
Ya todos conocemos aquel consejo de Maquiavelo en «El príncipe», aquella obra maestra en donde el autor hacía una crítica abierta hacia la clase dirigente de la época.
El «divide y reinarás» es hoy tan actual como cotidiano para las izquierdas del mundo; que encuentran en el enfrentamiento no sólo un eslogan de campaña, sino una escalera hacia el poder.
Nos han acostumbrado a que el enemigo es el otro y lo han intensificado hace poco con la pandemia; en donde el temor al contagio volvía a colocar al otro como al potencial enemigo.
La intención es en realidad desviar la atención. Cuando el enemigo es el otro, el supuesto amigo puede seguir engañándote y hacerte creer que la culpa de todos tus males están siempre muy lejos de ti.
Pero afortunadamente la gente ciega puede recuperar la visión luego de años de engaños. Uno puede engañar; pero no puede engañar por siempre.
Y este es el punto en donde estamos hoy políticamente situados.
La gente está harta de las excusas, de los culpables, de los virus, de la obsesión con la ecología y de las amenazas de destrucción que nos vaticinan las izquierdas del mundo.
Y está cansada sobre todo de conflictos antiguos, que lo único que hacen es disimular la ineptitud de los gobernantes para encontrar soluciones nuevas a los problemas de siempre.
Para desviar la atención se desvían las respuestas, si preguntas por la inflación te contestan con palabras como Putin, racismo, discriminación o ultra derecha. Ya nadie contesta lo que se pregunta porque la respuesta es tan sencilla y evidente, como evitada.
Un mal gobierno triplica el gasto público, roba, sube impuestos,crea ministerios, emite divisas, devalúa la moneda, disminuye los incentivos de contratación, genera desempleo, sigue subiendo el gasto público a base de su subsidios y sigue emitiendo, devaluando la moneda y provocando una tremenda inflación que a la vez genera una tremenda recesión.
Pero el mentiroso sigue con su desvío y te habla de Putin, de China, de Ucrania, de Trump, de la guerra civil española, de discriminación, de imperialismo, de violencia de género, de aborto, de pandemia y vuelve a insistir con el peligro de la ultra derecha.
Lo importante para la izquierda es ante todo evitar la verdad, buscar un culpable, inventarse un enemigo y tirar los balones fuera.
«Divide y reinarás» aconsejaba irónicamente Maquiavelo a sus príncipes. Y yo le agrego «distrae y reinarás»; pero cuidado, porque al final, al único al que no se engaña es al estómago.
Porque el hambre siempre te descubre, por muy príncipe que te creas.
Y como repetía la frase que caracterizó la campaña de Bill Clinton y que hoy parece haber olvidado el partido demócrata americano «It s all about the economy, stupid»
Porque lo único que le importa al ciudadano es la economía; progresar, dar un futuro mejor a a sus hijos y vivir decentemente.
Todos tus enemigos, tus guerras, tu amenazas sobre la ultraderecha, tus peligros de discriminacion, tus nuevos géneros y pronombres, tus pandemias, tus vacunas, tu Green deal y tus nuevos órdenes mundiales, nos tienen sin cuidado.
JR