«La pobreza tiene que ver con las cosas y la riqueza también, pero las cosas que las llenan no son las mismas. Por eso es tan difícil saber, si en realidad eres rico o eres pobre» JR
El mundo actual nos ha llevado hacia un nuevo movimiento: el Minimalismo. Esta tendencia rescata unos principios ancestrales que recurren al despojo de todo lo innecesario como técnica purificadora.
Pero algo que parece ser tan sencillo, como es vivir con lo imprescindible, se vuelve complicado para alguien que no conoce aún la abundancia. La pobreza nunca tiene la aspiración a deshacerse de nada, sino que por el contrario su afán se encuentra aún, en poder acumular todo lo que pueda.
Contrariamente a lo que nos han enseñado, es en la pobreza en donde la mente se obsesiona más con las cosas. Y la intensidad de este apego es lo que define realmente nuestro nivel de pobreza.
Si quieres saber si eres rico o eres pobre, solo deberás descubrir en qué medida las cosas rigen tu vida. Si las cosas ocupan en tu vida un lugar secundario, entonces puedes considerarte un hombre rico. Si en cambio las cosas son quienes rigen y determinan tu vida, entonces puedes considerarte una persona pobre, por más que tu cuenta bancaria sea enorme.
La pobreza, en la conciencia de su escasez, escoge la opción mas natural que es la de alcanzar la abundancia. Ningún pobre desea el despojo, sino que por el contrario verá en las cosas un escalón hacia una felicidad soñada. En vez de ver el estorbo que identifica aquel, que habiendo ya alcanzado la abundancia ha comprobado la cualidad prescindible de las cosas materiales.
Pero para que la necesidad del despojo surja, hace falta primero alcanzar la abundancia de lo contrario, el verdadero Minimalismo nunca surgirá.
Cada proceso lleva un orden y la pobreza es sólo el principio del camino hacia la abundancia, y la abundancia es sólo el principio del camino hacia el despojo. ¿Cómo puede alguien deshacerse de aquello que no posee?
Sin embargo, el camino que han enaltecido las religiones es justo el contrario. Las religiones bendicen y motivan la pobreza material, como si ésta fuera el camino necesario para lograr un vaciamiento interior. Cuando en realidad el proceso hacia la espiritualidad, no puede surgir jamás de lo inevitable, ni de la carencia impuesta, sino que sólo puede nacer como un desencadenante de la abundancia.
Toda espiritualidad surge de un rebalsar que busca contagiar a todo aquello que le rodea. Como sucede cuando estás enamorado. Algo en ti rebalsa y de pronto amas a todo aquello que se cruza en tu camino. Surge en ti un bienestar que no necesita nada más para ser feliz. Nada se parece mas a la espiritualidad, que la sensación de estar enamorado. Porque ser espiritual es estar enamorado de la existencia.
El proceso minimalista no resulta sencillo porque el hombre no se encuentra aún preparado para dejar nada. Y esta imposibilidad de dejar, es sólo la consecuencia de no sentirse lleno con nada. La dificultad para el despojo, ha generado la creación de un nuevo tipo de mobiliario mínimalista que se asemeja a la religión, algo que que en vez de mostrar, esconde.
Muebles que esconden la acumulación detrás de una fachada de vaciamiento. Armarios que aunque parezcan paredes lisas, esconden detrás, toneladas de cosas que a simple vista parecen no existir, pero que siguen estando allí. Humanitarismos que parecen tener una conciencia de diversidad, pero que esconden en realidad, la vanidad de mostrarnos buenos públicamente, mientras nuestra privada cotidianeidad nos desmiente.
La propuesta Minimalista ha generado la aparición de un proceso diferente, que es el proceso de ocultamiento. Hemos creado nuevos métodos para ocultar aquello que no estamos listos para dejar. Intentamos aparentar un vaciamiento, que en realidad sigue escondiendo la misma basura vieja.
El minimalismo es aún un proceso por descubrir, algo que estamos intentando, pero frente a la gran dificultad que representa, nos vemos obligados a crear nuevos atajos. Métodos para que todos crean, que hemos llegado a un despojo que no es real.
Nos hemos acostumbrado a abrazar tendencias basadas en conceptos ancestrales; maravillosos y verdaderos; pero a los que rápidamente convertimos en un sustituto de lo que teníamos antes.
Este Minimalismo forzado, ha dado nacimiento a una «pseudoespititualidad» que confunde el vacío con el ocultamiento. No es que no haya nada, sino que todo está mejor escondido.
Minimalismo es llegar a lo mínino y lo mínimo es el hombre, con su profundo vacío y su infinito potencial. A lo mejor el minimalismo, sólo consista en una reducción de lo prescindible que deje el espacio para el surgir de lo esencial.
Quizás no tengamos que conformarnos con menos, sino buscar mucho más.
JR
«ALL YOU NEED IS MORE» JR