«Tu escala de valores habla de ti, no es aquella que recitas, sino aquella en la que habitas» JR
Nietzsche denunciaba un poco antes de la Segunda Guerra Mundial, cómo los valores habían cambiado en una sociedad enferma de moralidad, que cayó de pronto, en una inmoralidad igual de profunda.
Para observar la transmutación de los valores yo me he inspirado en el escrito e y en la princesa de la prensa rosa.
Vargas Llosa es un escritor de fama mundial, conocido por sus libros y por su premio Nobel de Literatura, aunque su mente sea en realidad la de un político.
Un escritor que no ha dejado detrás de su obra, ningún indicio de haberse convertido en un mejor ser humano. Como si las letras no le hubieran cavado un alma, esa que aparece a menudo detrás de un don.
La astucia literaria de Vargas Llosa está basada en el relato de su propia vida, una vida de engaños, de traiciones y vanidad.
No es casual que este escritor camine hoy junto al emblema de la frivolidad española, la respetada señora Presley, una aceptada y reconocida trepadora del jet set, que representa el estandarte mas elevado de la sociedad del espectáculo. Un vacío existencial siempre a la moda, que transita las portadas al borde de la anorexia y el narcisismo patológico; una mujer que se ha negado a envejecer, con la misma tenacidad con la que se ha negado a madurar.
Y así va la pareja del momento; el escritor y la princesa, dos estandartes de la transmutación de los valores. Admirados y envidiados por aquellos que les observan como el nuevo ejemplo de moda, en dónde el valor no está puesto en hacer nacer un alma, sino en envejecer pareciendo joven y en morir sin haber nacido.
JR
«Un escritor capaz de cavar hondo y de crear su propia alma a través de la palabra, no necesita premios Nobel, porque vive dentro de aquel que le ha leído y que ha atesorado ese proceso, siendo testigo de un milagro» JR
( A Kafka)