Y así fue como el mago habló al dictador del pueblo:
«Si quieres mantener a un pueblo esclavo manténlo siempre en la pobreza y aíslalo de todo progreso. Te aconsejo llamar al progreso «malvado» para que tu pueblo le tema y sea él mismo quien le rechace. Nunca olvides que lo importante es provocar la desesperación que la pobreza genera y esa disponibilidad para cometer cualquier crimen que caracteriza el desesperado con tal de sobrevivir
Si deseas ser poderoso, mantén a tu pueblo lejos de la educación, de los libros, de los sabios. Deben mantenerse incapaces de entender a críticos, a pensadores o a filósofos. Todos ellos podrían ser un riesgo para tus fines, ya que contradicen en su mayoría tu propaganda sobre la libertad.
Búscales siempre un Dios y esto es indispensable ya que de lo contrario gastarás una fortuna en espionaje y se resentirá tu economía y también tu gobierno. Consigue un espía gratuito, alguien que lo controle todo sin coste. Dios es la persona idónea para ese trabajo. Necesitarás a alguien que controle, dicte las ordenes y sea inapelable. Alguien a quien no se pueda cuestionar ni pedir explicaciones, así podrás en su nombre llevar a cabo los planes mas perversos, incluso lograr que tu pueblo desee morir en su nombre, mientras tú te mantienes siendo un santo.
Comienza el adoctrinamiento religioso de los niños desde muy pequeños. La única educación fundamental para tu imperio es ésta. Adoctrinamiento religioso, temor de Dios y odio al enemigo.
Búscales un enemigo común , nada une mas a un pueblo que un odio conjunto. Esta táctica unirá todas tus divisiones internas y dispondrás de un ejército mas grande para seguir defendiendo tu reinado.
Debes mantenerlos siempre en estado de guerra porque aquellos pueblos a quienes sólo se les enseña a luchar, luchan siempre, pero cuidado, porque cuando el enemigo se va se matan entre ellos.
Usa a las mujeres y a los niños como escudo pero protege a tus hombresy para provocar la compasión de tu enemigo. Y cuando el enemigo no ceda, amenaza con abrir tus fronteras y envíales a sus países toda tu miseria. Házlos responsables de ella, que los reciban y los mantengan. Eso hundirá sus economías y provocará una división social que debilitará su fuerza. Y así, quebrándoles por dentro tú ganarás la batalla.
Usa a tu pueblo siempre como escudo, como anzuelo, como ejército o como desprestigio para tu enemigo. Y ocúpate de enviar a tu gente a sus universidades . Que aprendan todo aquello que tú enemigo enseña y estudia. Hazte tú también con los nuevos progresos y coloca a tu gente en las instituciones extranjeras para controlar al pueblo que tengas viviendo fuera de tus fronteras y para adiestrar al enemigo en el respeto a tu cultura. Ocúpate de que sea el propio enemigo quien te defienda y luche por tus derechos en el extranjero usando las libertades del enemigo para tu propia conquista.
Todo lo que has ahorrado en el progreso de tu pueblo inviértelo en armas, en lujos y en excentricidades. Dedícate a construir espejismos en el desierto. Pero mantén a tu pueblo siempre lejos de ellos. Házle creer al mundo que tu también generas progreso, aunque sólo lo disfrutéis tú y tus amigos.
Sé innovador y crea cosas que a tu enemigo le deslumbren. La vanidad y la codicia es una enfermedad común. Y aunque parezcáis muy distintos, muchos de ellos son iguales a ti.
Contrata a tu enemigo para construir las instalaciones mas impactantes y modernas que el mundo haya visto jamás, ya que tú no dispones de un pueblo capacitado para hacer nada creativo. Y no temas, ellos accederán sin problemas, todo el mundo tiene un precio y tú, que has ahorrado en el bienestar de tu pueblo durante siglos, posees el capital suficiente para comprarles a todos. Así verás como convirtiendo a tu enemigo en socio, le harás además tu cómplice.
Ahorra siempre en pueblo, mantenerlo en la pobreza, en la ignorancia y en la desesperación es tu arma, además de ser la garantía de su obediencia.
Pero tengo para ti una sola advertencia:
Jamás dejes que tu pueblo pruebe el sabor de la abundancia, en ella se encuentra un gran riesgo y ese riesgo es ver que detrás de las cosas materiales no hay nada valioso. Si se acercan a ella, poco a poco comprobarán que el progreso es sólo un trampolín hacia algo mas profundo.
Sin la abundancia que genera el progreso es imposible acceder a la verdadera espiritualidad. Por eso siempre debes mantener vigente su temor a Dios, sus supersticiones y su consecuente ceguera.
En la abundancia los hombres comenzarán a buscar mas allá, soñarán con nuevos ideales, intentarán conectar con otra gente y compartir con otras mentalidades. Buscarán la unión, el entendimiento y desearán el progreso para todos. Y así, poco a poco derrumbarán tu poder.
Comenzarán las preguntas y los planteos. Abrirán los ojos y cuestionarán incluso a su propio Dios. Y lo mas peligroso de todo, es que comenzarán a creer en el hombre; en su poder transformador, en su evolución, en su fuerza y en su multidimensionalidad.
Si tu pueblo prueba el sabor de la abundancia rebalsará de inquietudes, buscará respuestas y creará nuevas preguntas. Buscará soluciones a sus problemas, se hará responsable y cambiará su destino.
Cuando tu pueblo viva en la abundancia, no se conformará con eso y llegará a través de ella a la verdadera libertad; que es la de abandonar el rebaño para convertirse en seres humanos.
Y cuando descubra la verdadera libertad, estarás acabado.»
JR
«Tus temores dicen mas de ti que tus palabras»JR
Comparto tus reflexiones mantener a un pueblo sumiso,ignorante,y en la pobreza es una estrategia bien planificada para ejercer el dominio sobre las personas,sometiendolas a una vida miserable carente de todo sentido y humanidad.
Es por eso que he comenzado a publicar sobre este tema que es fundamental para el desarrollo de un país y por sobre todo las cosas mejorar la calidad de vida de la gente.