«El Buenismo Único»

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¿Has notado últimamente que el odio sólo se autoriza si lo diriges hacia la dirección politicamente correcta?

Los llamados pacifistas hoy no condenan el odio en si mismo, sino que se ocupan de redirigirlo. La propuesta no es evitarlo o indagar en las raíces del sentimiento, sino simplemente odiar al que ellos te indiquen.

En estos tiempos buenistas el único enemigo permitido es el Sr Trump  y cualquier otro que tengas deberás  esconderlo con cuidado para que nadie pueda replicar que eres un racista, un clasista, o un patriota (adjetivos alarmantes y condenables en una época como ésta, en la que ser buenista es lo único permitido).

Todos sabemos que este buenismo tiene lugar principalmente en el ámbito de las redes sociales, o “pour la gallerie» como diría mi madre;  y qué mejor escaparate tenemos hoy para mostrarnos buenos  que el mundo digital.

Fuera de las redes, hay que ver cómo se transforma la gente y la desilusión que te provocan cuando comparas el perfil digital de una persona con su versión off line.

Uno se lleva más de una desilusión al ver el desprecio con el que los buenistas de internet tratan a sus empleados latinoamericanos, a la asistenta rumana, al mantero africano, a sus vecinos homosexuales, al taxista indio y hasta a sus propios hijos.

Tener enemigos, aunque sea censurado, resulta importante porque los enemigos son quienes mejor te definen como persona, sobre todo cuando el enemigo es auténtico. Y la ventaja del odio auténtico es no requiere de ningún esfuerzo ni de disimulo  y aunque estés distraído nunca te pillarán traicionándole.

Lo mejor de la autenticidad es que puedes relajarte y ser como eres, sin temer a que te vean despreciando a aquel al que hace un rato fingías amar incondicionalmente on line.

Hoy tener un millón de amigos y de seguidores en las redes sociales es para muchos un trabajo bien redituado, pero la aceptación popular exige seguir una línea de comportamiento establecido.

Importa y mucho, la cantidad de seguidores que tengas; y esta tendencia populista ha contagiado también al ámbito digital.

Para ser popularmente aceptado debes compartir los enemigos autorizados como los políticamente correctos, que son aquellos impulsados a ser odiados en masa y permitidos sin condena por la amplia mayoría.

Ya no se trata solamente de propiciar el pensamiento único, sino de movilizar a las masas hacia el repudio colectivo y continuamente dirigido hacia la misma persona.

Odios hay muchos y de todos los colores, pero el que se ha puesto de moda en Europa es un odio monoteísta, bautizado y santificado con el nombre de «Buenismo» y al que se considera tan santo, que hasta el Papa católico lo impulsa.

Hay enemigos permitidos y otros censurados; a uno ya no se le permite odiar a quien le dé la gana como antes y menos aún sin llevarte a casa los insultos de los buenos, de los pacifistas, de los naturistas y de las feministas, que curiosamente siempre coinciden en su actitud fanática y totalitaria.

Uno escoge a sus amigos muchas veces por circunstancia o por azar, pero sin embargo la elección de nuestros enemigos es mucho más meticulosa porque esa elección es la que delimita nuestros valores y pone en evidencia tambien nuestro nivel de valentía.

Una valentía que se descubre a si misma cuando te toca elegir entre el enemigo al que te conveniene odiar o el enemigo contra el que nadie se atreve.

JR

«Recién creeré que amas a quienes dices amar, cuando no te estés mostrando» JR

2 comentarios en “«El Buenismo Único»

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