«Los pueblos se han cansado de los santos con sus discursos buenistas, que ofrecen siempre la otra mejilla del pueblo y que apuestan por una tolerancia pagada con sus impuestos. En cambio, hoy buscan silenciosamente a un demonio valiente que les saque de su miseria.» JR
Se podrán decir muchas cosas de Trump, pero no podemos decir que no es valiente. Irreverente en sus formas sin duda y expuesto a la manipulación de los medios de comunicación, que le odian sin tapujos ni piedad, manipulando sus propuestas y sus decretos, método que utilizan para mostrarle su desaprobación; propagando mentiras, tergiversando la información, e impulsando la reacción de aquellos colectivos violentos, que sólo necesitan de un pequeño empujón para salir a la calle a destilar todo su resentimiento, al que contradictoriamente llaman amor, derecho, libertad, pacifismo o feminismo.
Impresiona que alguien mas parecido al Demonio que a Dios, haya llegado al poder en la Casa Blanca, con poco gasto en presupuestos de campaña y con el apoyo de una gran parte de la población, que a pesar del acoso mediático, no se ha dejado intimidar por los apocalípticos vaticinios que éstos realizaron sobre él, ni se han dejado amedrentar por las condenas morales de los artistas mas famosos de Hollywood.
Trump encontró que el puesto angelical en su país estaba ya ocupado por Obama y lejos de intentar competir contra el santo premio Nobel de la paz, buscó un equilibrio. Quedaba sólo una vacante y él no dudó en ocuparla para tomar el lugar del Demonio.
Ganó contra toda profecía y esto refleja que los pueblos hoy se han cansado de los santos con sus discursos buenistas, que ofrecen siempre la otra mejilla del pueblo y que apuestan por una tolerancia pagada con sus impuestos.
He intentado observar hace poco a los Estados Unidos con los ojos de un turista, (alguien sin ningún apego y sin ninguna conveniencia, mas que la de pasar allí unas confortables vacaciones), y he notado con espanto, cómo muchos latinos y mucha de la población afroamericana y musulmana avanza con derechos y a los gritos, mientras los americanos permanecen al costado, con sus buenas maneras y mirando respetuosos y callados.
Callados y educados como son, esclavos del método y del orden al que muchos critican, pero que les ha convertido en la primer potencia mundial, aunque a muchos ésto les provoque una envidia espantosa.
Ese pueblo americano, acorralado por las exigencias y los costes del inmigrante avasallador, exigió con su voto un poco de respeto a sus costumbres, a sus valores y también porque no, a su orden, a su método y a su silencio. Tuvieron una campaña económica, votaron en silencio, ganaron sin grandes aspavientos y trabajarán duro sin duda para hacerse oír.
Hay veces en que el abuso del santo es quien provoca la aparición del demonio, que es reclamado por el pueblo sometido para equilibrar un poco la balanza de la tolerancia.
Sabiéndome un turista también en el espacio religioso, no suelo temer mas a los demonios de lo que temo a los santos, quizás porque mi tiempo en este viaje me ha demostrado el daño que son capaces de hacer cualquiera de los dos.
Hay ángeles que con su piel de cordero resultan ser muy dañinos y demonios que a pesar de su tridente resultan ser muy valientes.
JR
He decidido hacer una pausa y esperar para ver como transcurre el gobierno de Donald Trump.
Siempre he valorado y mucho a los Estados Unidos pero yo no vivo ahi.
El tiempo dira
Los paises se relacionan por sus intereses comerciales, estrategicos y por sus recursos. En esta caso no hay santos ni demonios, solo hay intereses hasta el punto de llegar a las guerras para conseguirlos.
Esto es asi y asi seguira siendo para siempre.