«Hoy en su día importante para Cuba y el momento de decidir si esta muerte dará nacimiento a un santo, a un villano, o a un aprendizaje». JR
(imagen de la Habanna 2016)
La tardía muerte de Fidel Castro ha alegrado a muchos y ha puesto en evidencia a todos aquellos que aún hoy, apoyan sus ideas y sus métodos. Las confrontaciones en las redes sociales están hoy a la orden del día y los medios de comunicación disfrutan con la explosión que generan este tipo de noticias, tan rentables para algunos y tan necesarias para otros.
El muestrario de opiniones variadas en los medios, lejos de llenarnos de ira, deberían servirnos a todos para identificar claramente quienes son esas personas con ansias de poner en jaque a nuestras Democracias, y por supuesto, para mantenernos cautelosos y preservarles alejados de nuestras instituciones.
Después de 90 años, finalmente Castro concreta su partida y los cubanos que han sufrido su tiranía se alegran, como nos alegramos todos, cuando desaparecen aquellos individuos que han sometido, asesinado y esclavizado a sus pueblos en la pobreza.
Ojalá que esta partida nos sirva para aprender cómo terminan siempre las ideologías cuando caen en manos de gente con ansias de poder y de revancha y sin ninguna intención de construcción ni de progreso.
Quizás antes de proseguir su viaje al infierno, Fidel tenga la oportunidad de encontrarse con Ernesto Guevara por el camino; aquel a quien consideraba su amigo y su compañero de lucha, y a quien se comenta que mandó matar por poner en duda muchas de sus políticas de gobierno. Esta muerte no resultó extraña para todos aquellos que sabían que Stalin había hecho exactamente lo mismo con Trotsky en México y con Lenin ( a quien envenenó en pequeñas dosis manteniéndole lo suficientemente enfermo, como para no interferir con su mandato).
Suele suceder que después de una revolución asumen el poder personas que no están capacitadas para construir nada nuevo y es por eso, que todas las revoluciones que triunfaron en su día y que fueron gobernadas luego por los mismos líderes revolucionarios, han estado siempre condenadas al fracaso de los ideales que promovieron en un principio, entre ellos el ideal de libertad para el pueblo oprimido.
Hoy en su día importante para Cuba y el momento de decidir si esta muerte dará nacimiento a un santo, a un villano, o a un aprendizaje.
«Make Cuba Great» es mi deseo para todos los cubanos.
JR