Mi hijo llegó a casa con los deberes y me comentó: _»Hoy nos toca estudiar los derechos del niño»
«¿ Y las obligaciones del niño?»- pregunte ante su mirada de desaprobación.
«Nooooo, eso no me lo han mandado»- me contestó.
«Entonces tus deberes están incompletos, ya que aprenderás sólo una parte del tema, porque no existen derechos sin obligaciones y enseñar la mitad de una ecuación es igual que educar a un tuerto; un ser que aprenderá a ver las cosas disociadas y a apreciar sólo una parte del entero.»
Lo más interesante de un derecho es que indefectiblemente le impone obligaciones a otro. Es decir, para que tú tengas un derecho, alguien tiene que tener una obligación y si el otro no cumple con su obligación, tu derecho no existe.
Por eso los derechos del niño son el resultado de las obligaciones de los padres y en su ausencia, del estado.
Por lo cual, la interconexión entre los derechos y las obligaciones resulta fundamental, porque el cumplimiento de tus obligaciones son lo que crea el derecho de otra persona.
Tu derecho al paro, al subsidio, a la educación pública, a la sanidad, a la seguridad y a la protección se generan a partir de los impuestos que pagan los trabajadores de su salario y los empresarios de sus ganancias.
Esa carga impositiva que deja de percibir aquel que trabaja y genera, la percibe el enfermo, el estudiante, el pensionista, el parado y todo aquel que es subsidiado de alguna manera por el estado.
El dinero al que el trabajador o el empresario renuncia de forma obligada, es dinero que él no percibe ni disfruta y supone en realidad, horas de trabajo que no cobra, para cubrir los gastos del estado.
Todo trabajador que paga impuestos dona determinadas horas al mes de su trabajo para cubrir tus derechos y tus prestaciones.
Mi hijo me miraba desconcertado._» ¿Pero no es el estado quien paga todas las prestaciones? » me preguntó, sin comprender que un estado es tan sólo el encargado de administrar el fruto del trabajo de las personas.
El creía que el estado era el proveedor del dinero y educado en mirar con un solo ojo, había obviado totalmente al verdadero generador del capital administrado.
¿Y entonces, por qué todos odian a los que trabajan y a los empresarios?_ preguntó.
«Porque han sido educados como tuertos»
JR