“Los Gurús de nuestro Futuro”

Dicen que no hay nada más viejo que aquello a lo que se le llama “nuevo” y viendo el tipo de vida monitoreada, medida y llena de formularios, permisos, pasaportes y controles, nuestra “nueva” eco – saludable y reciclada vida, se va pareciendo cada vez más, a la vida en la antigua URSS.

La gente se mueve con miedo, miedo al control, a la reprimenda, a la inquisición permanente, al formulario constante y requerido para cualquier cosa, al cambio de normas inesperado y siempre a último momento; y no está de más añadir, que son muchos, aquellos que disfrutan de esta repentina posición de poder, de control y de “superioridad moral por vacunado”, que el “nuevo” eco- mundo les ha otorgado.

Aquellos que antes estaban para atenderte y darte un servicio, hoy de pronto, están para hostigarte a cada paso y parecen disfrutar de esta nueva posición de control que la “Salud” les ofrece. La azafata, el recepcionista, el guarda de seguridad, el maestro de escuela, el aparca coches, todos sin excepción, han asumido gustosos este rol de poder, de sermoneo y de control, que la madre estado les ha delegado: reprimir a una población descerebrada que necesita ser guiada por seres “ superiores”hacia una forma de vida más saludable y civilizada, diseñada en Davos por los intelectuales que sirven al poder.

Cada vez que oigo hablar del nuevo mundo que estos grandes intelectuales contemporáneos graduados en la Ivy League nos están diseñando a todo pulmón, me entran arcadas y cada vez que me hablan de cambiar el mundo, se me aparece la imagen Stalin fusilando a todo aquel que traicionara los ideales de su nuevo y maravilloso proyecto de mundo; más igualitario, sostenible y socialmente justo.

El problema con tanto “experto” dando consejos es que el experto es solamente experto en su pequeño espectro; no evalúa las consecuencias ni la repercusión que tienen sus consejos; pero lo peor de todo, es que estos “expertos” trabajan para decir aquello que el gobierno quiere que digan. Se contrata a los expertos que respalden la visión del estado y del grupo de Soros, mientras que a aquellos expertos que opinan lo contrario, se los bloquea en las redes y en los medios, se los calla y se los amenaza.

Una de las grandes ventajas que tiene ser un intelectual gurú es que nadie te pide explicaciones por los desastres que generan tus ideas.

Marx nunca salió a pedir disculpas por el desastre que generó con sus ideas de reforma social, económica y política. Lo máximo que hizo, después de su gran cagada de mundo, fue decir que él no era marxista y desentenderse del tema, pero sin ningún remordimiento.

Si usted es ingeniero y se le cae un puente, el mundo le fulmina, pierde el trabajo y no trabaja de ingeniero nunca más en su vida. Pero si usted es un intelectual y diseña una vida de mierda, nadie le pedirá explicaciones. Y podrá además, seguir dando instrucciones.

Esto mismo pasa con la vacuna, no vemos a nadie explicarnos porqué aquellos con dos dosis y booster se contagian y mueren. Hay un silencio de radio cuando toca hacerse cargo de los fallos de las verdades absolutas de los venerados “expertos”.

Tanto es así, que aquel green pass por el que muchos aceptábamos el pinchazo a desgano, ya no te lo pide nadie, sólo te piden un PCR con 24 horas de vigencia, justamente porque saben que estar vacunado no es ninguna garantía contra el virus fabricado en China.

Pero todavía estamos esperando la corrección, la disculpa, algún tipo de mea culpa por los errores de tanto “experto” en cambiarnos el mundo. Ni siquiera aquella mentira sobre la mala cocción del murciélago se ha explicado y reconocido como una mentira organizada.

Las mentiras desaparecen como por arte de magia sin que nadie se reconozca un Pinocho, ni pida perdón y la gente olvida y perdona todo atropello, con una docilidad alarmante.

Luego nos preguntábamos por qué los alemanes obedecían las macabras órdenes de Hitler sin oponerse a tanta injusticia y crueldad. Si Adolf volviera hoy, se haría un festín con este mundo de ovejas temerosas, fanáticas, vacunadas y obedientes que se creen cualquier cosa y son capaces de hostigar y denunciar al que no tenga una vacuna, criminalizándole injustamente por un virus comunista patrocinado por Soros.

Silencio de radio. Usted calle y siga rellenando formularios, pidiendo códigos y permisos, haciéndose su PCR diario, dándose nuevos boosters experimentales si es que desea moverse de su casa, ir a tomar un café o ir a trabajar y para que no le despidan por negacionista.

Eso si, no se olvide que si usted se vacuna lo hace libremente, ya que nadie le obliga. Usted es libre, aunque viva esclavizado por los mandatos de la “Salud”.

Siga “libremente” rellenando el cartoncito del experimento que le promete la tierra prometida. Y aquel que llegue al casillero de la pizza, gana.

Pero mucho me temo, que el eco- plan es ahorrar, no sólo en pizzas premio, sino también en pensiones.

JR

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