«Milei, Despertando a los Vecinos»

Desde el extremo sur de este planeta, ruge un león que se ha empeñado en devolverle la libertad a los argentinos y sacarles de la miseria en la que los continuos gobiernos de izquierdas les han sumergido.

Anoche desde el Congreso de la Nación Argentina, un presidente outsider del establishment político, paró a todo un país y despertó a los exiliados y a los extranjeros, que pusieron el despertador de madrugada para no perderse su discurso; histórico y emotivo; de esos que te ponen la piel de gallina y te recuerdan los valores de tu niñez; esos valores por lo que se nos enseñaba a luchar cuando nuestro corazón era aún incorruptible.

Verle allí, con su aspecto extraño; típico de todos aquellos que no encajan en la era en la que han aterrizado por azar y a quien muchos han criticado y humillado llamándole loco o mirándole por debajo del hombro; fue realmente emocionante.

Milei nos ha dado anoche a todos un momento de gloria, llegando entre granaderos a caballo y banderas argentinas flameando a un Congreso que por primera vez en muchos años se veía honorable e iluminado, para inaugurar una de esas noches en las que vuelves a creer en lo imposible; en que aquello con lo que sólo sueñan algunos locos, pueda por fin hacerse realidad.

Su corazón noble, su carácter indomable, sus recurrentes enfados, sus tweets iracundos, sus abrazos eternos, su valentía, su indisimulable autenticidad y esa cercanía con la gente, le han convertido en un ser adorable.

Le quieren ahora no sólo aquellos que le votaron, sino un mundo que mira hacia el sur y toma nota de los abusos groseros de la casta política y de los oportunos procedimientos de una buena motosierra.

Los resultados empiezan a verse tímidamente, aunque los desafíos sean enormes y la oposición sea inescrupulosa, mafiosa, inmensa e incansable;  luchando como un animal herido por preservar sus corrupciones y su adicción insalubre al enriquecimiento ilícito.

Mientras el león ruge despertando a los vecinos, muchos más empiezan a mirar alrededor y a ver todas esas corrupciones en sus propios ámbitos y países, tan arraigadas ya, que hasta han dejado de parecernos corruptas.

Uno se acostumbra al abuso con tanta facilidad que aprende a dejar de verlo, a darlo por sentado y a aceptar que la única opción es aguantar y callar, para no molestar con reclamos, ni desentonar con el rebaño.

Pero el rugido de un león que no habla bonito, ni intenta quedar bien, retumba y despierta nuestros corazones.

No habla bajito ni tranquilo, como lo hacen los opresores a los que nos hemos acostumbrado;  con sus clases de corrección política y su dialéctica oportuna e inconsistente, su deformación del lenguaje, su preposiciones inclusivas, sus ostentaciones verbales en justicia social y sus lucrativas eco políticas humanitarias; todos los recursos que utiliza el político hipócrita para engañarte, robarte y de paso, hacerte sentir culpable.

El peligro de Milei no apunta únicamente a la oposición  Argentina, sino a todo el mecanismo socialista que ha infectado a Latinoamérica, a Europa y a los Estados Unidos.

Tiemblan las castas del mundo, mientras los corazones de los corderos resuenan con palabras extrañas y olvidadas como «libertad» y muchas otras amputadas, como «Democracia».

Rugen los leones desde el sur y en el norte retumban los ecos de aquellos que por fin han despertado.

JR

«Un Quijote en Davos»

Milei, el presidente argentino, llegó a Davos en un vuelo comercial; mientras los ecologistas aparcaban sus aviones privados y aterrizaban con comitivas de decenas de personas para disfrutar de unos días de relajo en mansiones alquiladas en Suiza, cuyo precio llegó a rozar el millón de euros, en el caso del presidente Petro, quien alquiló una propiedad por 4 noches a ese precio, con el dinero del pueblo colombiano.

Lo curioso de toda esta obsesión socialista por la ecología es la pantalla de humo que genera, para ocultar el despilfarro de los recursos del ciudadano, al que estos gobiernos socialistas exprimen a impuestos y culpabilizan sistemáticamente de cualquier problema ambiental.

Mientras la huella de carbono de la fiesta de Davos aceleró el calentamiento global 4 años, estos impresentables se dan el gusto de darnos discursos alarmistas sobre la sostenibilidad del planeta y nos vaticinan años de recortes y de sacrificios, de los que por supuesto, ellos quedan siempre al margen.

Gracias a Dios, apareció Milei en escena para quitarles la máscara a todos estos políticos acostumbrados a vivir del cuento verde y de los impuestos de todos los trabajadores, que somos quienes sostenemos las vidas de lujo que se dan estos socialistas tan preocupados por el medioambiente.

Afortunadamente la gente ya empieza a despertar del cuento socialista en el mundo entero y el alarmismo verde y la cultura Woke empiezan a desvanecerse poco a poco en las urnas europeas, a pesar de las oleadas de inmigrantes que los líderes socialistas insertan en Europa en complot con las organizaciones ONG, para recuperar votantes de izquierda.

Las fronteras abiertas en los Estados Unidos y en Europa no tienen otro fin que el de conseguir votantes que compensen a los ciudadanos que han despertado por fin del engaño socialista, al ver su vida económica menguada, la inseguridad jurídica creciente y el peligro del vandalismo y la violencia fulminante en toda América y Europa.

El caos que traen las políticas socialistas se perciben en poco tiempo. Y la soñadora Europa, ya sufre actualmente los resultados de estas políticas buenistas, verdes, igualitarias, integradoras y tolerantes en todo su esplendor: déficit fiscal, subida de impuestos, bajada de pensiones, sistemas sanitarios colapsados, sistemas educativos en crisis, delincuencia y okupacion de viviendas descontroladas.

El socialismo va dejando su particular huella de carbono visible en el mundo entero y algunos quijotes se atreven a levantar la voz para denunciar los molinos de viento que estos delincuentes pretenden vendernos un año más, desde su festín socialista en Suiza.

JR

«Traición Justificada»

Queridos amigos,

Cuesta mucho confesarse y debo pediros a todos que por favor no divulgueis lo que voy a comentaros, porque considero que es algo sumamente íntimo y la traición no es algo de lo que uno deba sentirse orgulloso.

A pesar de haber sido criado en los valores de la tolerancia y en el hábito de poner siempre la otra mejilla frente a los abusos y frente al mal; creo que ha llegado el momento de reaccionar y de decir basta.

He conocido a un hombre alto, rubio y de ojos azules, que promete terminar con la inflación, con el despropósito de las fronteras abiertas, con la inseguridad y la violencia en las ciudades y promete además, proteger nuestra constitución, nuestros valores, nuestra policía y nuestro ejército.

Después de muchos años de confiar en los promocionados valores de la «equidad» por sobre todas las cosas y de sentirme absolutamente defraudado después por todos aquellos que consiguen lo mismo que yo, pero sin ningún esfuerzo; he tocado fondo y he decido cambiar mi perspectiva.

He conocido a un hombre que da discursos sin telepronter, que dice la verdad aunque pueda sonar antipática; un hombre que desconfía de los políticos y desea bajar el gasto público para cuidar mis intereses, un hombre que habla sin rodeos, sin tropezar, ni rodar por las escaleras.

Después de tantos años de creer en el discurso de aquellos que se llaman a si mismos «buenos y piadosos» he comprobado cómo mienten esos que llevan décadas diciendo proteger al pueblo, mientras se enriquecen a si mismos a costa de todos.

Llevo años asustado por el cambio climático, mientras esos mismos que nos asustan con el calor y con la subida de los mares, no paran de comprar propiedades sobre la playa.

He estado viviendo en la incongruencia absoluta desde hace años, intentando apagar el corticuito que me provoca el choque entre los discursos, la  realidad y las acciones que les acompañan, y he decido por fin, dar un paso al frente, hiera a quien hiera y ofenda a quien ofenda.

Muchos llamarán traición a mi despertar, otros lo llamarán pecado, o me llamarán hereje de ultraderecha, pero hoy ya nada me ofende más de lo que me han ofendido y traicionado aquellos políticos en los que había confiado.

Es por eso que hoy he juntado valor para escribir esta carta y confesaros a todos, que este año y con muchísimo orgullo, me pondré una gorra roja y votaré por Donald J. Trump.

JR

(carta anónima encontrada en mi buzón)

«Creer en lo Imposible para Navidad»

De todos los deseos y las nuevas resoluciones para el año nuevo, me he quedado sólo con una y es la de «creer en lo imposible» para Navidad.

Nuestro tiempo nos ha demostrado que éste es el recurso de adaptación, que necesitamos para entender y sobrevivir a todo lo que nos pasa.

Era imposible pensar que el país más rico del mundo en 1930 ocupase hoy un lugar en el top 10 de los países más miserables del mundo y era aún más imposible, pensar que un futbolista roquero, se convertiría en el brillante economista y presidente argentino que le cambiaría ese destino.

Era imposible imaginar que un ingeniero se convirtiese en el hombre más visionario de este planeta, activista político y patriota; pero pese a cualquier pronóstico, Elon nos ha demostrado, que nadie en planeta tierra sabe soñar como él.

Era imposible creer que una niña de cuarto de primaria fuese la activista más polémica y mejor pagada de la historia, pero Greta nos ha enseñado que no hay límite de edad para facturar a lo grande y para engañar al mundo entero con la culpabilidad del ser humano en el cambio climático.

Era imposible pensar que la tierra de Pelayo pudiese algún día convertirse en la sumisa y culposa tierra que es España hoy, que acoge, incita, motiva y soporta los abusos de hostiles extranjeros, que vienen a recuperar aquello que creen que les pertenece.

Era imposible también, imaginar que una rubia de 1,60 de altura fuese la encargada de poner orden en Italia y de enfrentrarse a las camorras y a las mafias migratorias con la entereza de un gigante.

También era imposible soñar con que un rubio de origen irlandés, dejase a un lado su vida de lujos, hoteles y campos de golf para dedicarse a «volver a hacer a América grande» y luchar contra todos los poderes marxistas que rigen hoy los Estados Unidos y organizan el destino del mundo.

Era imposible pensar también, que los graduados de las universidades más prestigiosas del mundo fuesen hoy una manada de pro terroristas y defendiesen con tanto esmero y vehemencia la destrucción de todos los principios y valores de la civilización occidental, esa misma que los ha educado en libertad y les tolera la ignorancia de enfundarse en banderas palestinas.

No hay duda de que el mundo se ha vuelto impredecible y aquello que necesitamos es la habilidad para verlo venir y sobre todo para resistirlo; una capacidad de adaptación que logre que el pronóstico más insólito e inesperado, no nos haga morir en el cortocircuito.

Yo este año había limpiado la piscina y tenía listo el bañador para celebrar mi navidad en Europa, muy atento a las amenazas de Greta y de Bill Gates sobre el calentamiento global; imaginé que por fin disfrutaria de una Navidad estival; pero sorpresivamente aquí no dan a basto los radiadores para abrigarnos de tanto frío.

Por eso considero fundamental pedir este deseo en Navidad y sobrevivir con salud y estoicismo a este viaje a lo inesperado.

JR

«Almas de Luz»

Detrás de una apariencia poco política, detrás de un pelo despeinado, del look de rockero y de un discurso económico y técnico, se esconde un alma llena de luz.

El candidato elegido a presidente en la República Argentina no es un político de carrera, de esos a los que estamos desgraciadamente tan acostumbrados, esos que no han hecho otra cosa que ir calentando sillas en distintas instituciones públicas y trepando como ratas para conseguir puestos a base de enchufes y de acomodos. Puestos para los que sin duda, no están ni formados ni capacitados.

El señor Milei es ante todo un profesional de la Economía que lleva décadas dando clases y conferencias por todo el mundo, un ser que no necesitaría complicarse la vida intentando salvar al pueblo argentino y sin embargo está ahí, aguantando a las mafias políticas y a la prensa marxista dedicada a destruirle a cada paso.

Le esperan años duros de mafias, paros, amenazas y piquetes. Pero allí está, esperanzado, siempre trabajando, siempre inclusivo, agradecido, accesible, sincero y disponible.

¡Cuánta alegría por Argentina y cuántas ganas de tener un Milei en cada territorio!

Mientras a algunos nos tocan dictadores capaces de vender a su madre por el poder o señoritos educados en la oposición, más preocupados por quedar bien que por defender la Constitución y las instituciones de sus países, ellos tienen a Milei.

¡Quién pudiera tener un candidato valiente, aguerrido, profesional, inteligente, cercano al pueblo y a la vez con ese toque de dulzura que irradia y que lo ha hecho un ser amado por los argentinos, que le han dado más de 14 millones de votos.

Milei es un alma de luz, esas a las que invocan todas las personas religiosas en sus misas, en sus templos y en sus ritos desde los principios de la humanidad.

El hombre pide ayuda, guía, líderes, salvadores y Mesías, a los que cuando tienen en frente, la gran mayoría es incapaz de reconocer. Esta vez la Argentina lo vió y lo vió a tiempo.

Mientras la mitad del mundo le critica, la otra mitad lo desea. ¿Quién pudiera tener dos cosas inigualables que tienen hoy los argentinos? Un Messi y un Milei.

Mientras la izquierda, la prensa marxista y las derechas cobardes y acomplejadas se llenan la boca de críticas, mentiras, bulos, envidia y malas predicciones, este ser lleno de luz brilla desde el sur, con su mirada valiente, su ropa sencilla, con un proyecto firme, con la palabra clara, justa y sincera; y la esperanza para un país al que la izquierda ha dejado en ruinas.

JR

«Socios de Irán»

Ya me ha llegado el vídeo sentimental lanzado por el partido Demócrata americano, en el que Biden lee un texto escrito por profesionales de la poesía, en apoyo al pueblo israelí.

El vídeo es bonito, como lo son siempre todos los discursos de las izquierdas, llenos de emoción y de buenas intenciones; pero de las cuales, lo más recomendable es no creerse nunca nada.

Lo primero que debemos observar es que el armamento nuclear de Irán nunca se detuvo, ni los miembros de las naciones unidas, (esos empleados públicos tan bien pagos), que se hacen los que trabajan con un coste altísimo en impuestos para el ciudadano y que no hacen más que derrochar privilegios y gastar gasolina en viajes, traslados y seguridad privada, sin rendimiento alguno; no tienen nada hecho. Pura farsa.

El otro hecho reciente, que nos pronosticaba a voces el inminente ataque a Israel por parte del eje del mal, fueron los miles de millones de dólares que acaba de girar Biden a Irán hace 10 días para la liberación de prisioneros.

El vídeo sentimental empieza a cobrar sentido, cuando sirve de lavamanos para todos aquellos que desean limpiar su conciencia, o anestesiar la conciencia del ciudadano americano, que sin darse cuenta, acaba de financiar con sus impuestos el ataque de Hamás a Israel y para que vuelva a votar al partido Demócrata en las próximas elecciones, por ser gente tan «sensible».

“Nosotros apoyamos a Israel, aunque estemos financiando el ataque a Israel con tus impuestos y no regulando a favor del desarmamento nuclear de Irán con los organismos internacionales, diseñados únicamente con el fin de la seguridad mundial, también mantenido con tus impuestos».

Si a los Demócratas les funciona el vídeo sentimental para enmascarar las consecuencias de sus políticas pro Irán, pues muy bien, pero todos sabemos que desde que Biden entró en la Casa Blanca, todo son guerras y desastres militares; empezando con la huida de Afganistán, dejando allí equipamiento militar y armas de un valor incalculable, siguiendo con la guerra de Ucrania, en donde casualmente el partido demócrata lleva negocios interesantes e inescrupulosos desde hace años y siguiendo con la guerra en Medioriente desatada en los últimos días y que muy pronto continuará en Europa y en USA en forma de ataque terrorista, como bien ha anunciado Irán en las últimas horas.

Al final, el hombre naranja, como lo llaman despectivamente a Trump, no resultó ser ni tan naranja, ni tan malo.

Con él, el mundo dormía en paz, menos aquellos políticos acostumbrados a vivir del cuento y demás enemigos de la Democracia, el resto vivía tranquilo, el dólar del ciudadano se gastaba con cautela, las fronteras estaban vigiladas, los enemigos estaban bien amenazados y la economía crecía debido a la instantánea mejora que genera siempre la bajada de impuestos por la reducción del gasto público.

Sin tanto discurso sentimental ni lacrimógeno, el hombre naranja abría su bocaza a los gritos y el Islam temblaba, los chinos se meaban encima y el corano le invitaba a jugar al golf. Había mucho jaleo mediático, pero guerras, ninguna.

La preocupación primordial del partido demócrata hoy es el peligro del » White Supremacy» o los «padres terroristas» que no desean que sus hijos sean adiestrados en marxismo, pornografía infantil o movimientos pro palestinos en el kindergarten. Esos son los peligros para el partido demócrata que con una mano tira abajo la estatua de Colón todos los 12 de Octubre y con la otra le gira a Irán miles de millones de dólares para financiar su armamento nuclear.

Mientras tanto la lucha en el congreso y en las naciones unidas consiste en que aquel condenado por terrorismo o golpismo, tenga los mismos o mas derechos que el ciudadano de bien.

Así estamos, con Irán dentro de casa, con Irán en la clase, con Irán en el congreso, con banderas de Irán en los balcones, con manifestaciones pro Irán en las universidades, con Irán cagando y durmiendo entre nosotros hasta el día en que explotemos todos por los aires, y si, merecido por imbéciles y buenistas.

Mientras tanto, a disfrutar de los vídeos de Biden, que es adorable hasta cuando come helado. Una monada de presidente, blanco, alto, rubio, delgado, de ojos azules, elegante, educado; de esos con los que uno, explota tranquilo.

JR

«El Pacifista desde el Sofá»

Nada me resulta más violento que un pacifista dando consejos desde su casa amurallada y con seguridad 24 horas.

Es muy fácil criticar cualquier defensa, hacerse el bueno y el tolerante con la violencia que sufre otro, habitando en paz.

La superioridad moral de la que hace alarde el pacifista desde el sofá tiene más de hipocresía que de paz, mezclado con un alarmante desconocimiento de historia, de política y de cultura en general.

Cuando uno no comprende nada sobre un tema, lo mejor es hacerse el bueno, es una postura cómoda, positivista, educada y socialmente respetada, en donde no hace falta justificación ni data. La paz porque si y punto. Porque soy bueno.

La cultura occidental se basa especialmente en ese deseo de ser aceptado y respetado por ser sensible y considerado. Incluso en la guerra, luchar contra un occidental compensa mucho más que caer en manos del estado islámico, en donde después de quemarte vivo de a trozos, te irán cortando en pedacitos como marca el libro sagrado del Corán ( un manual en donde se especifican las torturas y violaciones correspondientes en cada toma de infieles, con un detalle que limita cualquier iniciativa original, torturas, vejaciones, mutilaciones ordenadas y continuadas, detalladas con crudeza y sin piedad y todo mandado por el amoroso Alà)

El Pacifista es generalmente un ser ignorante, que no ha estudiado sobre los temas sobre los que opina y se limita a repetir frases sueltas que ha ido recogiendo de panfletos, Facebook y tik tok, esas frases bonitas con las que deja a todos admirando su bondad y haciéndoles creer que además sabe algo.

El problema con Irán no es el derecho al arma nuclear sino el Islam, porque cuando tu religión y tus líderes actuales dicen en cada uno de sus discursos que su objetivo es el extreminio de Israel, sin que se les mueva un pelo de pudor, y cuando tu religión fundada por un terrorista como fue Mahoma, se basa en la matanza de infieles, entonces la tenencia de un arma nuclear en determinados colectivos, se vuelve mucho más peligrosa que en otros.

La posesión de un arma nuclear te garantiza la paz en cuanto que tu adversario tenga tu misma mentalidad. Yo tengo la mía y tú tienes la tuya, ninguno quiere usarla, por lo tanto nos garantizamos la tolerancia y la paz.

Pero este no es el caso con Irán. Y quién conozca el mundo islámico lo sabe bien. Los pacifistas ignorantes por supuesto, lo desconocen.

Pero el peor de los problemas de los estados islámicos es el terrorismo islámico, porque los ataques suicidas son muy difíciles de controlar y con eso no hay negociación posible. Dispones de dos opciones o les líquidas o dejas de darles lo que necesitan para perpetuarlos y matarte. Son ellos o tú .No hay cabida para el pacifismo en estos casos.

Cuando en algunos siglos nuevas civilaciones se pregunten cómo fue que no vimos venir la destrucción de nuestra civilización, tendremos que responder que éramos veganos, teníamos la ONU, éramos tolerantes, bien pensados, estábamos muy preocupados por el cambio climático, por los colectivos lgtbiy + y preocupados por destruir estatuas del 1492, por abolir la policía y el ejército, por condenar la tenencia de armas legales y demás estupideces a las que este «pacifismo» de ignorantes nos ha condenado.

JR

«La Demonización de La Valentía»

Uno no suele repetir el título de un artículo que ya ha utilizado, pero cuando las cosas se parecen tanto, es necesario hacerlo.

Javier Milei, el candidato a presidente argentino, al que muchos catalogan de extremista y de loco, representa a una población de gente harta de la corrupción de los gobiernos en Argentina.

Este movimiento comenzó a crecer en redes sociales, con nula financiación y entre los sectores más dispares de la sociedad.

Le votan pobres y ricos, viejos y jóvenes, cultos e ignorantes; porque todos comparten la misma impotencia e indignación contra el sistema corrupto de la casta del Estado.

Muchos hablan de él con temor, alegando que está loco y yo creo que realmente lo está, porque nadie en su sano juicio es capaz de tal acto de valentía.

Sólo un loco es capaz de enfrentarse al narco estado mafioso en el que se ha convertido hoy la Argentina.

Otro síntoma de locura es el de jugarse la vida por un pueblo tan desagradecido y pretencioso como es el pueblo argentino, que se caracteriza por morder siempre la mano de quién está dispuesto a ayudarle.

El pueblo argentino, una gente adiestrada en fútbol y asado, que vive recordando glorias pasadas, mientras se deja robar callado para no parecer maleducado, ha perdido no sólo los valores, la valentía y la esperanza, sino también un futuro.

A veces ser tan indiferente y mirar siempre para otro lado tiene consecuencias, y hoy están a la vista.

No se trata solamente de no mover un dedo; sino de morder el dedo de aquel que se atreva a moverlo y a patear el tablero para «vos».

El argentino es alguien que está convencido de que siempre se merece algo mejor que aquello que tiene disponible. Y que nada de lo malo que le sucede se lo merece, ni se lo ha buscado él.

Otra característica típica es la de buscar y preservar siempre la conveniencia personal, ese lugar cómodo y calentito al que uno está acostumbrado y le beneficia, pero que trae luego la incomodidad de terminar viviendo en un país arruinado.

Las oleadas de argentinos que emigran a otros países se ha incrementado al 500 por ciento en el último año. Y los pocos jóvenes que aún están allí, creen en Milei, como la última esperanza para lograr salir de la destrucción sistemática de un país en todos sus aspectos; moral, económico, legal, cívico y creativo.

Los medios de comunicación, en su gran mayoría corruptos y comprados por el gobierno marxista, atacan a Milei el día entero y por cualquier punto o coma que encuentren en cualquiera de sus discursos e intervenciones.

No hay otra ocupación para la prensa argentina, que seguir destruyendo en un país en ruinas; motivando el miedo constante hacia un candidato dispuesto a luchar por ellos y por un país en el que sólo él cree.

¿De qué vivirán estos pseudoperiodistas patéticos que no saben de nada, ni de Economía ni de Historia, si al país le va bien? Ellos viven de las desgracias, del chismorreo y del fútbol. Esas son sus fuentes de ingreso.

No saben preguntar más que por cosas de la chusma y son incapaces de seguir una conversación de Economía o de Historia, sin que se les vea la mirada perdida, propia del estudiante que no ha abierto el libro, ni ha hecho los deberes y esperando volver a retomar el tema de la frivolidad en la que estos «periodistas» se mueven y donde se sienten bien cómodos.

Hablemos del perro, del gato, de la hermana, de lo que dijo el que dijo y demás estupideces en las que ellos se gradúan, en distracción de la información; hablemos del mundial y de porqué gira la pelota; porque es lo único que saben y se les da bien.

Es mucho más cómodo hacer caer a Milei y que sigan los mismos comunistas de siempre, que atreverse a un cambio, que podría ser incómodo, peligroso o incluso salir bien.

Cuando me cuentan aquella historia del hombre perdido en una isla que le reprocha a Dios su abandono y éste le comenta todas las veces en que le envió formas de rescate, sin que él reaccionara; no puedo más que pensar en la Argentina. («primero te envié una balsa, después un bote y luego un helicóptero, pero no agarraste ninguno»).

Porque para que te ayuden, primero hay que dejarse ayudar.

JR

«La Destreza en la Alternancia»

¿Nombrar o no nombrar? Me preguntó un amigo con respecto a la filosofía de Wittgenstein hace unos días. Y la verdad es que me dejó pensando.

Hace unos años te hubiera dicho «nombrar» sin dudarlo un segundo; porque el nombrar nos ha hecho hombres, inteligentes y juiciosos, los reyes de este planeta por sobre todas las bestias y por sobre todos los elementos.

Pero hoy sin embargo, el no nombrar me seduce mucho más, esa capacidad de poder andar sin pensamiento como nos cantaba el tango, el don de dejar aflorar el instinto que evoca una relajación natural; ese descanso de la actividad de pensar tanto y de pensar siempre.

Recuerdo en las clases de meditación aquel momento insoportable, en el que se nos inducía a dejar pasar los pensamientos sin nombrarlos y sin traerlos a la conciencia.

¡Qué difícil y contradictorio me resultaba pensar en dejar de pensar!

Tuve que dejar esas clases porque el estrés de meditar me hacía el efecto contrario.

Aquel “no nombrar» me llegaba, pero sin llamarlo. Ahí cuando la felicidad me pillaba distraído, con amigos o en pijama. Esos momentos en que no hacía falta nombrar nada.

¿Ser o no ser? Nos preguntaba Hamlet, y yo creo que un poco de los dos. Ser y no ser.

Ser a veces y no ser otras.

Estar y no estar, inhalar y exhalar; disfrutar de esa natural alternancia entre una cosa y la otra que nos marca nuestra propia naturaleza.

Ser humano es pensar y aspirar a ser un hombre inteligente, pero ser un ser superior, eso es definitivamente otra cosa.

Será quizás obtener la destreza para moverte entre dos mundos; el mundo del ser y el de no ser. Ser un poco y no ser otro tanto, tomar y soltar, estar y desaparecer, pensar y aprender también a andar sin pensamiento.

Para la gente como yo, nombrar es inevitable y diría que la aptitud roza muchas veces la enfermedad o la locura; pero cuando se me presenta la ocasión de desaparecer y de volver al instinto; de tomarme una cerveza con un amigo, reírme a carcajadas, trabajar en el jardín, cocinar para mis hijos o cantar a plena vocce, me doy cuenta de que en esta vida, «nombrar» me ha dado mucho, pero el «no nombrar» es lo que me ha salvado la vida.

JR

«La Religión Pública»

Muchas son las religiones que nos han acompañado a lo largo de los siglos, aportando consuelo y esperanza en las horas más turbias de nuestra vida y también compañía y sentido en los momentos buenos.

Está comprobado que hasta los más ateos creen en algo en el momento en el que el avión cae en picado, sea amor, luz eterna, cosmos o Dios, todos se encomiendan a algo a la hora del peligro.

Ya nos decía Porchia que «lo malo de no creer, es creer un poco» y alguien desconfiado como yo, ya no le cree la valentía ni a los ateos; porque a la hora de la verdad, nadie tiene huevos.

Sin embargo, hoy emerge una nueva religión entre estas juventudes adoctrinadas a base de ecología y de comunismo light (disfrazado de justicia social), a la que muchos llaman la «religión climática».

Adoctrinados en el terror desde los 3 años, los niños que viven los retos de la diversidad y de la inclusión son también advertidos de Lunes a Viernes en horario escolar, de que el mundo tiene los días contados, de que el planeta se extingue y de que la culpa la tienen sus padres y sus abuelos; esos que tenían dos pantalones y cuatro camisetas en el armario, heredaban los juguetes viejos de los primos mayores, viajaban una vez al año y cabían 10 en un coche de 4 plazas. Esos infelices fueron los contaminadores del planeta.

Ellos sin embargo, los energúmenos y víctimas del siglo XXI no tienen nada que ver, por supuesto.

Ellos que cambian de iPhone cada 6 meses, que consumen baterías y electricidad 24/7, que cambian de atuendo según la colección de temporada y a quienes todo les cae mal y les da alergia, que consumen medicamentos como si fuesen caramelos, que sólo comen  «vegan», sushi, fusión, ecofresco y caro y por supuesto, todo etiquetado con los componentes minerales y nutricionales certificados por el FBI.

Ellos son las víctimas oprimidas del consumismo desmesurado de sus abuelos. Y si los abuelos son blancos, aún peor, porque ser blanco duplica al cuadrado cualquier culpa.

El pequeño energúmeno llega a casa sin mirarte a la cara, enfocado únicamente en su móvil, enganchado a tik tok, a los influencers patrocinados por el gobierno y a los videojuegos.

Vuelve odiando a todo el mundo mayor de 30 años después de un día intenso de adoctrinamiento escolar; que comenzó con una charla sobre el sufrimiento trans, siguió con una disertación magistral sobre las desgracias del capitalismo, continuando con otra ponencia sobre las consecuencias nefastas del colonialismo español y del imperialismo americano en la psicología indígena, para cerrar la tarde con una exposición sobre todas las formas de detectar el racismo, la opresión, la homofobia, la transfobia, el machismo o cualquier rastro oculto de pensamiento de derechas dentro del ámbito familiar.

Durante el recreo y para animar un poco más los ánimos, se organizó un parade de travestis y cultura game/porno patrocinada por la empresa farmacéutica de la píldora del día después, que además, regaló muestras gratis a todos los alumnos.

De Matemáticas y Literatura ni hablar; porque ya no hacen falta cosas viejas para un mundo nuevo según dicen los gurús y los expertos.

Y si lo dice el experto es Amén y buenas noches. Nada de poner en duda las barbaridades que te dictaminan los expertos sobornados por el gobierno.

¿Pensar? ¿Y eso qué era? Ah…otra forma de contaminación que ejercían los abuelos.

Hoy no hace falta pensar, tenemos un gobierno altamente protector, influencers, móviles y a Alexa. ¿Qué más puede necesitar un adoctrinado? 

Y si a eso le sumas un concierto en el Wizzink de Roger Waters, pregonando las maravillas del comunismo y reeditando aquel «we dont need more education, we dont need no thought control» de los 70′  a ritmo chino y con letra de Xi Jinping, estamos completos. Adoctrinamiento a todo ritmo y con nueva versión 3D anti capitalista siglo XXI de Pink Floyd.

Hoy con tener a mano la inteligencia artificial que nos promueve Bill Gates, bastará con un pequeño dispositivo para obtener todas las respuestas y las soluciones que necesites a cada paso. Por supuesto, «sus» respuestas y «sus»soluciones, las del mismo algoritmo que está adoctrinándote en la escuela pública, en los carteles del metro, en el cine, en el telediario y en la sala de conciertos.

La unidad para el dominio es absolutamente pasmante.

El energúmeno a base de baterías y datos móviles sólo sale de la habitación para recriminarte algo, porque no olvidemos que las víctimas nunca son responsables de nada y encima ahora están empoderadas, protegidas, subsidiadas y deprimidas.

«El mundo se extingue» «El planeta que nos dejan» «Este calor no es normal» » Este viento es raro» «llueve mucho» » Nevó poco» » Las tormentas de nieve están descontroladas» » Hace frío» «Hace calor»

Como si uno no hubiera aguantado inviernos horribles y veranos espantosos. Quizás no medíamos tanto, no llorábamos tanto, no mirábamos tanta tele y trabajamos más. En fin, otro mundo. 

Yo no sé si viene un calentamiento o un enfriamiento global  y sinceramente viendo la humanidad que se nos viene, la extinción vendrá seguramente por otro lado, no creo que sea el clima quien se encargue de la ruina de esta civilización de tarados que estamos cultivando y adoctrinando en la estupidez  con nuestros impuestos y nuestro consentimiento.

Pero mientras haya enchufes y wiffi seguirán dando por saco hasta el cortocircuito.

Y cuando llegue el apagón y no tengan acceso a la inteligencia artificial, quizás algún abuelo tire una idea.

JR