de pedirnos pasaportes covid y documentos hasta para tomarnos un café y cuyo procedimiento ya nos parece de lo más normal, porque el abuso está hoy organizado, justificado y soportado en nombre de la salud.

Incluso infligir estos abusos está hoy muy bien visto. Ya sea por una mascarilla baja o inexistente o por no tener el pase, se nos ha hecho costumbre el mirar mal a la gente y sentirnos con derecho a disciplinarla.

Hablamos de libertad y de humanidad en Facebook, nos hacemos los buenos y los “diversos”, siempre publicamos corazones y perritos, hacemos huelga de hambre por la extinción de la abeja de montaña, damos nuestro comprometido “like” a cualquier campaña humanitaria virtual; pero cuando salimos por fin del escaparate digital, no toleramos ninguna diferencia, nos espanta la falta de subordinación al mandato y estamos siempre dispuestos a denunciar, a apalear o a humillar a cualquiera públicamente, por la cruzada nazi sanitaria.

Nos hemos convertido en una civilización de nazis asquerosos y orgullosos, convencidos de estar haciendo lo correcto por la salud.

Somos nazis, pero con buenos y saludables motivos: evitar todo contagio y permanecer siempre sanos.

Tuve varios amigos que nunca vacunaron a sus niños, eran anti vacunas de toda la vida, pero nadie les negó jamás el saludo, ni dejó de invitarles a los cumpleaños infantiles por no tener la vacuna de la polio, de la hepatitis A o de la varicela.

Hoy, todos esos “no vacunados contra nada”, están vacunados contra el COVID. (sólo contra el COVID) y ahora se han vuelto los más nazis de todos.

Dicen que esto mismo sucedía en los campos de concentración, en donde los guardias más crueles eran los guardias judios, porque éstos debían demostrar que eran más nazis que los nazis.

La otra noche estaba cenando en un restaurante callejero y una pareja de ancianos de casi 90 años se sentó en la mesa de al lado. Apenas entraron, el “camarero- policia” de 20 años, les solicitó su green pass.

Los dos viejitos buscaban con dificultad en sus abrigos, aquel papel plastificado con el código de vacuna nazi, que seguramente alguno de sus nietos les había impreso para que pudiesen salir de casa.

Uno de los ancianos lo encontró y finalmente lo enseñó con sus manos temblorosas, mientras que el otro, nunca llegó a encontrarlo en el abrigo.

El “camarero- policia” les informó que si el señor no tenía el pase, debían retirarse. Y sin chistar, los dos pobres ancianos comenzaron a ponerse de pie y a colocarse los abrigos, mientras enfilaban hacia la salida.

Nadie reaccionó. Nadie movió un dedo para ayudarles, ni para intervenir frente a tanto abuso disparatado. ¡Ellos! La generación eco humanitaria que llora a moco tendido en las redes por la extinción abeja de montaña, es incapaz de sentir nada por otro ser humano al que se le deniega un derecho fundamental.

Me levanté furioso y fui a buscar al dueño del restaurante, que resultó ser una mujer de más de 70 años. La mujer comprendió enseguida la ridiculez de la situación y les dijo a los ancianos que por favor, volviesen a su mesa.

Muchos me preguntan ¿cómo se hace para parar el totalitarismo? Y mi respuesta es que se debe parar igual que como se empieza: poco a poco y con la ayuda de todos.

Pero eso si, los miedosos, los juzgones, los policías y los colaboradores del régimen se abstendrán de intervenir por principios de salud y no reaccionarán, por supuesto.

Hasta que les toque a ellos.

JR

“Perspectiva Peligrosa”

La palabra “perspectiva” proviene del latín (perspicere: ver a través de) y consiste en la capacidad de ver las cosas desde un punto de vista particular.

La perspectiva en la pintura aparece recién en el Renacimiento con la aparición del “hombre moderno” que deja atrás la mirada fija y blindada de la Edad Media, para renacer y elegir una nueva visión, forjando además, una nueva era.

Cuando tenemos un problema al que no le vemos ninguna solución, se nos recomienda generalmente encararlo con un cambio de perspectiva, para encontrarle una opción distinta o adquirir una nueva forma de mirar las mismas cosas, desde otro punto.

Uno empieza entonces a cambiar el ángulo y la distancia y aquello que antes estaba demasiado lejos, se vuelve cercano y aquello que antes parecía demasiado grande, se vuelve más pequeño.

Si tuviera que hacer una composición artística de la mentalidad actual, diría que el autor está demasiado omnipresente en la obra; ya que existe una sobrevalorada presencia del yo y una nula presencia de la acción de ese yo, sobre la obra.

El “yo víctima”es lo que se cultiva y se educa con esmero en estos tiempos; siendo el resultado de esta larga educación, un joven que culpabiliza de su presente y de su futuro a los demás.

Uno de los grandes problemas que presenta el cambio de mentalidad de esta época tiene que ver con un cambio de perspectiva, que se fomenta desde la educación infantil y en el que desgraciadamente, se ha situado a la responsabilidad muy lejos del individuo

Uno de los ejemplos más tangibles es por ejemplo el tópico tan cansino del cambio climático.

Se cría a niños a quienes desde el jardín de infantes se arma de pancartas, de slogans y de reclamos. “El mundo que nos dejan”. “El mundo que merecemos” etc, son algunas de las exigencias que se le inculcan al niño, ni bien tiene uso de conciencia.

Y se le cria convencido de que le han estafado y traicionado y de que tiene derecho a exigir un mundo mejor. Pero a ese mundo mejor deben proveérselo los demás.

El prototipo de graduado universitario termina siendo un ser enfadado, que antes de haber comenzado su vida laboral, ya se siente estafado. “Nos roban el futuro”. “El empresariado sólo quiere ganar dinero y explotarnos”.etc, son algunas de las más comunes barbaridades que llenan la cabeza de un graduado universitario actual.

Y uno se lamenta de que tanta educación sólo haya servido para crear seres tan resentidos, con tan pocas ideas, tan pocas habilidades y tan pocas ganas de trabajar.

La falta de creatividad y de acción de una generación de graduados llenos de rencor, responde a que se educa a las nuevas generaciones con la visión del víctima, desde el parvulario hasta la universidad.

Los jóvenes desde pequeños van cultivando la exigencia, el reclamo y el desánimo, mientras se les inflama de un falso ego que insiste en hacerles creer que ellos son seres sumamente importantes, que se lo merecen todo, sin tener responsabilidad ninguna de crearse con su trabajo su propio futuro.

Se evita ante todo responsabilizar al individuo de su presente y de su futuro, acostumbrándole desde pequeño, a que todo fracaso presente o futuro es y será siempre culpa de alguien que nunca es él.

Y se le transmite una sensación de derrota anticipada, que acarrea desde mucho antes de empezar a luchar por su vida, con el mensaje de que todo da igual, y que haga lo que haga, será inútil y no servirá de nada, porque todo está ya mal hecho por otros y confabulado para perjudicarle el futuro a él.

El joven se gradúa convencido de que tiene derecho a todo, pero sin responsabilidad de proveerse ninguno de esos derechos por si mismo.

Esta visión del mundo incluye por supuesto la visión platónica de la vida, que consiste en la existencia de un mundo ideal, (que aún nadie ha conocido), pero al que ellos sin duda tienen derecho y alguien les está negando.

El problema es que ese mundo ideal con el que se los educa no ha existido jamás y con muy poco de estudiar historia, uno puede comprobarlo.

El mundo ideal nunca existió. Cada generación construyó sobre las condiciones que le tocaron. Pero estoy convencido de que no hubo ni tanta queja, ni tanto derecho divino, como el que se reclama hoy en día.

Uno hizo lo que pudo con lo que tenía disponible, que sin duda era mucho menos de lo que tienen los jóvenes ahora, pero como uno estaba constantemente haciendo y trabajando, no tenía tiempo para perder, en buscar a tanto culpable.

Se exige constantemente el derecho a un mundo ideal, pero uno no puede tener derecho a aquello que no se ha ganado o construido para sí mismo. Y este es el quit de la cuestión: no conseguir nada por sí mismos y ser siempre unos mantenidos.

Se nos ha hecho tan común escuchar exigencias como : “el derecho a la vivienda, a la salud o el derecho al ocio” que ya son reclamos que nos parecen muy normales.

Y yo me pregunto ¿adónde figuran esos derechos?

El único derecho que yo recuerdo haber aprendido de la Constitución es el derecho al trabajo, el derecho a la libre circulación y el derecho a la libertad de culto. Curiosamente, los tres derechos que intentan abolir nuestras “democracias” socialistas.

A mi me enseñaron que el trabajo era lo que te proporcionaba el derecho, o no, a todo lo demás. Y para tener derechos uno debía trabajar. Pero ahora pareciera que el trabajo fuese una mala palabra.

La peligrosidad de esta perspectiva contemporánea radica en que coloca a la responsabilidad muy lejos del individuo

Cuando este cambio de perspectiva sucede, la culpa y la responsabilidad de todo lo que me pasa la tiene otra persona.

Y cuando la culpa es de otro, se crea odio hacia todo aquel al que considero responsabie de mis males y de todas mis carencias.

Esta perspectiva es la que utilizan los tiranos pata fracturar las sociedades, concentrar poder y hacer que un grupo odie a otro grupo en una región.

Así lo hizo Hitler en Alemania con el odio a los judíos, lo hizo Perón en Argentina con el odio a los ricos y lo hizo Obama en Estados Unidos con el odio a los blancos.

Buscar a un culpable y criar generaciones de víctimas y de resentidos es una táctica fácil para concentrar poder sin necesidad de ningún logro, generar rivalidad y motivar la violencia.

Criar víctimas y resentidos, seres acostumbrados al reclamo desde el parvulario, seres que se creen merecedores de todo sin mover un dedo y alérgicos a asumir cualquier tipo de responsabilidad, es una bomba de tiempo.

Necesitamos un cambio de perspectiva y acercar a la culpa lo más posible en el cuadro, hasta que toque a su autor.

Y cuando la culpa se acerca tanto al autor de la obra, mágicamente metamorfosea, convirtiéndose en responsabilidad.

Porque asumir la responsabilidad sobre nuestra propia vida es nuestro único e inalienable derecho.

JR

“La Nueva Normalidad Fascista”

Si usted desea vivir la experiencia nazi o comunista, no hace falta conseguir la máquina del tiempo o devorarse una serie de Netflix sobre la Segunda Guerra Mundial o sobre la vida en Moscú o en Berlin del Este.

Hoy usted puede vivir toda la experiencia en primera persona, haciéndose un viajecito por Australia o por la Unión Europea y sentir en carne propia, todas las sensaciones de temor, de nervios, de control y de tormento, que experimentaron nuestros ancestros, víctimas de estos regímenes totalitarios.

Hoy en pleno siglo XXI usted tiene la oportunidad de experimentar en vivo el comienzo del fascismo de Hitler o de Mussolini, viajando por Italia o por cualquier otro país europeo.

Y si tiene la fortuna de embarcar al vuelo, una vez que le hayan controlado ocho veces todos los formularios, PCRs y pases sanitarios pertinentes, podrá entonces continuar con su experiencia fascista en tierra.

Coja un billete barato en cualquier aerolínea y llegue al aeropuerto en donde será hostigado y atocigado desde que entre a la terminal hasta que suba al avión, por guardias de seguridad, policías, personal de tierra de la aerolínea, azafatas, personal de limpieza, etc, para continuar luego en tierra, hostigado por personal de inmigración, aduana, taxistas, recepcionistas de hotel, camareros, vendedores de churros y toda la población de fascistas colaboradores con “el régimen del green pass” que sólo cumplen la ley, al igual que los nazis y los rusos obedecían las leyes de sus líderes.

Usted no se enfade, porque ellos no tienen la culpa de hostigarle a cada paso o de dejarle en tierra, fuera del museo, del restaurante o del café, porque al igual que los nazis alegaron en los juicios de Nuremberg, ellos sólo cumplen órdenes.

Lo bonito del poder es que engancha igual que el anillo de Frodo en el señor de los anillos y aquel que en un principio parecía bueno, en cuanto agarra el anillo o accede a la aplicación de control del green pass, se transforma y saca de dentro suyo un nuevo ser: “la oveja fascista”.

Y así va poco a poco, descubriendo el poder que tiene el “no”.

Usted no embarca, no entra, no come, no sube, no viaja, no vota, no toma café.

De pronto el “no” se vuelve un poder adictivo. Decir que “no”es imposibilitarle al otro un camino, quitarle la libertad, la independencia, y da una sensación de poder maravillosa. Yo domino. Tú obedeces.

Pasito a pasito, suave suavecito, nos van llevando por un camino de ida, hacia un sistema totalitario, al que se accede voluntariamente y convencido, pero que no piensa detenerse con fin del Covid. Ya que el COVID y su infinidad de futuras variantes fueron y seguirán siendo fabricadas con este fin.

Como todos saben que a usted lo único que le importa es la salud, ellos están cuidándole. Usted acepta y agradece que papá estado le quiera tanto. Se vacuna, hace lo que papá estado le manda, se vacuna otra vez y cree que por fin, ha conseguido su pase verde para siempre.

Luego viene la tercera dosis obligatoria de refuerzo y usted sigue complaciendo a papá estado que le protege sin medida.

Pero de pronto un día, el pase sanitario le sale en rojo en la aplicación móvil del controlador de turno y suenan todas las alarmas, llega el personal de seguridad y usted se queda varado, fuera de un bar o en un aeropuerto y es considerado un terrorista sanitario y condenado como “peligroso depredador”.

Luego de pasar por todos los tormentos que usted se merece por no estar con la vacuna al día, comprende por fin, que su pase en rojo se debe a que ya no importa la cantidad de dosis que usted se dio según el reglamento, sino la fecha de la primera dosis.

Su pase ha caducado y usted debe volver a comenzar con todo el procedimiento.

Mientras usted está distraído entre tanto trámite, tanto palo en la nariz diario y pinchazo, el mundo a su alrededor va cambiando poquito a poquito, sin que usted tenga tiempo de darse cuenta de nada, ya que a duras penas sale de casa.

Cada mañana enciende el canal covid 24 hs y vuelve a meterse el palo por la nariz; esa nariz temerosa y obediente, que ya no sale a ningún lado, porque con pase rojo nadie le recibe. Y ni hablar de ir a casa de nadie. Con pase rojo, ni los amigos le recuerdan.

El aislamiento al que es condenado por temas de salud pública, se parece a una prision, pero como usted tiene Netflix y se ha hecho adicto a Ibai y a los videojuegos, sigue sintiéndose libre, porque gracias al mundo del progreso, usted está cómodo y además, tiene internet.

Usted está subsidiado, cuidado por papá estado, viviendo una realidad virtual en donde nada ni nadie puede hacerle daño, tiene acceso a WhatsApp y al canal porno, está seguro en casa cumpliendo con las normativas del distanciamiento social justo y necesario y tiene glovo y Amazon a su disposición. ¿Qué más quiere? ¡No sea desagradecido!

No se queje, siga recibiendo los cuidados de papá estado, que lo quiere un montón y que además, le está dando miles de vacunas anuales “gratis”.

Y si todo va bien, en un tiempo, papá estado le dará otro pase verde (válido sólo por unos meses), para que usted puede volver a vivir la agradable experiencia nazi/ comunista desde fuera de casa, hasta que la luz roja en su pase, vuelva a aprisionarle.

JR

“La Hoguera de los Vacunados”

Cada vez que algo te sale mal por un error de decisión o de cálculo, uno espera no ser el único. Este instinto tan primitivo es una forma de autoconsuelo; la de encontrar a otro que padezca nuestro mismo mal o sufra nuestra misma mala suerte.

Sin embargo, aquel al que le va bien, no tiene tiempo de mirar alrededor, ni de mirar la suerte o la desgracia de otros y muchas veces peca de indiferente, pero difícilmente de estar metido en la vida ajena.

Pero hay otras veces, en las que el cagado desea y ruega con maldad, que haya otros muchos como él, para no sentirse el único.

Estas sensaciones, que en ocasiones me explicaba mi abuela con sus sabios y milenarios dichos, se me hacen muy presentes en los tiempos de la vacuna.

Si los vacunados estuvieran tan contentos con su vacuna, no tendrían tiempo de estar viendo si el vecino se vacunó o no se vacunó.

Pero como parece ser que la vacuna no ha dado los resultados esperados, sino todo lo contrario, se les nota una especie de rencor envenenado, hacia los que se libraron de la jeringa.

Hoy se contagian más los vacunados que los no vacunados, cuando debería suceder justamente lo contrario y sin embargo, los vacunados exigen más que nunca antes, que se vacune a la fuerza a los exentos.

Esta nueva guerra social que los medios y los gobiernos vienen impulsando no es casual. No nos olvidemos que las políticas actuales se basan en la búsqueda del enemigo común. Nada une más a las tribus musulmanas que se odian a muerte entre sí, que el odio conjunto hacia Occidente.

Y esto mismo sucede aquí. Nada une más a las masas políticamente rivales que el odio común al no vacunado. Izquierda y derecha, verdes y rojos, se funden en un odio común y preparan la hoguera para todo aquel que no se haya convertido a la religión del momento: la locura COVID.

A mi no me quedó opción que vacunarme porque mi trabajo consiste en viajar, (algo que los no vacunados tienen terminantemente prohibido entre otras millones de cosas), pero por estar vacunado, no odio a los no vacunados que pasan a mi lado; sino todo lo contrario, les admiro.

Porque a pesar de que toda esta política les pretende cerrar el mundo y prohibirles todos sus placeres, ellos siguen fuertes.

Ojalá yo pudiera algún día ser tan valiente.

Esta insistencia enfermiza en la vacunación con una vacuna que evidentemente no funciona, me genera mucha desconfianza y dudo que esta fanática cruzada tenga buenas intenciones.

Espero que los efectos secundarios de este experimento covid no me hagan mucho efecto, pero por las dudas, he avisado en casa, que si me ven trabajando para el manifiesto eco- comunista de Soros y Gates o votando a la izquierda, me den con un hacha en la cabeza, sepan perdonar y entiendan que tal comportamiento responde únicamente a un efecto secundario provocado por la vacuna contra el virus fabricado en China.

Digan luego, que el crimen fue por ser anti vacuna; así será un asesinato justificado, vanagloriado por los medios y por las autoridades pertinentes y sin necesidad de abogado, de juicio, ni prision para nadie.

“Vacúnese antes de que le vacunemos en la hoguera” gritan a dos voces los vacunados envenenados y contagiados, mientras los medios apoyan, difunden e inflaman. Y las masas aplauden y twittean sintiéndose empoderados y buena gente: “ # a la hoguera😘❤️ #hoguera is love 💚 #hoguera es salud 🔥🤗.

JR

“Los Gurús de nuestro Futuro”

Dicen que no hay nada más viejo que aquello a lo que se le llama “nuevo” y viendo el tipo de vida monitoreada, medida y llena de formularios, permisos, pasaportes y controles, nuestra “nueva” eco – saludable y reciclada vida, se va pareciendo cada vez más, a la vida en la antigua URSS.

La gente se mueve con miedo, miedo al control, a la reprimenda, a la inquisición permanente, al formulario constante y requerido para cualquier cosa, al cambio de normas inesperado y siempre a último momento; y no está de más añadir, que son muchos, aquellos que disfrutan de esta repentina posición de poder, de control y de “superioridad moral por vacunado”, que el “nuevo” eco- mundo les ha otorgado.

Aquellos que antes estaban para atenderte y darte un servicio, hoy de pronto, están para hostigarte a cada paso y parecen disfrutar de esta nueva posición de control que la “Salud” les ofrece. La azafata, el recepcionista, el guarda de seguridad, el maestro de escuela, el aparca coches, todos sin excepción, han asumido gustosos este rol de poder, de sermoneo y de control, que la madre estado les ha delegado: reprimir a una población descerebrada que necesita ser guiada por seres “ superiores”hacia una forma de vida más saludable y civilizada, diseñada en Davos por los intelectuales que sirven al poder.

Cada vez que oigo hablar del nuevo mundo que estos grandes intelectuales contemporáneos graduados en la Ivy League nos están diseñando a todo pulmón, me entran arcadas y cada vez que me hablan de cambiar el mundo, se me aparece la imagen Stalin fusilando a todo aquel que traicionara los ideales de su nuevo y maravilloso proyecto de mundo; más igualitario, sostenible y socialmente justo.

El problema con tanto “experto” dando consejos es que el experto es solamente experto en su pequeño espectro; no evalúa las consecuencias ni la repercusión que tienen sus consejos; pero lo peor de todo, es que estos “expertos” trabajan para decir aquello que el gobierno quiere que digan. Se contrata a los expertos que respalden la visión del estado y del grupo de Soros, mientras que a aquellos expertos que opinan lo contrario, se los bloquea en las redes y en los medios, se los calla y se los amenaza.

Una de las grandes ventajas que tiene ser un intelectual gurú es que nadie te pide explicaciones por los desastres que generan tus ideas.

Marx nunca salió a pedir disculpas por el desastre que generó con sus ideas de reforma social, económica y política. Lo máximo que hizo, después de su gran cagada de mundo, fue decir que él no era marxista y desentenderse del tema, pero sin ningún remordimiento.

Si usted es ingeniero y se le cae un puente, el mundo le fulmina, pierde el trabajo y no trabaja de ingeniero nunca más en su vida. Pero si usted es un intelectual y diseña una vida de mierda, nadie le pedirá explicaciones. Y podrá además, seguir dando instrucciones.

Esto mismo pasa con la vacuna, no vemos a nadie explicarnos porqué aquellos con dos dosis y booster se contagian y mueren. Hay un silencio de radio cuando toca hacerse cargo de los fallos de las verdades absolutas de los venerados “expertos”.

Tanto es así, que aquel green pass por el que muchos aceptábamos el pinchazo a desgano, ya no te lo pide nadie, sólo te piden un PCR con 24 horas de vigencia, justamente porque saben que estar vacunado no es ninguna garantía contra el virus fabricado en China.

Pero todavía estamos esperando la corrección, la disculpa, algún tipo de mea culpa por los errores de tanto “experto” en cambiarnos el mundo. Ni siquiera aquella mentira sobre la mala cocción del murciélago se ha explicado y reconocido como una mentira organizada.

Las mentiras desaparecen como por arte de magia sin que nadie se reconozca un Pinocho, ni pida perdón y la gente olvida y perdona todo atropello, con una docilidad alarmante.

Luego nos preguntábamos por qué los alemanes obedecían las macabras órdenes de Hitler sin oponerse a tanta injusticia y crueldad. Si Adolf volviera hoy, se haría un festín con este mundo de ovejas temerosas, fanáticas, vacunadas y obedientes que se creen cualquier cosa y son capaces de hostigar y denunciar al que no tenga una vacuna, criminalizándole injustamente por un virus comunista patrocinado por Soros.

Silencio de radio. Usted calle y siga rellenando formularios, pidiendo códigos y permisos, haciéndose su PCR diario, dándose nuevos boosters experimentales si es que desea moverse de su casa, ir a tomar un café o ir a trabajar y para que no le despidan por negacionista.

Eso si, no se olvide que si usted se vacuna lo hace libremente, ya que nadie le obliga. Usted es libre, aunque viva esclavizado por los mandatos de la “Salud”.

Siga “libremente” rellenando el cartoncito del experimento que le promete la tierra prometida. Y aquel que llegue al casillero de la pizza, gana.

Pero mucho me temo, que el eco- plan es ahorrar, no sólo en pizzas premio, sino también en pensiones.

JR

“Generación de Haters y Desagradecidos”

No es inusual escuchar a las juventudes americanas universitarias culpar a los empresarios de todas sus desgracias y hacerles responsables de los malos augurios que se imaginan en su futuro.

Al escuchar semejantes barbaridades me pregunto qué aprende esta juventud en las universidades carísimas a las que asisten; pagadas por sus padres empresarios y en las que pasan tantos años de su vida.

Lo verdaderamente surrealista de toda esta tragedia es que estas aberraciones vengan de estudiantes de carreras como “Business” quienes supuestamente están allí, para convertirse en empresarios el día de mañana.

Esta campaña politico/ cultural en contra de los empresarios en general, tiene buena audiencia y cohesión en estas juventudes escolarizadas bajo programas socialistas, que basan sus temarios en el adoctrinamiento político y en criminalizar a los empresarios, logrando desviar la culpabilidad y esconder las nefastas gestiones de sus gobiernos.

Esta juventud tan universitaria y a la vez tan ignorante, parece desconocer por completo el funcionamiento del estado y de la economía en general.

Ellos creen que el estado es una fábrica, que produce algo y que es el estado quien tiene dinero.

Sin comprender que el estado es un simple administrador del capital que generan los empresarios y los empleados que trabajan para esos empresarios. Y que sin empresarios, no hay estado.

Todos los movimientos de izquierda parecen estar confabulados para destruir a las únicas fuentes de progreso que tenemos; fomentando el odio hacia los ricos y a todo aquel que haya logrado algún éxito laboral u económico.

Esta ignorancia que promueve la izquierda cunde en unas juventudes que desconocen por completo la Historia, la economía y sus procesos.

Anoche la candidata demócrata y multimillonaria Elizabeth Warren increpaba a Elon Musk en twitter, y es que esta gentuza socialista odia a todo aquel que con su éxito nos traiga algún tipo de progreso.

Odian a Rockefeller que fue quien logró reducir el coste del keroseno haciéndolo accesible incluso a las clases más pobres y con ello logró que la humanidad pudiera encender la luz cuando se iba el sol y ganarle al día, horas de vida.

Odian a Ford que hizo que el coche dejara de ser un artículo de lujo para hacerlo accesible a todos, reduciendo los costes de fabricación e incrementando la producción a un bajo coste.

Odian a todos los que con su talento, capacidad, trabajo y esfuerzo nos han traído progreso y a quienes les debemos mucho mas, que las fortunas que se han ganado en buena ley en el mercado.

Si hoy estuvieran aquí Steve Jobs y Albert Einstein los quemarían en la plaza, por blancos, ricos y privilegiados.

Y es que la ignorancia de estos personajes demagogos de izquierda, ya sobrepasa toda locura.

El odio hacia el rico es el mantra para estas juventudes descerebradas, que sienten que aquello que ellos no tienen, no es porque no hayan trabajado nunca en su vida, o porque no tengan ningún talento, sino porque alguien se los ha robado.

Esta es la filosofía con la que se lavan los cerebros en las universidades americanas, canadienses y europeas: la culpa de tu desgracia siempre la tiene otro. Y nosotros te diremos quien es el enemigo.

Si hubiera sido por esta generación de ignorantes estaríamos todavía en la época de las cavernas y cualquier idea de inventar el fuego hubiese sido desestimada por venir del fruto de un privilegio racial o de algún tipo de desigualdad intolerable. Así que mejor abstenerse de encender nada y seguir en Edad de Piedra.

Lo único importante para esta panda de ignorantes es la igualdad. No queremos Elon Musks, Einsteins, Jobs, Edisons, Aristóteles, Parmenides, Rockefellers, Fords, hermanos Wrights. No queremos privilegiados. Odiamos a los talentosos, a los inteligentes, a los trabajadores, a los generadores de capital y de progreso.

Queremos que todo sea hecho con justicia social, queremos a todos igual de bestias, a todos igual de pobres, a todos igual de subdesarrollados, a todos igual de resentidos, y así esta juventud de haters se quedará igualitariamente más tranquila.

JR

“Capital Humano”

En la economía en general, tanto como en la economía doméstica, el capital humano juega un papel importante a la hora de progresar económicamente.

Muchos intelectuales insisten sin embargo, en el monopolio de la educación académica como único componente del capital humano, aunque los hechos, no siempre avalen sus teorías. Teniendo vivos ejemplos de inventores y eruditos que nunca han pisado una universidad y en algunos casos ni siquiera terminaron la escuela, como es el caso de los hermanos Wright, que eran mecánicos de bicicletas, antes de inventar el avión.

Tener muchos títulos universitarios y masters no garantizan el progreso económico de una persona; pueden ayudar por supuesto, pero no son el único determinante.

Y dependiendo además, de qué tipo de educación se trate, ésta puede llegar a ser en ocasiones incluso perjudicial para el individuo, cuando le crea aversión al trabajo, al capital, a las empresas y al progreso económico en general.

Tales individuos no sólo están destinados a la mediocridad , sino que resultan peligrosos para el progreso económico de la sociedad en su conjunto.

El capital humano es el resultado de una suma de componentes que juntos y combinados, elevan el valor que ese individuo tiene en el mercado.

El capital humano no es otra cosa que las capacidades, las habilidades prácticas y las actitudes de un ser humano frente al trabajo.

No sólo es importante el nivel de formación en una disciplina, sino también la actitud hacia el trabajo en general, la capacidad para esforzarse, adaptarse y sacrificarse por un progreso económico.

Y no todos, aún teniendo exactamente los mismos títulos universitarios y posgrados, poseen las mismas capacidades en estos ámbitos, ni la misma fuerza, ni la misma necesidad o las mismas ganas.

Parte de nuestra cultura encierra el valor que le damos al trabajo; para algunas culturas el trabajo es lo primero, y en otras sin embargo, el trabajo es relativo y prescindible, y si no me hace sentir enteramente feliz y realizado, no me compensa.

No es casual que esta era, en la que se intenta imponer la felicidad ante todo lo demás, no haya ayudado a los jóvenes a integrarse satisfactoriamente al mundo laboral.

En mi época sin embargo, trabajar era lo primero y nadie te preguntaba a cada rato si eras o no, feliz.

Porque uno asociaba la felicidad al hecho de tener un trabajo, pagar las facturas y seguir progresando.

Hoy sin embargo, los jóvenes parecen no encontrar nunca el trabajo que les merezca. ¡Tantos títulos para tener tantos desempleados! es el leitmotiv de una sociedad cuya juventud que no encuentra un trabajo o rehusa integrarse al empleo, por no considerarle a su nivel.

El problema con el capital humano, es que no es en su totalidad académico. Un empresario busca mucho más que un buen currículum universitario. Se busca aptitud y actitud pero hoy es difícil, encontrar las dos cosas juntas.

Tanto en la economía comercial como en la economía doméstica el capital humano es importante.

Un ama de casa que no limpia, no cocina, no lava ni plancha, ni cuida niños va a generarle un gasto enorme a un marido que trabaja. Y todo ese capital humano que la mujer no posee, va a recaer en la economía familiar, que necesita pagar por todos esos servicios. Esto mismo sucede en los países sin producción local, ni industrias propias.

La economía no es solamente aquello que entra, sino también aquello que sale; la economía es el resultado y la gestión entre lo que entra y lo que sale.

El capital humano tiene mucho que ver también con la cultura de cada persona y la cultura es generalmente un factor hereditario o particular de las distintas comunidades.

Una mujer alemana, escandinava o estadounidense no sólo está acostumbrada a cocinar y a limpiar su casa, sino también a cortarle el pelo a sus hijos, a teñirse las canas en el baño de su casa y a hacerse la manicura ella sola. Al menos mi madre, era así.

En mi casa dos de mis hermanos eran ingenieros, pero la que arreglaba los enchufes, la cisterna, el riego o la aspiradora era mi madre, sin ningún título universitario, pero poseedora de un gran capital humano.

Ella sabía hacer de todo y sino, buscaba un manual y en un rato lo aprendía.

El capital humano tiene que ver con la educación, pero no exclusivamente con la educación académica; sino con la educación hacia el trabajo.

Uno de los procesos que ponen de manifiesto al capital humano es la capacidad de recuperación después de una crisis.

No es casual que la recuperación de los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial haya sido tan rápida, debido a su gran capital humano. Esto no sucede sin embargo, en países subdesarrollados o tercermundistas en donde el capital humano es escaso y las crisis son eternas. Y en donde el trabajo es visto como una explotación, en vez de ser considerado como la única vía para el progreso económico.

Una persona que aspire a un alto nivel laboral y económico, debería además de tener una habilidad o producto por lo que la gente esté dispuesta a pagar, saber hablar, saber comer, saber beber, saber interactuar con gente distinta, saber obedecer, saber mandar, saber innovar, saber ahorrar, saber cuándo gastar, saber invertir, saber arriesgarse y también saber cuándo no apostar por locuras o lujos innecesarios.

Saber sacrificarse y saber recompensar, saber de historia, de literatura, de política internacional o estar informado sobre los eventos y noticias del mundo, son cosas que también ayudan y conforman el capital humano.

El capital humano resulta esencial a la hora de crear capital y de lograr un progreso económico y su falta resulta catastrófica, sin haber título universitario que la compense.

JR

“La Falacia de lo Gratis”

Siempre me pregunté porqué a la gente le resultan tan antipáticos los economistas y finalmente comprendí, que estos seres son los únicos valientes, que desactivan al instante la falacia de que algo sea gratis.

Para un economista el concepto “gratis” es un concepto equivocado desde su raíz. Y lo primero que te preguntan cuando les dices que algo es gratis es: “si claro, gratis, ¿pero a qué costo?”

Su afirmación de que lo gratis no existe, resulta definitivamente antipática para un pueblo acostumbrado al discurso socialista de la igualdad y del derecho a todo; que se resiste a entender y a hacer entender, que todo derecho se desprende de la obligación de otra persona y que todo lo que se percibe como gratis, es gratis para él porque lo paga otro ciudadano.

Cuando comienzas a estudiar economía descubres un mundo nuevo y empiezas a darte cuenta de que la historia de los errores de la humanidad, está basada en errores de cálculo, falta de previsión de imponderables, desconocimiento de los elementos, ignorancia de datos y hechos y ausencia de sentido común.

Uno suele ver a la economía como a esa materia difícil y disponible sólo para algunos eruditos, pero cuando te sumerges en ella, descubres que toda la evolución y la distribución del mundo se basa en la economía.

La economía ha guiado desde los asentamientos de las poblaciones y sus enfrentamientos, hasta las expediciones más atrevidas.

El concepto de la inexistencia de lo gratis es quizás el aprendizaje más frustrante y sin duda, también el más iluminador de todos, porque cuando descubres que el precio de las cosas tiene su sentido, entonces, empiezas a pagarlo con más ganas.

Mi amiga médica se queja de que la sanidad pública está colapsada en España y esto sucede porque es gratis. La gente aburrida no tiene otra cosa que hacer que inventarse enfermedades y acudir a las consultas como diversión. Hoy les duele esto, mañana les duele aquello y cuando no les duele nada, entonces es hora de chequearse todo; análisis de esto, de lo otro y de lo de más allá. Y todo esto sucede porque la sanidad es gratis.

Si al señor hipocondríaco le costara 5 o 10 euros cada consulta, os aseguro que se le pasaba el malestar en un segundo y en vez de ir a molestar y a gastar dinero ajeno al hospital, se quedaba en casa viendo la tele. La curación sucede de forma milagrosa cuando estar enfermo te cuesta dinero a ti.

La saturación de un sistema de sanidad “gratis” bloquea la sanidad para los temas verdaderamente importantes y cuando aparece un paciente realmente enfermo, no hay disponibilidad para atenderle, porque el médico está ocupado con el hipocondríaco de turno.

Este es el precio de lo gratis; la baja calidad de un servicio o producto, que se desgasta debido al mal uso que se hace de él. ¿Y por qué el mal uso? Porque es gratis.

El principal problema de lo gratis es que la gente abusa de los servicios y no los utiliza como es debido. Ni los hospitales, ni las universidades públicas gratis funcionan a largo plazo, si no se usan con responsabilidad.

Pero como pedir responsabilidad es una utopía, lo mejor es ponerle un precio. Y cuando hay que pagar, la gente se responsabiliza sola. Es un remedio mágico.

La pregunta es entonces por qué los gobiernos insisten en la sanidad gratis. Y aquí está el meollo de la cuestión: cuando un servicio es gratis, los costes también se descontrolan. ¿Quién controla el precio de una endoscopia o de un análisis clínico en un hospital público? Si no existe un cliente ( nadie paga la factura) que compare precios, reclame y proteste, se inflan las facturas. Y como “nadie” paga, se inflan los costos.

¿Y quién paga el timo? ¡Usted con sus impuestos cada vez más elevados!

La conclusión es que lo gratis no sólo no es gratis, sino que al final sale más caro.

Cuando era joven me invitaron a un cóctel en Venecia en donde ofrecían Spritz gratis. Si hubiera tenido que pagarlos me hubiera bebido 2 en vez de los 9 que acepté. En ese momento comprobé que el precio de las cosas, te cuida la salud evitándote además, borracheras innecesarias.

Cuando se ofrece algo “gratis” se desvaloriza al trabajador que provee dicho servicio, y se instruye de manera irresponsable al consumidor de ese servicio; que mal aprende a tener el derecho a la explotación “gratis” de otra persona en su beneficio.

Aprender que cada cosa tiene un precio y que ese precio tiene una razón de ser, no sólo nos hace más analíticos, exigentes y responsables a la hora de elegir entre nuestras opciones, sino que nos ayuda a pagar por un servicio de calidad con más entusiasmo.

JR

“La Reconquista Marxista”

Hace un tiempo tuve la fortuna de pasar unos días en la ciudad de Cordoba (España) en donde hice un recorrido turístico con una guía formada en Bellas Artes, que nos acompañó durante todo el paseo y nos iba relatando los hechos históricos sucedidos en cada uno de los monumentos cordobeses.

Su nada disimulada aversión hacia la reina Isabel la Católica fue creciendo a medida que avanzaba nuestra visita, hasta que un compañero, ya harto de tanto comentario despectivo hacia la reina, la paró en seco, defendiendo a la monarca de los ataques sistemáticos y con connotaciones claramente marxistas, que profería la guía hacia Isabel.

Hay veces en que conocer la Historia y las costumbres de su tiempo ayuda a detener la mala información que estos jóvenes formados en las universidades Marxistas del mundo intentan imponernos y desperdigar en cuánta oportunidad se les presenta.

Aunque desgraciadamente, la mayoría de las veces, la gente se traga sin más, todo aquello que esta generación adiestrada en la manipulación histórica decide contarles; quizás por falta de tiempo o de interés en constatar los datos falsos, que los marxistas profesan repetitivamente, hasta convertir en verdades absolutas y en dogmas incuestionables.

(Al día siguiente encontré a la guía haciendo el mismo tour en inglés y en alemán y relatando las mismas barbaridades ideológicas; por lo que comprobé una vez más, que este nuevo marxismo va propagándose por el mundo, sin fronteras y sin ningún remordimiento, ni corrección)

Estas juventudes universitarias adoctrinadas en la visión marxista de la realidad y de la historia, no sólo son ignorantes, sino que se prodigan en ello y se dedican con esmero a la divulgación de su ideología allí por donde van y sin ninguna necesidad, porque a nadie le interesa realmente su opinión personal sobre un hecho histórico.

Lamentablemente la Historía es la que es; no la que a uno le hubiera gustado que fuese, ni la interpretación que hace una mirada teñida de políticas de justicia social marxista, sobre la Historia.

Las conquistas y las reconquistas a lo largo de la Historia fueron cruentas, de un lado y de otro. Y debemos recordarles a estas generaciones tan mal informadas, que aún no teníamos WhatsApp, ni a la ONU, ni a Greta facturando por la extinción del medioambiente desde los 12 años.

Por eso, es que es tan importante ubicarnos.

Estas opiniones marxistas fuera de lugar y abstraídas totalmente del contexto histórico de los hechos, que estos guías hacen, no sólo tergiversan los hechos, sino que quitan a los hechos de su contexto, de las costumbres y de los modos de la época.

Por un momento intenté imaginarme cómo hubiera sido todo, si la Historia hubiese sido distinta a lo que fue y adónde estaría la guía hoy, de no haber sido por la reina Isabel, a la que tanto detesta.

Seguramente hoy, la guía estaría debajo un burka y celebrando la entrada de los talibanes a Afganistán. Pero gracias a Isabel, esta chica está hoy en la calle y trabajando con su melena rubia al viento, mientras se da el lujo de difamarla sin ningún temor y en todos los idiomas.

JR

«La Destreza en la Alternancia»

¿Nombrar o no nombrar? Me preguntó un amigo con respecto a la filosofía de Wittgenstein hace unos días. Y la verdad es que me dejó pensando.

Hace unos años te hubiera dicho «nombrar» sin dudarlo un segundo; porque el nombrar nos ha hecho hombres, inteligentes y juiciosos, los reyes de este planeta por sobre todas las bestias y por sobre todos los elementos.

Pero hoy sin embargo, el no nombrar me seduce mucho más, esa capacidad de poder andar sin pensamiento como nos cantaba el tango, el don de dejar aflorar el instinto que evoca una relajación natural; ese descanso de la actividad de pensar tanto y de pensar siempre.

Recuerdo en las clases de meditación aquel momento insoportable, en el que se nos inducía a dejar pasar los pensamientos sin nombrarlos y sin traerlos a la conciencia.

¡Qué difícil y contradictorio me resultaba pensar en dejar de pensar!

Tuve que dejar esas clases porque el estrés de meditar me hacía el efecto contrario.

Aquel “no nombrar» me llegaba, pero sin llamarlo. Ahí cuando la felicidad me pillaba distraído, con amigos o en pijama. Esos momentos en que no hacía falta nombrar nada.

¿Ser o no ser? Nos preguntaba Hamlet, y yo creo que un poco de los dos. Ser y no ser.

Ser a veces y no ser otras.

Estar y no estar, inhalar y exhalar; disfrutar de esa natural alternancia entre una cosa y la otra que nos marca nuestra propia naturaleza.

Ser humano es pensar y aspirar a ser un hombre inteligente, pero ser un ser superior, eso es definitivamente otra cosa.

Será quizás obtener la destreza para moverte entre dos mundos; el mundo del ser y el de no ser. Ser un poco y no ser otro tanto, tomar y soltar, estar y desaparecer, pensar y aprender también a andar sin pensamiento.

Para la gente como yo, nombrar es inevitable y diría que la aptitud roza muchas veces la enfermedad o la locura; pero cuando se me presenta la ocasión de desaparecer y de volver al instinto; de tomarme una cerveza con un amigo, reírme a carcajadas, trabajar en el jardín, cocinar para mis hijos o cantar a plena vocce, me doy cuenta de que en esta vida, «nombrar» me ha dado mucho, pero el «no nombrar» es lo que me ha salvado la vida.

JR